-Joder nena, cómo has tardado tanto en abrirme? – dice Vero
colándose en mi casa –
-Eh… - miro hacia mi habitación – Vero, qué haces aquí? –
camino tras ella hacia el salón –
-Tengo que pedir audiencia para venir a ver a mi amiga? –
pregunta sentándose en el sofá – apenas hablamos nena, te tendré que buscar,
digo yo… - se alza de hombros – pasa algo? – me mira extrañada, creo que ha
descubierto que estoy nerviosa –
-No – niego – qué va…
Joder, y ahora qué hago? Álex está arriba, seguramente
cagándose en todo por no saber qué hacer. Y no puedo rebobinar esto y no
abrirle la puerta a Vero?
-Algo te pasa… - dice mirando al pasillo – he venido en mal
momento?
-Eh? – pregunto aturdida – no, qué va… - niego mintiendo –
Vero comienza a contarme no sé qué historia, ni siquiera la
estoy escuchando del todo, cuando escucho que Álex está bajando las escaleras.
Joder, ahora sí que la hemos cagado, ahora sí.
-Malú, te he dejado las maquetas arriba… - dice disimulando,
haciéndome arquear una ceja – lo que le pasaba al piano es que no estaba bien
enchufado…
Qué cojones está diciendo? Me entra la risa al ver cómo está
intentando disimular inútilmente, pero me aguanto la carcajada. La cara de Vero
es un poema, y la cara de Álex intentando disimular también.
-Ah, hola… - dice Álex saludándola – creo que no nos
conocemos…
-Yo soy Vero… - dice levantándose del sofá, lanzándome una
mirada –
-Encantado Vero… - dice dándole dos besos – bueno, me voy
que me están esperando… - dice acercándose a mí –
-Espera que te acompaño a la puerta… - digo levantándome
como un resorte –
-Te voy a matar… - susurra en voz baja nada más salir del
salón –
-Qué mal disimulas… - digo picándole – no tienes por qué
irte… - digo con un tono cariñoso que me sorprende –
-Claro, con la mirada de tu amiga clavada en mi nuca… -
niega con la cabeza – es súper apetecible la idea…
-No hablemos de cosas apetecibles… - digo juguetona rozando
los botones de su camisa –
-Joder… - pone los ojos en blanco mientras estallo en una
carcajada – estás loca… - dice mirándome serio primero y luego sonriendo
levemente – me voy antes de que me arrepienta…
Me agarra de la cintura y me da un beso en la frente, como
siempre. Yo, por mi parte, dejo un sonoro beso en su mejilla.
-Me ha encantado… - susurro pegada a su oreja –
-Eh… - le dejo sin palabras, mirándome sorprendido – estás loca,
definitivamente… - niega con la cabeza sonriendo mientras sale por la puerta –
Cuando entro al salón, Vero me mira con una ceja levantada.
La miro como preguntándole qué es lo que pasa, y entonces comienza con su
interrogatorio.
-Qué ha sido eso? – señala hacia la puerta –
-Ah, Álex, no lo conocías no? – digo como si nada –
-Te crees que me he tragado eso del piano? – dice poniendo
cara de indignada – qué está pasando?
-Nada… - digo sonriendo –
-Estáis liados? – pregunta sorprendida –
-Claro que no! – exclamo con prisa – somos amigos, eso es
todo…
-Amigos? – pregunta todavía sorprendida – querrás decir
follamigos…
-No me gusta nada esa palabra… - digo con cara de rechazo –
-Y cómo se llaman dos “amigos” – pone con las manos las
comillas – que se acuestan?
-Ay Vero – digo desganada – no sé, hemos hablado de esto y
lo hemos dejado claro…
-Vamos, que sois follamigos… - afirma con la cabeza – me sorprendes
cada día más…
-Por qué? – pregunto extrañada –
-Porque en condiciones normales, estarías rayada… - me mira –
y, en cambio, te veo completamente contenta con la situación…
-Es lo que tiene acabar de echar un polvazo… - digo sabiendo
la cara que va a poner – jajajaja! – estallo en una carcajada – sabía que ibas
a poner esa cara…
-De verdad… - pone cara de sorpresa – me dejas muerta… -
niega con la cabeza – estás… - la miro con cara guasona – estás feliz…
-Pero cómo no voy a estar feliz? – digo pletórica – si el
disco va viento en popa, tendrías que escuchar las canciones que Álex me ha
regalado y…
-Espera, espera – pone una mano frente a mí – te das cuenta
de lo que te pasa?
-Eh? – pongo cara de extrañeza –
-Estás pillada… - dice sin más –
-Pero qué dices? – exclamo riéndome – Álex es un buen amigo…
nos llevamos muy bien… y… - me enciendo un cigarro – cuando nos apetece, nos
acostamos, sí, y qué? – me alzo de hombros –
-No te reconozco, en serio… - niega con la cabeza - no sabía
que seguíais con ese rollo…
-Pfff… - echo el humo – y te diré una cosa… - digo riéndome –
me da miedo cuando me acueste con otra persona porque lo voy a comparar… - me
mira y se tapa la cara – y te digo que no tiene punto de comparación… - me da
la risa – es… - hago un gesto de placer – flipante, en serio…
-Yo no haré más comentarios… - dice con un gesto que no
logro descifrar si es de aprobación o desaprobación – sólo te digo que tengas
cuidado…
-No tengo que tener cuidado de nada… - digo sin darle
importancia – por una vez me da la gana vivir sin pensar más allá… - sonrío – los
dos tenemos claro lo que hay…
-Un segundo… - dice quedándose quieta – el día ese que me
pediste que comprase un test… - sonrío un tanto avergonzada – hostias… - se
tapa la cara – era él? – afirmo avergonzada – y por qué no me lo dijiste?
-Vero, porque no lo sabe nadie! – exclamo – y nadie tiene
que saberlo, lo entiendes? – le hago un gesto amenazante con el dedo –
-Sabes que soy una tumba… - se queda pensativa – cómo no caí
en ese momento?
-Jajajaja! – estallo en una carcajada -
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