Abro los ojos al escuchar el sonido de la puerta de la
ambulancia. No puedo mover la cabeza, la tengo totalmente fijada a la camilla
para no dañar mi cuello. El techo de la ambulancia se ve tan raro desde aquí…
siento mucho sueño, abro los ojos y los cierro lentamente, para volver a
abrirlos. Al entrar al hospital, puedo ver a Tere desde abajo. Como si se
tratara de una aparición, paso de ver un foco que me deslumbra a su cabeza,
desde abajo. Resoplo aliviado y sonrío levemente, siempre dije que, si alguna
vez me pasaba algo gordo, quería que estuviera ella de guardia.
-Álex me oyes? – dice mirándome y haciéndome una leve
caricia en el brazo –
Intento asentir pero no puedo, así que esbozo un leve “sí”.
Sin decir nada más, me llevan adentro. Veo su gesto, serio, y no puedo evitar
asustarme un poco. Otra vez rodeado de mucha gente. Otra vez sin dejar de hacer
cosas a mi alrededor, y de hablar de mí como si yo no estuviera escuchando.
-El coche ha salido despedido hacia los carriles de
enfrente… - escucho que dice Fran, aunque no puedo verle – ha dado varias
vueltas de campana según los testigos… - resopla – si ves el coche, no te crees
que esté vivo…
La visión desde aquí es la del techo de la sala de críticos.
Esta sala siempre me ha causado mucho respeto. Así que estoy crítico. Pues yo
no me siento así, siento como si estuviera anestesiado de más. Mi cabeza piensa
lenta, muy lenta. Quizá por el efecto de la morfina que sé que me ha inyectado
Bea. Escucho a Tere dar órdenes y, de repente, veo su rostro cerca del mío. Me
asusto sin querer, no me la esperaba, no puedo ver cuando alguien se acerca. Me
mira seria y no puedo evitar reirme. Dirige su mirada extrañada hacia alguien
de la izquierda, quizá no se espera que me ría en esta situación.
-Mira la luz Álex… - dice seria enfrentando mi mirada con
una linterna –
-Ve hacia la luz Caroline… - digo susurrando, riéndome
levemente –
-La madre que te parió… - dice mirándome, esbozando una
pequeña sonrisa – quiero analítica completa, vamos a hacerle un TAC, llama al
radiólogo – parece dirigirse a alguien - y quiero una eco abdominal y una placa
de tórax, una parrilla costal bilateral y columna total – dice casi sin
respirar –
-No sé si decir que me duele esta mano… - digo irónico bajo
la atenta mirada de Tere –
Le enseño la mano, la pongo a la altura de mis ojos para
poder observarla. Efectivamente, el dedo anular está deformado. Me río otra
vez, no puedo evitarlo.
-Una de mano izquierda también… - dice Tere negando con la
cabeza – y una pelvis…
-Y extra de peperonni… - digo de nuevo de broma –
Escucho a alguien reírse a mi lado, pero no consigo ver
quién es, quizá algún compañero que todavía no se explica como estoy vivo y de
humor para gastar estas bromas. Pero es esta sensación de no dolerme nada la
que me hace hacerlo.
-Está flipando con la dosis de morfina que le hemos puesto…
- dice Fran a mi izquierda, aunque no puedo verle –
-Es probable… - dice Tere a lo lejos – no le quitamos
ninguna protección hasta tener todas las radiografías vistas, de acuerdo?
Nunca me había fijado en el techo de los pasillos del
hospital. Observarlo marea, o, al menos, me encuentro mareado. Tengo que cerrar
los ojos. Demasiadas luces, todas seguidas.
-Ten cuidado como conduces que ya he tenido un accidente
hoy… - digo de broma a la persona que lleva la camilla, que no he visto quién
es –
-Alucino con tu sentido del humor… - escucho la voz de Laura
a mi izquierda –
-Laura? – pregunto –
-Hola Álex… - se pone a mi altura mientras sigue caminando –
-Quién conduce? – pregunto directamente y veo asomarse desde
arriba el rostro de Paco, el celador – hola Paco…
-Hola Doctor… - dice, llamándome como siempre –
-Supongo que si vienes conmigo es porque piensas que me
puede pasar algo durante el TAC… - digo dirigiéndome a Laura, mientras sigo
deslumbrándome con los focos –
-Como me hagas usar esto… - me enseña el ambú que lleva en
las manos – tendré que matarte…
-Ahora lo tendrías muy fácil… - digo de broma – un golpe más
y me desarmo…
-Jajaja – ríe tímidamente – vas drogado eh?
-Un poco… - digo sonriendo – debería de dolerme todo el
cuerpo y no me duele nada…
Entramos a la zona de rayos y me recibe el radiólogo de
guardia, Carmelo. Me agarra del brazo mientras Laura le cuenta lo que ha
pasado. Ya he escuchado lo mismo varias veces. He salido volando y, tras varias
vueltas de campana, he acabado en los carriles de enfrente. Y mi coche ya no
existe, es un amasijo de hierros. Es maravilloso, con lo que me gustaba,
maldita sea.
-Bien Álex… - escucho la voz de Carmelo por el altavoz –
vamos a hacer el TAC de cráneo, no te muevas de acuerdo? Si te agobias o
sientes algo raro, levanta la mano, estamos aquí viéndote vale?
Alzo mi mano con el pulgar extendido y pego mis brazos a mi
cuerpo de nuevo. La visión que tengo ahora es la un cilindro a escasos
centímetros de mi cabeza. Vuelve a agobiarme la situación, esta vez, mucho más
que antes. Mi mente se imagina las imágenes del TAC con un gran hematoma. Me
imagino en el quirófano, intervenido por el neurocirujano, con el cráneo
abierto. Me imagino sin poder volver a hablar nunca más. Me agobio tanto que
estoy a punto de subir el brazo, pero me detengo, tengo que aguantar, esta
prueba tienen que hacérmela, es lo mejor. Procuro respirar hondo varias veces,
con los ojos cerrados, sin escuchar el sonido que hace el TAC. Me imagino un
sonido agradable y vienen a mi cabeza el romper de las olas. De nuevo, la
imagen de esa playa aparece nítidamente en mi mente, como si estuviera allí
ahora mismo. Veo a Malú de espaldas, girando su cabeza hacia mí, con gesto
pícaro. No puedo evitar sonreir. La veo nadar frente a mí, y venir hacia mí
mordiéndose el labio avergonzada. Creo que puedo hasta oler su pelo, recuerdo
perfectamente como huele. Sin darme cuenta, mi respiración se ha calmado, me he
tranquilizado tanto que hasta podría dormirme. Vuelvo a tener sueño de lo
relajado que estoy.
-Ya está Álex, lo has hecho mu bien… - escucho a Carmelo
mientras siento la camilla desplazarse, dejando de ver ese cilindro y volviendo
a ver el techo de la sala – vamos a hacerte el resto de pruebas, pero apenas
van a durar tanto como ésta de acuerdo?
Intento asentir, pero de nuevo caigo en la cuenta que no
puedo. Sigo fijado a la camilla para no mover el cuello. Me llevan a otra sala
para coserme a radiografías y, por último, me realizan la ecografía abdominal.
Me duele en la parte derecha cuando Carmelo hunde la sonda del ecógrafo en mi
barriga. Por fin siento algo de dolor, quizá la analgesia se está disipando.
-Esto ya está… - escucho decir a Carmelo –
-Has visto algo? – pregunto algo temeroso –
-El TAC está bien, no tienes signos de sangrado ni nada que
se le parezca… - habla desde la otra parte de la sala y escucho como se quita
los guantes – tengo que revisar bien las placas, pero creo que tienes 2
costillas rotas y el dedo luxado… - le veo aparecer por mi izquierda – voy a
revisarlas bien, parece increíble que no tengas nada más…
-No revises demasiado no vayas a encontrarme algo… - digo
sonriendo de medio lado –
-Así tendrían que ser todos los pacientes… - dice riéndose – podéis llevarlo a urgencias, ahora llamo a Tere…
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