sábado, 10 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 75: HIELO

Los periodistas nos miran inquietos, todo el mundo habla sobre Álex, algunos sobre su informalidad, otros sobre las sospechas de que algo le haya pasado. Solo espero que se quede en que es un informal y punto. Miro mi reloj. Las 12 y media pasadas. El miedo ya me ha invadido por completo. Veo venir a Leonardo, con cara seria, diría que asustado, con el móvil en la mano. Mi corazón parece pararse y mi sangre parece volverse hielo.

-He hablado con su mánager de nuevo, ha tenido un accidente con el coche, le acaban de avisar – dice Leonardo cariacontecido –

-Qué? – exclamo – qué estás diciendo? – digo aterrada -

-No puede ser… - veo a Jesús darse la vuelta llevándose las manos a la cara –

-Pero está bien? – pregunta Rosario agarrándome de la cintura –

-Me ha dicho que estaban los bomberos intentando sacarle del coche…

-No… - digo dando varios pasos hacia atrás –

-Que estaba consciente, pero estaba atrapado… - continúa Leonardo – no me ha contado mucho más…

Siento como me mareo y pongo mi mano en el hombro de Rosario, que me sujeta. No puedo dejar de mirar a la nada, en shock. Mis peores pensamientos se han cumplido. Siento el corazón latirme muy fuerte, incesante, acelerado, asustado… no me puedo creer lo que acaba de contar Leonardo. Siento ganas de salir corriendo a buscarle, de salir de aquí, me falta el aire.

-Malú, siéntate… - dice Rosario acercándome una silla – respira hondo… tranquila…

-No puede ser… - digo mirando al infinito – no puede estar pasando Rosario… - digo a punto de echarme a llorar – pero cómo está? – le pregunto a Leonardo –

-No lo sé, él tampoco lo sabía… sólo me ha dicho que por lo visto estaba consciente…

-A qué hospital lo van a llevar? – pregunto desesperada –

-No lo sé Malú… - me mira frustrado – su mánager iba en el coche y apenas podía hablar…

Le miro con unas ganas tremendas de echarme a llorar. Me siento de nuevo en la silla, de nuevo estoy mareada.

-Tere… - digo de repente –

-Qué? – dice Rosario mirándome -

Marco el teléfono bajo la atenta mirada de Rosario, que me mira con compasión. Me levanto de la silla y camino hacia el fondo del plató. Noto como me tiemblan las manos y todo el cuerpo. Me siento en las escaleras del escenario, si no lo hago, me caeré al suelo.

-Si? – responde –

-Tere, soy Malú – hablo aceleradamente – Álex ha tenido un accidente con el coche, dime que sabes dónde está, no sé como está… no…. – me echo a llorar irremediablemente -  

-Qué? – pregunta con voz asustada – cómo que ha tenido un accidente?

-Dios… - susurro sintiendo un dolor enorme en el pecho que me impide respirar con normalidad – teníamos la rueda de prensa del programa y no llegaba y… - vuelvo a llorar – ha llamado su mánager y nos ha dicho que ha tenido un accidente con el coche…

-Pero eso no puede ser Malú… - la escucho como parece estar corriendo –

-Tere! – escucho que gritan por detrás – acaba de llamar Fran, traen a Álex, ha tenido un accidente…

Escucho sin poder hablar, al otro lado del teléfono, con mis manos temblorosas y mis ojos expulsando lágrimas sin parar.

-Cómo está? – pregunta Tere asustada –

-Dice que lo tengamos todo preparado… que está consciente pero tiene un fuerte golpe en la cabeza… - escucho la otra voz hablarle y se me paraliza la mía –

-Malú… - dice Tere con voz asustada – lo van a traer aquí vale? Cuando me entere de algo más, te llamaré…

-Pero está bien? – digo hablando nerviosa –

-No lo sé cielo… está consciente… - suspira – es lo único que sé… - vuelve a suspirar – escúchame, te llamaré cuando llegue, te lo prometo…

-Vale… - susurro rompiendo a llorar de nuevo –

Cuelga el teléfono antes de que yo pueda hacerlo. Me quedo con el móvil en la mano, con la sensación de no poder mover un músculo de mi cuerpo. Rosario viene hacia mí y se sienta a mi lado.

-Vamos nena… - intenta animarme – no llores…

La miro y me activo. Me levanto y salgo corriendo, con ella persiguiéndome.

-Malú, dónde vas? – me grita corriendo detrás de mí –

-Sé a qué hospital le están llevando! – grito sin dejar de correr –

-Espérame! – exclama, pero no me detengo –

Llego hasta mi coche y lo abro. No pienso esperar a que aparezca Manu, que debe estar en la cafetería. Me lo voy a llevar yo. Rosario abre mi puerta mientras me abrocho el cinturón.

-Estás muy nerviosa para conducir Malú… - pone una mano sobre la mía – tranquilízate

-Rosario, si quieres móntate en el coche, pero yo me voy al hospital…

Rosario me mira durante unos segundos y suspira justo antes de cruzar por delante de mi coche y subirse al asiento del copiloto. Arranco viendo como Jesús y Leonardo miran mi coche y se quedan plantados en la puerta de los estudios.

-Nena, cálmate vale? – dice Rosario mirándome –

-No puede ser… - digo intentando no llorar – he hablado con su amiga Tere… coge mi móvil… - le digo señalándolo – si llama, cógelo.


Siento como me mira durante unos segundos, quizá un poco asustada por mi forma de conducir. Intento serenarme todo lo que puedo. No debo tener un accidente yo ahora. Aunque estoy tan nerviosa que temo que se me vaya el coche. Respiro varias veces, escuchando a Rosario intentar calmarme, pero no puedo. No quiero ni tan siquiera imaginarme lo que puede estar pasándole. 

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