-Vamos Álex… - Vero intenta consolarme – estas cosas a veces
pasan… - resopla – es una putada muy grande, pero tienes que intentar serenarte…
- me acaricia la cabeza mientras la hundo todavía más entre mis piernas – Malú
va a necesitar que la ayudes…
-Esto no tenía que pasar… - digo mirándola – no es justo…
Malú no se merece esto… - digo con rabia – yo no me lo merezco… - me levanto
del suelo – no nos lo merecemos joder…
-Lo sé… - se levanta – créeme que lo sé…
-Estaba ilusionada… - digo amargamente – si ayer estuvimos
hablando hasta de nombres joder! – exclamo rompiendo a llorar de nuevo –
-Álex… - me abraza y recibo el abrazo como un salvavidas,
aferrándome a ella -
No me puedo creer que esto esté ocurriendo. Espero en la
sala junto a Vero a que salga de quirófano, nervioso, triste, con unas ganas
intensísimas de llorar. Por el pasillo, veo venir al ginecólogo y me levanto
como un resorte.
-Tranquilo, todo ha salido bien… - dice pausado – ella está
bien, ha sido rápido…
Asiento. Todo ha salido bien? Todo ha salido mal, maldita
sea. No quiero ni imaginarme lo que tiene que estar sintiendo ella. Siento como
si hubiera perdido a alguien que realmente ya he conocido, pero no. Esto se ha
acabado antes de lo previsto. Solo 10 semanas han sido suficientes para ese ser
que habíamos creado entre los dos. Me acerco acelerado a la puerta de quirófano
al ver la camilla. Todavía bajo los efectos parciales de la anestesia, Malú me
mira con una expresión que jamás había visto en ella. Una inmensa pena la
envuelve. Agarro su mano fugazmente. El ginecólogo me pide que la esperemos
arriba, que suba por otro pasillo. Le obedezco, no voy a empeñarme en subir por
los ascensores del personal.
Al llegar a la habitación, acaban de dejarla allí. Me acerco
a la cama, junto a Vero que se acerca por la otra parte, temeroso de romper a
llorar de un momento a otro. Malú me mira y, sin decir nada, se pone a llorar
desconsolada.
-Malú… - susurro – cielo no… - digo con tono cariñoso – no
llores… - digo notando como mis lágrimas van abriéndose paso –
-Voy… - dice Vero secándose las lágrimas – voy a buscar a tu
madre vale? – le habla de manera cariñosa y Malú asiente – la he llamado como
me dijiste… - asiente de nuevo –
Vero sale de la habitación a toda prisa, escucho como está
sollozando y me contagia de nuevo.
-Vete… - susurra Malú entre sollozos –
-Qué? – pregunto extrañado –
-Viene mi madre… - dice sin mirarme – y está Vero… - susurra
- quiero que te marches Álex… - dice intentando no llorar –
Me quedo paralizado, sentado en la cama, con una mano sobre
su abdomen, pero me la aparta. La miro intentando entender qué es lo que está
pasando, pero no entiendo nada.
-Malú, no voy a irme… - digo pausado – esto es algo de los
dos…
-Ya no hay nada de los dos Álex… - dice con tristeza – esto
ya es solo cosa mía…
Ya no hay nada de los dos. Esa frase lapidaria se graba en
mi cabeza. Claro que hay algo de los dos. La relación que tenemos es de los
dos.
-Quiero que dejemos de vernos un tiempo… - dice sin mirarme
– necesito asimilar esto…
-Malú, no tenemos que dejar de vernos… lo… - digo nervioso –
lo haremos juntos…
-No… - dice mirándome triste – teníamos que haber parado
esto hace mucho tiempo… - comienzo a ponerme nervioso – esto ha sido un error
Álex… - dice mirándome – un error que mira donde nos ha traído… - vuelve a
llorar durante unos segundos – quiero que te marches…
-Pero Malú… - digo con una mezcla de nerviosismo y miedo -
déjame que me quede para…
-No quiero que te quedes! – dice alzando la voz – ya no
tenemos nada entre los dos Álex… esto ha terminado… - dice mirándome – se ha
terminado… - dice apartando la mirada y sollozando –
-Malú, no tiene que acabar así… estás nerviosa y… - digo
balbuceando – y triste y…
-Sabes lo que ha sido esto para mí? – pregunta con tono
molesto y con lágrimas en los ojos – te miro y no haces más que recordarme a lo
que ha pasado… - dice mirándome – no puedo verte como si nada y eso nunca va a
cambiar… no lo entiendes?
-Cálmate… - digo intentando dominar la situación –
-No quiero calmarme! – exclama – lo que quiero es que te
vayas, por favor te lo pido… - rompe a llorar – déjame sola, no quiero que
estés aquí, esto no tenía que haber pasado nunca joder! – exclama de nuevo
sollozando –
-Malú… - intento acercarme a ella, notando como mis lágrimas
han desbordado por completo mis ojos –
-Vete! – exclama –
La miro sollozar, de lado en la cama. Se me parte el alma y
el corazón en dos al pensar que la historia que pensé que comenzaba, se acaba
aquí. Se acaba para siempre, esa es mi sensación. Me mira y le recuerdo a lo
que ha pasado. Piensa que he sido un error en su vida. Poco más hay que decir
salvo un lo siento que ni siquiera soy capaz de pronunciar. Dudo durante unos
instantes si irme o no, pero no quiero que se altere más. Abatido, salgo de la
habitación, aguantando el llanto, las ganas de liarme a golpes con algo, las
ganas de darme la vuelta y correr a abrazarla. Al salir, me cruzo con Vero y
Pepi, que caminan a toda prisa y me señalan al verme. Ni siquiera soy capaz de
cruzar una palabra con ellas, no me saldría la voz. Vero me mira extrañada e
intenta pararme al ver cómo me marcho de allí llorando. Me aguanto todo lo que
puedo y salgo del hospital, ahora sí, llorando como nunca en mi vida lo he
hecho. La he perdido. Y no solo a ella, sino a lo que habíamos creado juntos.
Todo, absolutamente todo, se ha quedado en ese hospital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario