viernes, 9 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 61: SIN TREGUA

Camino cauteloso hacia las escaleras. La he perdido de vista. Quizá era verdad que iba al baño. Al fondo del pasillo, veo su figura entrar, efectivamente, al baño. Resoplo. No sé exactamente qué hacer. Pero me decido a cruzar ese pasillo y esperar en la puerta. No puedo evitar recordar la última vez que esperé a que saliera de un baño. Sacudo mi cabeza intentando borrar esa imagen de mi mente y espero paciente, apoyado en la pared. Cuando la puerta se abre, me tenso como si acabase de ver un fantasma. Me mira algo sorprendida y abre de nuevo la puerta.

-Vas a entrar? – pregunta colocándose el pelo –

-No… - digo sin moverme – te estaba esperando…

Su mirada sorprendida y hasta diría que algo asustada, me traspasa. No sé para qué he venido hasta aquí si ahora no sé qué decirle. La observo durante unos segundos, mirando al suelo, me ha parecido ver que tenía los ojos algo rojos. Suspiro y me dispongo a hablar.

-Estás bien? – pregunto algo temeroso –

-Si, claro… - me mira un instante, fingiendo una sonrisa – y tú?

-Si… - digo sin sonar nada convincente –

-Bueno… - dice apartando la mirada – voy a… - se dispone a caminar por el pasillo pero, por instinto, la agarro del brazo, soltándola al instante, como si me hubiera dado un calambre –

-Espera… - digo frenándola –

Su mirada, primero hacia su brazo y después hacia mí, me hace paralizarme y no saber qué decir. Suspiro mirando al suelo, o hablo ahora y ya no hablo más en toda la tarde.

-Has aceptado lo de la voz? – digo dejándola descuadrada –

-Eh… - me mira frunciendo el ceño – no lo sé… - sigue mirándome – y tú?

-No lo sé… - me mira sorprendida –

-A mí me habían dicho que habías confirmado que sí… - dice mirándome de manera extraña –

-No quiero que rechaces hacer algo que te gusta solo porque esté yo… - digo sin pensar –

Hay un silencio y Malú me mira con gesto cansado. Niega con la cabeza.

-Álex… - resopla – lo que yo decida es cosa mía… - dice intentando irse –

-Espera… - vuelvo a agarrarla del brazo – sólo… - me mira con gesto algo enfadado – sólo quería decirte que no tienes que decir que no… - sonríe irónica – sé lo que te gusta ese programa y… - trago saliva – si no somos capaces de tener una relación cordial… - pone los ojos en blanco – diré que no… no quiero que lo rechaces por mi culpa…

-Puedes parar de hacerme sentir mal? – dice con tono cabreado, sorprendiéndome – crees que me lo estoy planteando por ti? – dice irónica – tengo mil cosas, cuadrar agendas… - resopla con gesto irónico – deja de hacer esto quieres? – la miro interrogante – no te queda bien ser tan ridículo… - se da media vuelta e intenta irse, pero la detengo poniéndome frente a ella –

-A esto me refiero… - digo mirándola – a que no podemos cruzar dos palabras ni siquiera… - suspiro frustrado – lo he dicho en serio… te aseguro que lo último que me apetece son este tipo de situaciones… - va a hablar pero la corto – si aceptas ir, yo me quitaré de en medio… - la miro con gesto duro – piénsalo…


Ahora soy yo el que se da media vuelta y camina firme por el pasillo. No me detiene, no esperaba que lo hiciera, pero no voy a girarme para mirarla. Acaba de humillarme, me ha llamado ridículo. Ridículo por pensar en ella. Es genial… es genial sentir que una persona a la que has querido tanto, te desprecia de esa manera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario