miércoles, 7 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 47: SIN MEDIAS TINTAS

Ese día en la playa me atrevería a decir que es el día más bonito de mi vida hasta ahora. Y esa conversación a medias, la más bonita que he tenido. Nos dijimos muchas cosas en muy poco. Intenté disimular, pero las mismas preguntas que ella se hacía, me las hacía yo, solo que ella es extremadamente sincera. Tenía miedo de sentir cosas que no fueran correspondidas y verme obligado a dejar todo esto que tenemos. Pero no, se está haciendo cada vez más grande. Cada vez más necesario. Cada vez más adictivo.

El sexo ya no es solo sexo. No es solo el mejor sexo que he tenido en mi vida. Es algo más. Es hacer el amor, con el máximo esplendor de la palabra. La quiero. La quiero sin remedio. A pesar de aterrarme esa conversación. A pesar de no querer precipitarme y de parecer seguro de lo que siento y de lo que ella siente. No quiero llegar antes que ella, quiero llegar y que ella ya esté allí, o llegar juntos, pero no quiero dar pasos en falso. No quiero que se agobie. Quiero que las cosas surjan, que aparezcan, que crezcan solas, sin obligarlas.

Es hasta poético que haya quedado hoy con Tere. Siempre que algo me ronda la mente, aparece ella para ponerme las cosas claras. Sin medias tintas. Sin paños calientes. Sinceridad aplastante. En eso, Malú se parece mucho a ella. Malú, la persona que está haciendo que mi vida retome un camino que parecía perdido. Ya no solo en lo sentimental, sino en lo profesional. No sé cómo lo ha hecho, pero ha conseguido que maneje la situación del disco mejor de lo que yo pensaba. Tengo nuevo productor, amigo y compañero de Armando, el suyo. La compañía ha aceptado despedir a Jaime al escuchar mi versión. Mi versión calmada y sincera, como ella me explicó que debía hacerlo. Nada de perder los nervios, nada de dejar rendijas para que entren las dudas. La verdad aplastante. Los mandamás de la compañía no estaban del todo convencidos con él, y yo he sido la guinda del pastel. No ha sido fácil, pero por fin he vuelto a componer, he vuelto a implicarme en el disco, y Rodrigo, el amigo de Armando, me ha ayudado a eso. Ahora sí puedo confiar en mi productor tanto como en mi mánager. La luz al final del túnel se ve, este disco verá la luz, y me atrevería a decir que el 90% de la culpa es de ella.

-Bueno, y viendo que el disco va tan bien… - Tere se incorpora un poco – esto como va? - toca mi pecho –

-Ah… - suspiro avergonzado – creo que bien…

-Creo que bien? – estalla en una carcajada – esa es una respuesta muy extraña… - me mira maternalmente –

-Va a su bola, pero me gusta por donde va… - digo siguiendo con la metáfora –

-Malú verdad? – la miro sorprendido – quita esa cara! – exclama – desde que nos hemos sentado, cada dos palabras, una es “Malú” – sonrío algo avergonzado – no es difícil saber por qué…

-Soy malo disimulando… - digo con timidez –

-Pero hay algo que te preocupa… - dice mirándome como analizándome – sino hubieras dicho “muy bien” en vez de “creo que bien”…

-Joder… - resoplo sonriendo – me conoces demasiado…

-Ya sabes que es como si te hubiera parido… - sonríe – sabes que me lo puedes contar no?

-Es que… - comienzo a hablar sin saber muy bien cómo seguir – Malú es especial… - digo sin mirarla – tenemos una relación… - hago una pausa – especial…

-Especial está muy bien… - afirma – pero? – pregunta intentando que siga hablando –

-Pero nada… - me apresuro a contestar – no hay ningún pero… - niego con la cabeza – me da miedo, eso es todo…

-Como si fuera poco… - dice mirándome – miedo a qué exactamente?

-Es muy intenso… - digo sincero – es todo muy intenso…

-Tienes miedo a hacerte daño… - concluye –

-Y a hacerle daño a ella… - añado – antes era todo más sencillo… - me enciendo un cigarro – cuando nos apetecía, nos acostábamos… y luego seguíamos con la misma relación de amistad… - la miro y me está mirando con la cejas levantadas – esto no se lo contaría a mi madre… - digo riéndome –

-Bueno, está bien saber que no me ves como a tu madre… - dice separándose un poco – entre otras cosas porque tengo varios años menos que ella… - dice quitándole hierro al asunto – y qué es lo que ha cambiado Álex?

-Pues… - la miro y aparto la mirada – siento cosas muy distintas… - digo sin saber bien cómo seguir –

-La quieres? – pregunta dando en el clavo –

La miro sorprendido y aparto la mirada, dirigiéndola al café, algo abatido. Me siento abatido por quererla, que cosa más extraña.

-Y por qué pones esa cara? – dice haciendo que la mire – si es fantástico! – exclama – o no? – pregunta mirándome –

-No lo sé… - resoplo – tengo la sensación que nos podemos hacer mucho daño…

-Álex… - dice poniendo una mano en mi hombro – te has enamorado y eso no es malo… - la miro intentando hablar pero me interrumpe – y no me digas que no estás enamorado porque ya te digo que lo estás… - sonríe – nunca te he visto así… te veo… contento… - sonrío – pero te aconsejaría que dejaras de pensar que va a salir mal… - suspiro – no tiene por qué salir mal…

-Es muy difícil que esto salga bien… - respondo dando vueltas al café – su vida… la mía… - resoplo – es complicado…

-Bueno… - se alza de hombros – no se dedica a algo normal… pero tú tampoco… - me advierte – ni antes – refiriéndose a mi etapa médica – ni ahora… - suspira hondo – nada es fácil en esta vida pero te digo una cosa… - me apunta con el dedo – te acuerdas que te decía que cuando fueras a echarte novia, antes de hacerlo, me preguntaras mi opinión? – asiento – pues ahí va… - coge aire – me encanta para ti… - sonríe y me hace sonreir –

-Tere… - digo algo avergonzado –

-Lo poco que la he conocido y como hablas de ella… - pone un gesto afirmativo – me gusta…

-Más me gusta a mí… - contesto sin pensar –

-Jajajaja! – estalla en una carcajada – eso por supuesto… - alza sus manos – 

No hay comentarios:

Publicar un comentario