En cuanto salgo por el pasillo para salir del aeropuerto,
enciendo el móvil. Vero y Manu me esperan justo al salir a la zona donde
reciben a los viajeros. Mi hermano se ha quedado unos días más en Algeciras,
diciéndome que por qué tenía que volverme tan pronto, pero he decidido no
contárselo todavía. Veo mucho movimiento en el aeropuerto, mucha policía, pero
no entiendo por qué.
Al verme, Vero y Manu se acercan a mí y Vero me abraza de
una forma un poco extraña, como si hiciera años que no me ve.
-Nena, esta ciudad hoy es un caos… no sabes lo que ha pasado
verdad? – dice comenzando a caminar para salir de allí, hay mucha gente y ya me
han pedido un par de fotos –
Miro a Manu interrogante y niega con la cabeza con cara de
circunstancias. No entiendo nada, pero cada vez veo más policías, sobre todo en
la salida.
-Ha habido un atentado en la estación – dice Vero caminando
rápido –
Me quedo quieta, sin poder seguir andando, se me ha helado
la sangre. La miro y me mira extrañada, me agarra del brazo pero me suelto
rápidamente. Miro a Manu que me mira interrogante.
-Tienes que estar de coña… - digo con un hilo de voz –
-Ojalá… - dice Vero mirándome extrañada – ha explotado una
bomba y acabo de leer que ha explotado otra… - suspira mirando al suelo – es un
desastre…
-No puede ser… - noto como mi cuerpo tiembla por completo –
no, no puede ser… - miro mi móvil y marco su número –
-Nena, qué te pasa? – Vero me mira sin entender nada – hay mucha
gente, vamos al coche, anda…
-No… - me suelto de nuevo de su brazo – vamos, cógelo por
favor… - ruego escuchando los tonos sin respuesta – no… - siento una presión en
el pecho –
-Qué pasa Malú? – pregunta Manu pasando una mano por mis
hombros –
-Nena me estás asustando… - dice analizando mi gesto
desesperado con el móvil pegado en la oreja –
-No puede ser… - repito al terminar de escuchar los tonos
sin recibir respuesta – Álex…
-Álex qué? – dice Vero mirándome asustada – qué pasa Malú? –
pregunta algo desesperada –
-Es… - mi voz temblorosa parece no querer salir de mi
garganta – Estaba allí… - digo sintiendo unas ganas terribles de llorar –
-Qué? – escucho exclamar a Manu a mi lado –
-Cómo que estaba allí? – Vero me agarra de los hombros – qué
estás diciendo Malú?
La miro con tal cara de pánico que, sin decir nada, le hace
un gesto a Manu y casi me llevan en bolandas al coche. No podría dar un paso
sin que ellos me ayudasen, y, mucho menos, caminar tan rápido como lo estamos
haciendo. No puedo pensar, mi mente se ha quedado en blanco. No me coge el
teléfono, no me lo coge y me ha dicho que lo haría. Hace apenas hora y media
que he hablado con él. Comienzo a notar una presión en el pecho parecida al día
del accidente, pero esta vez mucho más intensa. Tanto que siento que no puedo
respirar. Manu me mete en el coche casi sin darme cuenta y Vero entra por la otra
puerta, agarrándome la mano. La miro con gesto de pánico y vuelvo a coger el
móvil, sin poder evitar comenzar a llorar.
-Manu, vamos a casa… - dice Vero –
-No, llévame a buscarle… - digo con el teléfono pegado a la
oreja, escuchando de nuevo los tonos sin respuesta –
-Ni hablar… - dice Vero mirando a Manu por el retrovisor –
-He dicho que me lleves a la estación! – grito desesperada
al ver que los tonos acaban de nuevo sin que Álex me coja el teléfono –
-Malú, no voy a llevarte allí – dice Manu con voz pausada –
-Pues conduzco yo… - digo decidida intentando salir del
coche, detenida por las manos de Vero –
-Malú por favor, te estás oyendo? – Vero me grita haciendo
que pare de moverme – nadie va a llevarte allí, no vamos a ir a un sitio donde
han explotado unas bombas, lo entiendes? – la miro cabreada –
-La que no lo entiendes eres tú… - digo con rabia – Álex no
me coge el teléfono y está allí y yo voy a ir a buscarle me oyes? – grito empujándola
intentando salir del coche –
-Malú joder! – me agarra de la chaqueta – Manu ayúdame! – la
escucho gritar –
Las manos de Manu, firmes, desde el asiento delantero, me
impiden salir del coche. Rompo a llorar como nunca antes, apoyada en la puerta,
sujetada por las manos de Manu y Vero.
-Malú… cariño… - escucho a Vero mientras Manu arranca el
coche – cálmate… estará bien vale? – respiro aceleradamente mientras sigo
llorando – vamos a ir a casa, vas a calmarte, y te cogerá el teléfono, de
acuerdo?
La miro totalmente desbordada por la situación y me acurruco
en sus brazos. Quiero ir a buscarle, sé que es una locura, pero tengo que ir.
No sé cómo ni cuando, pero voy a ir. No puede ser que la vida cambie tanto de
un momento a otro. No puede ser que vuelva a pasarle algo malo. No puede ser
que pase esto de nuevo cuando vamos a tener esa conversación. Quizá ha cogido
ese tren y todo ha pasado después, y está en la facultad y no puede cogerme el
teléfono. Exacto, es eso, es justo eso, me repito sin parar.
Al llegar a casa, Manu aparca el coche y yo, temblando al
ver que Álex sigue sin cogerme el teléfono, entro a casa a toda prisa y
enciendo la televisión, seguida de Vero y Manu. Caigo sentada en el sofá al ver
las primeras imágenes y me tapo la cara horrorizada. Todas las televisiones lo
están retransmitiendo. Sin querer, le busco en las imágenes, rezando por no
encontrarle, rezando por que haya cogido ese tren antes de que esto pase. Pero
cuando nombran la hora a la que ha sido, se me cae el mundo encima. Las 8:37. 1
minuto después de colgarme. Vuelvo a notar que me falta el aire, agarro la mano
de Vero que se ha sentado a mi lado y me mira preocupada. Respiro
aceleradamente, hasta notar que no puedo seguir haciéndolo. Vero me tumba en el
sofá, me hace aire, y me pide que respire hondo. Estoy teniendo un ataque de
ansiedad, hacía años que no tenía uno y siempre había sido por trabajo. Nunca
por nadie.
Tras unos minutos en los que siento un mareo con el que
apenas puedo moverme, me incorporo obviando las peticiones de Vero y cojo mi
móvil. Vuelvo a llamarle. Lo mismo. Ocurre lo mismo. Entonces pienso en la
persona que, más probablemente, pueda saber algo, y, sin pensármelo más, marco
su número.
-Si? – escucho su voz al otro lado de la línea –
-Tere – digo con voz desesperada – dime que sabes dónde está
Álex, dime que le has visto, dime que está bien por favor…
-Qué? – pregunta extrañada – Malú, no te entiendo… - resoplo
intentando serenarme – te escucho muy mal…
-Tere escúchame – digo alzando la voz – Álex estaba en la
estación cuando ha pasado todo… - digo con voz temblorosa -
-Qué? – exclama horrorizada – qué estás diciendo Malú?
-He hablado con él, estaba allí… - hablo aceleradamente –
iba a no sé qué despedida de un profesor, iba en cercanías… - noto de nuevo
como mi forma de respirar no es la adecuada – la hora que dicen en la
televisión es un minuto después de colgarme, está allí Tere, está allí… y no me
coge el teléfono… - digo desesperada rompiendo a llorar –
-Dios… - dice con un hilo de voz – Malú, cálmate cielo… -
dice hablándome pausadamente –
-Voy a ir a buscarle… - me levanto del sofá, ante los gestos
negativos de Vero y Manu –
-No Malú, no vas a ir a ninguna parte me oyes? – dice Tere
desde el otro lado de la línea – es peligroso…
-Tere, tengo que encontrarle… - digo desesperada, sin poder
parar de llorar – no puede haberle pasado nada, si le ha pasado algo…
-No le ha pasado nada vale? – dice intentando
autoconvencerse – escúchame, voy en una ambulancia, ni siquiera estaba de
guardia, ni siquiera trabajo en el 112, pero es muy gordo lo que ha pasado, voy
con un equipo allí… - voy a hablar pero me corta – le voy a encontrar, me oyes?
No te muevas de casa, no se te ocurra ir allí – sigo llorando – te llamaré, espera
mi llamada, no hagas ninguna tontería…
Habla con una voz tan pausada que me parece mentira que
pueda estar así en una situación como esta. Es capaz hasta de calmar un tigre
hambriento si quisiera. Durante unos segundos más, continúa intentando
calmarme, haciendo que me siente de nuevo en el sofá, para tranquilidad de Vero
y Manu, que me observan preocupados. Cuando me cuelga, vuelvo a llamarle
automáticamente. Esta vez ya no da tono, simplemente no está disponible.
Comienzo a llorar soltando el móvil sobre el sofá. Esto no puede estar pasando.
No puedo estar aquí mientras Álex está allí, Dios sabe cómo. No quiero
pensarlo, no le ha pasado nada… pero si le ha pasado algo, si no vuelve a
cogerme el teléfono nunca más, si esa conversación se queda pendiente para siempre,
no podré superarlo. Le quiero más de lo que he querido nunca a nadie. Y algo
así no puede acabar de esta manera.
Ayy porfavor que todo salga bien y puedan estar juntos de una vez!!
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