Malú tiene razón. Tenemos que tomárnoslo con calma. No puede
ser que hagamos cosas que no haríamos si esto no hubiera pasado. Lo
estropearía. Todos los días paso la tarde con ella, o el tiempo que quiera,
pero le dejo las noches a ella, para que se acostumbre a esto, sin pedirle
nada, no necesito nada a cambio. Sinceramente, yo también necesito mis momentos
para habituarme a esto. Voy a ser padre y todavía no se lo he contado a nadie. Todavía
no, es pronto. Ella opina igual, así que ni siquiera su madre se ha enterado.
Solo lo sabemos Vero, ella y yo. Cada vez que me encuentro en casa de Malú con
Vero, nuestra relación de confianza crece. Es una tía de esas que parece que
no, pero marca cuando la conoces. Se vuelca a muerte con Malú, supongo que
igual que hizo ella con su embarazo.
Hoy, como cada día, he decidido hacerle la cena. Por pereza,
estoy seguro que algunas noches no cenaría, y eso no lo podemos permitir si
queremos que el niño crezca adecuadamente. El niño. El niño o la niña, no sé
qué me hace más ilusión. Y de eso precisamente trata nuestra conversación tras
la cena. Algo que no pensaba que íbamos a hablar tan pronto, pero ha salido el
tema.
-Tú qué prefieres? – dice mirándome –
-Yo… - me quedo pensativo – te puedes creer que no lo sé? –
me mira riéndose – ni idea…
-A mí… - se recuesta en mi hombro estirándose en el sofá –
me gustaría una niña… - dice abrazándome – ya he vivido a mi hermano de
pequeña, no creo que pudiera soportar alguien parecido a él…
-Pobre Jose… - digo divertido – lo que tuvo que pasar de
pequeño…
-Oye! – me mira indignada – pero si yo era un amor…
-Seguro… - digo irónico – sabes qué nombre me ha gustado
siempre?
-Vamos a hablar de nombres? – se incorpora y me mira
divertida –
-Lucía… - contesto convencido – siempre me ha gustado…
-Qué pelota eres… - dice poniendo los ojos en blanco –
-No es peloteo… mi madre te puede decir todo lo que me ha
gustado siempre ese nombre… - digo sincero – le podríamos poner el tuyo y así
ya tiene nombre artístico…
-María Lucía a una cosa tan pequeña?? – dice negando con la
cabeza – eso hay que negociarlo…
-Yo elijo el de chica y tú eliges el de chico… - propongo –
-Ah yo lo tengo muy fácil… - dice apartándose la melena de
la cara de un movimiento – Alejandro…
-Luego soy yo el pelota sabes? – digo negando con la cabeza –
-No es por ti, lo siento… - dice mirándome sonriente –
siempre dije que el regalo que me hizo Ale regalándome mi primera canción, se
lo devolvería poniéndole su nombre a mi hijo… - dice convencida –
-Somos tan originales… - dice irónico – si es niña como la
madre y si es niño como el padre… - niego con la cabeza – oye, es muy tarde,
deberías acostarte y yo debería irme… - digo levantándome del sofá –
-Quieres quedarte a dormir? – pregunta mirándome todavía
sentada en el sofá – si te apetece claro… - dice avergonzada –
-Quieres que me quede? – sonrío sentándome en el sofá de
nuevo –
-Si… - contesta mirándome – me apetece mucho dormir contigo…
Sonrío mirándola hasta que decido que eso se merece un beso
de esos especiales. Nos besamos durante varios minutos diría yo. No pienso en
acostarme con ella, pienso en poder dormir abrazados hasta que amanezca. Y
pensar eso me hace pensar que quizá ese momento de esa conversación que teníamos
que tener, está llegando.
Me tumbo en la cama, observando como ella lo hace y se tapa
con la sábana. Acerco mi cuerpo al de ella y me abraza, recostando su cabeza en
mi hombro.
-Qué gusto… - dice suspirando –
-Echaba de menos esto… - digo sincero – y eso que has
querido que me quedase? – digo sin ninguna intención –
-Te echo mucho de menos cuando te vas a casa… - se ríe – soy
un caos eh?
-Un poco… - digo de broma – pero te voy entendiendo…
-Te acuerdas de cuando estuvimos en la casa en la playa… -
arqueo mi cabeza para mirarla – y me dijiste que cuando no tuviera miedo,
hablaríamos? – asiento – pues ya no tengo miedo…
Trago saliva y la miro. Se incorpora un poco, mirándome a
los ojos. Sonrío ilusionado, un plan aparece en mi mente.
-Ahora tienes que dormir… - digo acariciando su cara – es tarde…
pero… - sonrío – mañana si quieres, preparo algo de cenar y… - la miro –
tenemos esa conversación…
-En plan romántico? – me pregunta con tono ilusionado –
-Si… - contesto embelesado – mejor que aquí, muertos de
sueño no crees?
-Mejor… - dice recostando su cabeza en mi pecho – tengo mucho
sueño últimamente…
-Eso es por culpa de Alejandro… - digo riéndome – o de Lucía…
- rectifico al ver cómo me mira –
-Entonces mañana tenemos una cita… - dice riendo
incorporándose de nuevo –
-Eso creo… - digo mirándola sin poder evitar darle un beso
en la frente –
-Me encanta que hagas eso… - dice algo avergonzada – te lo
he dicho alguna vez? - niego con la
cabeza – pero me gusta más que me los des aquí… - se señala los labios –
Dicho y hecho. Sus deseos son órdenes para mi. Beso sus labios de forma dulce, sin más pretensión que el ser todo lo cariñoso que pueda. Tras el beso, me sonríe y vuelve a recostarse en mi pecho. La abrazo contra mi cuerpo cuidadosamente. Creo que no hay un lugar en el mundo mejor que esta cama en este momento.
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