miércoles, 7 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 52: ESTOY CONTIGO

Le observo en la cocina, con un delantal puesto que ni siquiera sabía que tenía, y miro de nuevo la fotografía. Así que esto es lo que hemos hecho. Toco mi barriga instintivamente, no me puedo creer que esto esté pasando. Se ha empeñado en hacerme la cena, con la cara de satisfacción de Vero, haciéndome señas por detrás con el pulgar hacia arriba. Definitivamente, le ha caído bien. Es un alivio, lo último que querría ahora mismo sería pelearme con ella.

-Ensalada especial para la gestante… - dice dejando el bol sobre la mesa de la cocina –

-No me llames así… - digo con una sonrisa de medio lado –

-Perdón… - carraspea de manera dramática – démosle un caluroso aplauso a la mamá del año! – exclama y aplaude el solo –

-Eres muy imbécil… - digo sonriendo –

-No haría estas bromas si estuvieras como ayer… - dice limpiándose las manos con un trapo – pero creo que ya no estás tan enfadada…

-No estaba enfadada Álex… - me siento frente a la ensalada – estaba… - me mira arqueando una ceja – vale si, estaba enfadada y la pagué contigo… - respondo rindiéndome –

-Menudos empujones me metiste… - dice cogiendo una botella de agua del frigorífico – ese crío va a tener una madre muy fuerte…

-Por dios… - pongo los ojos en blanco – y un padre muy gilipollas…

-Eso también… - dice sentándose frente a mi – seguro que no quieres nada más? – dice abriéndose una cerveza –

-Y tú no vas a cenar? – digo mirándole –

-Claro… - bebe de la cerveza – cuando cenes tú… - me mira sonriente –

-Vas a ser peor que mi madre verdad? – digo algo frustrada –

-Escucha… - se sienta a mi lado – eso que dijiste… que… - habla algo nervioso – que a mí no me iba a suponer ningún problema y a ti te iba a hacer parar… - resoplo mirando la ensalada – he pensado que yo también voy a parar… - le miro sorprendida – aquí o follamos todos o la puta al río – dice convencido –

-Me encanta que hagas esos símiles tan adecuados… - digo irónica –

-Es una forma de hablar coño… - dice mirándome –

-No tienes por qué hacer eso… - digo mirándole intensamente –

-Claro que tengo que hacerlo… - me agarra la mano – estamos juntos en esto no?

Le miro y no puedo evitar sonreir. Está eufórico, hiperactivo diría yo, pero me hace gracia. Me hace gracia verle hablar de lo pequeño que es nuestro bebé haciendo símiles con los granos de maíz de la ensalada. Me hace gracia ver como friega los platos, con su cerveza medio llena, impidiéndome que haga nada. Definitivamente, esta situación no es tan grave como ayer pensé, hay cosas mucho peores. Como perderle, por ejemplo, eso sería algo que no podría superar. Me sorprende pensar así. Debe ser esto que está creciendo en mí que me hace pensar de una forma mucho más ñoña.

Tras la cena, Álex se empeña en quedarse conmigo. Otras noches, ahora mismo, estaríamos en la cama, haciendo el amor o haciéndonos cosquillas, pero ahora estamos sentados en el sofá, viendo la tele, cosa que hace mucho tiempo que no hago. Tengo mucho sueño, pero no sé qué quiere hacer, no sé si quiere quedarse o no. Y no sé si quiero que se quede. Esto va muy rápido, iba bien hasta ahora, pero no quiero sentir que se queda por el simple hecho de que tenemos algo en común que se está gestando en mi vientre. Y no quiero sentirme obligada a vivir con él de repente. Estoy hecha un lío, y no sé cómo decírselo sin que le moleste. Suficiente mal le hablé ayer.

-Quieres que me quede a dormir? – dice sin mirarme –

-Cómo cojones me lees la mente de esa manera? – pregunto sorprendida – de eso quería hablarte justamente…

-Jajajaja – ríe –

-Necesito… - no sé bien cómo decirlo – necesito algo de tiempo para asimilar esto Álex… - asiente comprensivo – me gustaría que fuéramos despacio… - alza sus cejas – no quiero que por esto… - señalo mi tripa – corramos más de la cuenta…

-No me quedaría a dormir solo por esto… - dice poniendo una mano en mi tripa – me quedaría a dormir por ti… - sonrío enternecida – quieres decir que no te agobie verdad? – asiento algo avergonzada – vale… - vuelve a recostarse en el sofá – me parece bien… - dice mirándome sonriendo –

-Lo entiendes? – digo sorprendida –

-Ahora mismo lo que más me apetece en el mundo es dormir contigo… - dice mirándome – pero si hay algo que me apetezca más que eso es que tú estés cómoda… - suspiro enternecida – supongo que tendrás que pensar muchas cosas y… asimilar otras… y… - habla algo nervioso – hacemos lo que tu quieras… de verdad… - dice mirándome sincero –

-Eres un calzonazos… - digo de broma riéndome – oye… - acaricio su cara al ver cómo se ha quedado – era broma… - sonríe –

-Ir despacio significa que no puedo besarte? – dice mirándome –

Joder, qué punzada en el pecho me acaba de dar. Cómo puede ser tan adorable? Sin decirle nada, me acerco a sus labios y le beso. Por primera vez creo que sin ninguna pretensión más allá que el que sepa que sigo sintiendo todas esas cosas que no nos hemos dicho todavía. Le quiero. Le quiero y voy a tener un hijo con él. Y solo de pensar eso, una sonrisa ilusionada aparece en mi cara. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario