viernes, 11 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 6: MI TRABAJO

La gala continúa y disfruto como un enano viendo a grandes artistas, a los que he admirado siempre. Bailo y canto con sus canciones, como si fuera un fan más. Incluso hablo con algunos de ellos.

Mi mánager me dice que ya solo quedan los premios internacionales. Miro para atrás pero no veo a Pablo. Acaba de cantar Malú, así que supongo que ha ido a saludarla. Me gustaría tomarme algo con él cuando esto acabe, me ha ayudado mucho hoy. En medio de una de las actuaciones, Pablo aparece a mi espalda. Su cara parece un tanto desencajada.

-Puedes venir Álex? – dice un tanto nervioso –

-Qué pasa? – pregunto extrañado –

-Ven un momento conmigo por favor… - miro a mi mánager que asiente con la cabeza y salgo de los asientos – date prisa… - dice mientras sube las escaleras de la grada para bajar por detrás –

-Me vas a decir qué es lo que pasa? – digo caminando rápido tras él – me vas a robar el premio o algo? – digo riendo –

-Ven… pasa… - me deja pasar a la zona donde antes del concierto hemos estado todos tomando algo –

Al entrar, veo un corrillo y frunzo el ceño. Se apartan y veo a la corista de Malú, Yaiza creo que se llama, tirada en el suelo, sudando y respirando profundamente. Miro alrededor, todas las miradas están dirigidas a mí.

-Qué ha pasado? – pregunto agachándome a su lado –

-No sé… estaba bien… - habla aceleradamente – ayer fui al ginecólogo y estaba todo bien pero… aaaaggggg – grita desgarradoramente y alzo la mirada –

A su lado, un hombre joven coge su mano, con cara asustada, imagino que es su pareja, no lo sé.

-Lleva 10 minutos así… - dice el hombre asustado – esta mañana me dijo que se sentía rara, pero no nombró contracciones ni nada, se ha empeñado en venir porque se encontraba bien… - dice un tanto desesperado –

-Cuántas contracciones has tenido en estos 10 minutos? – pregunto –

-4… 5 con ésta – contesta el hombre –

Trago saliva. No puede estar de parto, no es lógico.

-Habéis avisado a una ambulancia? – pregunto mirando a los demás –

-Estaban aquí – dice Pablo – no saben atender un parto… y no saben explorarla… han ido a por la camilla…

-Vale… - resoplo – escucha Yaiza… eres Yaiza no? – asiente – tengo que explorarte vale? – hablo dulcemente – tienes que bajarte los pantalones y las braguitas…

-Vas a explorarla aquí? – pregunta el hombre que está a su lado –

-Tengo que ver cómo está… - digo seguro – es tu primer hijo?

-No… el segundo… - contesta afectada por el dolor –

-Y el primero fue por parto normal o por cesárea? – pregunto quitándome la chaqueta –

-Parto normal… - contesta el hombre –

Trago saliva. Las primerizas tardan mucho en dar a luz, pero, a partir del primero, los partos pueden ser muy rápidos.

-Necesito unos guantes… - digo mirando a los demás –

Miro al suelo y veo un maletín de los que supongo que son de Cruz Roja. Lo abro y encuentro los guantes. Me los pongo y vuelvo a agacharme a su lado.

-Venga, quédate relajada vale? Voy a explorarte… - digo de manera tranquila –

Al volver a agacharme, veo un charco alrededor del que no me había percatado antes.

-He roto aguas… - dice Yaiza justo antes de ponerse a gritar de nuevo con otra contracción –

Miro de nuevo hacia arriba y entonces me encuentro con Malú, que me mira preocupada. La contracción pasa y vuelvo a intentar explorarla.

-Bien, ahora sí voy a explorarte vale? – digo intentando aparentar tranquilidad –

Cuando abro las piernas veo un poco de sangre. Resoplo e introduzco mis dedos ataviados con el guante. Nada más entrar, detecto el cuello del útero totalmente dilatado y toco la cabeza del bebé. Aprieto la mandíbula e intento serenarme.

-Vale… - me quito los guantes – escúchame – me incorporo para arrodillarme frente a ella – tienes el cuello borrado y he tocado la cabeza del bebé… - escucho un suspiro de sorpresa a mi espalda – vas a tener que dar a luz aquí – digo seguro –

-Qué? – grita – No no no no no – niega nerviosa – no puedo dar a luz aquí, no puedo!

-Sí puedes… - digo intentando tranquilizarla – escúchame… - me mira asustada – no nos da tiempo a llevarte a ninguna parte, no eres primeriza, está demasiado abajo el bebé.

-Pero no puede ser!! – grita – si llevo 10 minutos!

-Lo sé… pero a veces es así de rápido… - digo mirando al hombre que me mira con cara de pánico – escucha, he atendido partos antes vale? Sé hacerlo – digo seguro – lo vas a hacer tú prácticamente todo pero yo te voy a ayudar de acuerdo?

-Venimos con la camilla

Me doy la vuelta y veo a los de la ambulancia ojipláticos al verme arrodillado y con el charco de líquido proveniente del útero.

-No da tiempo a trasladarla, está de parto – digo mirándoles – tenéis material esterilizado? – se miran entre ellos – tijeras, pinzas…

-Creo que sí – dice uno de ellos rebuscando en su mochila –

-Vale, voy a necesitar mantas, o sábanas o lo que sea… y suero, mucho suero… - digo levantándome – cogedle una vía – les ordeno – ponedle un ringer a chorro.

-Sabes atender un parto? – pregunta el que creo que es el médico –

-Si – digo seguro – necesito que llames a la central y les digas que nos manden una ambulancia con material para atender a un recién nacido – asiente y saca un teléfono –

-No puedo parir aquí joder! – escucho gritar a Yaiza –

-Yaiza… - digo agachándome a su lado – no lo podemos parar vale? Vas a tener ganas de empujar…

-Ya las tengo – dice apretando los dientes –

-Bien, pues con la siguiente contracción vas a empujar vale?

-Seguro que no se puede trasladar? – pregunta el hombre que sigue a su lado –

-Eres el padre? – asiente – no da tiempo – digo mirándole con cierta compasión – Yaiza – me mira sudorosa – sé que no es el mejor sitio del mundo, y que estarás teniendo mucho dolor, pero te aseguro que si empujas fuerte en 10 minutos tienes a tu bebé en brazos.

-Dios mío… - susurra – sabes seguro atender un parto? – vuelve a preguntarme –

-Si… - contesto sonriendo tiernamente – de cuanto tiempo estás?

-38 más 6… - contesta agotada – duele mucho!!! – exclama –

-Y cuánto pesaba tu bebé en la última ecografía? – digo agachándome frente a ella de nuevo –

-3.300… - contesta el padre –

-Bien, pues entonces todo va a salir bien vale? Está bien orientado para salir… - miro hacia los de la ambulancia – necesito betadine, y gasas estériles, y unos guantes estériles si tenéis…

-Hecho… - contesta el enfermero que acaba de cogerle una vía –

-Bien, el que se vaya a marear – digo mirando alrededor – que se salga, vamos a empezar el parto y no podremos atender desmayos… - digo con cierto tono irónico –

He visto como Malú le ha hecho un gesto a un hombre diciéndole que se quedaba. También está el resto de su banda, que no se va. Y Pablo, un poco más apartado, hablando con Alejandro. Hay más gente que antes, he visto a Manuel y a Melendi. Y a Rosario. Y a Pastora Soler, a la que no me han presentado. Y más gente que seguramente me acaba de conocer y me va a ver atendiendo un parto en lugar de cantando. Y es que éste es mi verdadero trabajo.

-Vale, Yaiza, voy a echarte suero y betadine vale? – asiente agarrada a la mano del hombre que la acompaña – papá, vas a ayudar a la mami a hacer fuerza para empujar de acuerdo? No estamos en un potro, que es más fácil, así que necesito que dos personas que no se vayan a marear, le agarren las plantas de los pies y hagan fuerza para que ella pueda empujar agusto…

Me sorprendo al ver como Malú suelta una chaqueta y se arrodilla a mi lado. Lleva un vestuario diferente a lo que le he visto. Unos pantalones de cuero y una camiseta negra sencilla. Al otro lado se sitúa uno de los componentes de la ambulancia. Me sorprende que no sepan atender un parto, todos lo que trabajamos en urgencias deberíamos saberlo.

-No te mareas no? – le pregunto a Malú sin mirarla –

-No – contesta segura –

-Bien… - contesto poniéndome los guantes estériles – ponedle un paño verde en la barriga – les ordeno a los de la ambulancia, que me obedecen ipsofacto – Vale Yaiza, la siguiente contracción es importante eh? – alzo mi cabeza para mirarla – vas a empujar fuerte, desde abajo

-No voy a poder… - dice llorando –

-Sí vas a poder!! – exclamo – está tu jefa ayudándote no? – por el rabillo del ojo veo a Malú agarrando el pie izquierdo de Yaiza –

-Yaiza todo va a ir bien vale? – escucho darle ánimos – sabes hacerlo no? – me pregunta un tanto asustada –

-Sí… - digo concentrado –

-Viene!! – grita Yaiza muy fuerte –

-Venga!! – grito animándola mientras intento ayudarla a que le niño se abra paso – vamos! Empuja más fuerte!! No sueltes el aire!! – grito – eso es!!! Más!!! Más!!! – grito – Bien!! – grito haciéndole un gesto con la mano para que pare – Bien Yaiza, lo estás haciendo genial… se ha movido vale? – saco los dedos, ensangrentados – estoy ayudando a que se abra paso, lo estás haciendo muy bien eh? Respira hondo… - digo intentando encontrar la calma – concéntrate en empujar como has hecho ahora… - miro hacia los de la ambulancia – preparar la camilla para cuando salga el bebé, explorarlo ahí vale? – asienten – y un fonendo – digo ya sin mirarles –

-No puedo!! – grita Yaiza – Me duele mucho!!!

-Lo sé, pero se va a acabar en seguida – digo tragando saliva – es un niño o una niña? – digo secando la zona con gasas

-Un niño – dice llorando Yaiza –

-Pues tiene mucha prisa por salir… le vais a tener que atar a la pata de la cama cuando sea mayor eh? – digo intentando que sonría, y lo consigo parcialmente – venga, en nada le vas a ver la cara…

-Aggggg!!! – grita al notar otra contracción –

-Vale!!! Empuja!! – vuelvo a meter los dedos intentando ayudarla – vamos!!! Eso es!!! Ya casi está!! Empuja fuerte!! Empuja fuerte!!! – grito – bien!!! – exclamo – bien Yaiza, respira…

-Ahhhh!! – grita desconsolada – duele mucho!!

-Respira, coge fuerzas… no te centres en el dolor… - ya se ve la cabeza del niño asomarse – ya se le ve la cabecita vale? Lo has vuelto a mover…

-Joder… - escucho como susurra Malú y sonrío levemente –

-Todos lo estáis haciendo muy bien, te están ayudando con las piernas verdad? – Yaiza asiente – bien, queda muy poco vale? – intento aparentar serenidad – tenemos las pinzas y todo eso preparadas? – digo sin mirar atrás –

-Si, está todo aquí… - me contestan –

-Vale… Yaiza, escucha, este empujón es importante vale? Está a puntito de salir y le tienes que ayudar… - trago saliva – yo voy a ayudarte todo lo que pueda eh? – miro hacia ella, que respira agitadamente – cómo va a llamarse?

-Teníamos nombre pero creo que se lo vamos a cambiar… - dice Yaiza con evidentes muestras de dolor –

-Ah sí? – digo sin mirarla – y cómo se va a llamar?

-Si todo sale bien le tendré que llamar Alejandro… - dice quejándose –

-En serio? – miro hacia ella que sonríe mientras rompe a llorar – es un nombre muy bonito, verdad?

-Totalmente – escucho la voz de Alejandro en un lateral –

-Bien, pues Alejandro va a nacer en un momento… - cierro los ojos intentando que no se me noten las ganas de llorar que me han entrado –

-Ahora!!! – grita –

-Bien vamos!!! Empuja!!! Empuja más fuerte!!! Venga, que tú puedes!! Vamos!!! – grito –
Veo como la cabeza no parece abrirse paso por la salida de la vagina y le hago un gesto para que pare.

-Para para!!! – resoplo – aguanta ahí vale?

-Dios!!! – exclama – no puedo más!!!

-Escucha Yaiza, no quiero darte un corte vale? Vamos a intentarlo una vez más pero si no pasa tendré que darlo vale?

-Vale… - contesta con un hilo de voz –

-Preparadme unas tijeras…

-Vas a hacer una episotomía? – pregunta sorprendido el médico de la ambulancia –

-Si no sale si… - resoplo pensativo – tenéis vaselina estéril?

-Si – contestan –

-Ponedme un poco en una gasa, rápido… - me obedecen – venga... – susurro mientras la distribuyo por la salida – venga Yaiza, todo va a ir bien, es solo un empujón más vale? Coge mucho aire y concéntrate en centrar la fuerza abajo – digo con tono tranquilo – vas a hacerlo – digo alzando la mirada hacia ella –

-No puedo más!!! – grita con otra contracción –

-Claro que puedes! – grito – Vamos!!! Empuja!!! Empuja!!!! – la cabeza comienza a abrirse paso – eso es!!! Más fuerte!!! Eso!!! – alzo la mano – para!! – grito – está fuera la cabeza, necesito un empujón más para que salgan los hombros vale? – digo alzando la mirada –

-Flipa… - escucho detrás de mí a alguien sorprenderse –

-Vamos Yaiza!!! El último empujón!!! – grito –

-Ahhhhhhh!!! – grita con todas sus fuerzas –

-Eso es!!! – agarro la cabeza de manera firme – que alguien se ponga aquí abajo con una sábana! – grito – hay que sujetarlo cuando salga – digo observando como sale uno de los hombros – eso es Yaiza!! Solo un poco más!!!

Lo agarro de manera firme y lo giro despacio para ayudarle a salir del todo. Abajo, unas manos recubiertas con una sábana lo esperan. Miro a mi derecha y Malú ya no está sujetando su pierna, es ella la que tiene las manos abajo para sujetarle. Miro un instante hacia ella, está llorando emocionada.

-Agárralo sin apretar vale? – digo al sacarlo – ya está Yaiza! – el niño comienza a llorar con fuerza – sujétalo para que pueda cortar el cordón – extiendo mi mano y recibo las pinzas para englobar el cordón y cortarlo después – las tijeras – digo sin mirar – eso es… papá, quieres cortar el cordón? – digo alzando la mirada –

-Hazlo tú por favor… - contesta llorando –

-Vale… - digo riendo – ya está… - corto el cordón y agarro por abajo la sábana donde Malú sujeta al niño, llorando a moco tendido. Mis manos se cruzan con las de ella un instante, está temblorosa – es un bebé precioso… - digo incorporándome –

Me levanto despacio, tapando al bebé que sigue llorando, con el trozo de cordón colgando, y lo dejo encima de Yaiza, que lo recibe con los ojos empañados en lágrimas.

-Dios mío… - dice llorando – gracias… gracias… - solloza mirándome – Hola Alejandro… cariño… - murmura abrazando al niño, que sigue llorando aunque con menos fuerza –

No soy capaz de hablar. Estoy agotado y con un nudo en la garganta que me impide articular palabra.

-Parece que está muy bien… - digo algo acongojado – déjame que lo explore un segundo vale? – asiente nerviosa – te lo devuelvo en seguida…

Lo agarro de nuevo de manera tierna y me levanto del suelo. Doy tres pasos y me encuentro la camilla, con un paño verde, donde deposito al niño con extremo cuidado.

-Hola precioso… - digo poniéndome el fonendo – bienvenido… - digo sonriendo – qué buenos pulmones tienes… has salido a tu madre eh? – digo mientras el niño llora sin consuelo –

Escucho risas nerviosas ante mi comentario, una de ellas la de Malú, que se sitúa a mi lado, con sus guantes puestos, como si supiera lo que debe hacer. La miro algo sorprendido pero ella está con la mirada fija en el niño, sonriendo y con los ojos empañados en lágrimas. Tras explorarle, le devuelvo el fonendo al médico de la ambulancia. Creo que todos están llorando, o esa es la impresión que me da a mí.

-Apuntad la hora del nacimiento y apgar al minuto de 9 sobre 10 – digo seguro – está perfecto Yaiza, en unos minutos lo tengo que volver a explorar vale? – miro hacia Malú, que sigue pegada al niño – se lo quieres llevar tú?

Me mira con gesto ilusionado y asiente. Sonrío tiernamente, deben ser amigas desde hace tiempo. Supongo que debe sentirse en parte responsable de que esto haya salido bien. Observo como lo agarra con cuidado, se lo pega un segundo al pecho, gesto que me parece de lo más tierno, y se dirige a entregárselo a Yaiza. Suspiro aliviado, aunque no ha terminado todo todavía. Me quito los guantes y pido otros.

-Yaiza, falta que expulses la placenta, sientes ganas de empujar? – digo arrodillándome de nuevo – pasadme gasas – ordeno –

-Tengo que empujar verdad? – dice todavía llorando con su bebé en brazos –

-Cuándo va a venir la ambulancia? – pregunto –

-Estaban de camino… - contesta el técnico de la ambulancia –

-Vale pues vamos a intentar que la expulses… - digo seguro, secando con gasas los restos de sangres que van apareciendo – voy a ayudarte vale? – digo introduciendo de nuevo los dedos –

-Está sangrando mucho? – pregunta el médico de la ambulancia –

-Lo normal – contesto seguro – se desprenderá cuando el cordón deje de mandar oxígeno… - cojo el cordón con mis manos – que va a ser en breve… - me dejo caer sobre los talones – alguien puede sacarme la camisa del pantalón? Me estoy cociendo… - digo con tono gracioso –

-Jajajaja! – escucho a Malú reírse -  

-Estoy empapao… - digo agradeciendo que el enfermero de la ambulancia me libere un poco – desabróchame un poco la camisa que no puedo tocarme… - digo enseñando los guantes estériles –

-No es el momento de hacer un striptease Álex… - escucho la voz de Pablo –

-Qué gracioso… - digo con sorna – bueno, voy a estirar suavemente el cordón vale Yaiza? – asiente sin dejar de mirar a su hijo – necesito que alguien coja la placenta cuando salga… alguien que no vaya a desmayarse…

Malú se arrodilla a mi lado, con una sábana verde en las manos, dispuesta a hacer lo mismo que con el bebé hace unos minutos.

-No te da impresión esto? – digo sorprendido por su convicción –

-He asistido a partos de caballos, perros, gatos… - dice como si nada – es parecido…

Río sin querer. No me esperaba para nada esa respuesta. Me sorprende porque nadie se ha hecho adelante para hacerlo, solo ella, y hay personal sanitario presente. Viendo que todavía no se desprende, vuelvo a examinar al niño, esta vez encima del pecho de su madre, si me viera el ginecólogo que me enseñó a hacer esto, me mataba.

-A los 5 minutos, apgar 10 de 10 – digo para que lo apunten – Yaiza, está estupendo… - digo mirándola tiernamente –

Vuelvo a mi posición, me da la impresión que el cordón ya no lleva oxigeno, por el color y la textura, así que vuelvo a estirar suavemente, haciendo una leve presión sobre el pubis.

-Ya sale… - digo avisando a Malú, que se dispone a cogerla – eso es… ponla en la camilla que tengo que ver que está completa – obedece mientras me quedo tapando con gasas la hemorragia que produce – ya está fuera Yaiza…

-Ya me he dado cuenta pero no tengo fuerzas ya para quejarme… - dice con voz rota –

Al instante, aparece un equipo sanitario escoltado por hombre trajeado. Se sorprenden al ver la imagen, yo también me sorprendería. Me pongo de pie, quitándome los guantes, dispuesto a informar de lo que ha pasado.

-El niño está bien y ha expulsado la placenta – digo sin alzar la mirada –

Cuando la alzo, me encuentro con una cara muy familiar para mí.

-Álex, qué cojones…? – pone cara de extrañado –

-Fran tío… - estallo en una carcajada – qué te parece? Tengo imán para los partos… - refiriéndome a las veces anteriores que me ha ocurrido estando trabajando en la ambulancia –

-Pero cabronazo!! – exclama abrazándome – si te he visto en la tele hace un rato…

-Pues aquí estamos… - digo algo avergonzado – mira, el bebé está bien, apgar 9 de 10 al minuto y 10 de 10 a los diez minutos, la placenta la acaba de expulsar, ha tenido una pequeña hemorragia pero le hemos puesto un ringer y la he taponado con gasas…

-Flipo contigo… - dice mientras le dirijo a la placenta – está completa?

-No me ha dado tiempo a examinarla… - me dispongo a ello con él delante – yo diría que sí no?

-Ya hablaremos, porque esto es lo más surrealista que yo me podía encontrar… - vuelve a abrazarme – nos hacemos cargo nosotros, ya está avisado el hospital…

-Vale… - resoplo –

-Bueno, vamos a ver a ese chiquitín…

Les observo trabajar mientras intento limpiarme los restos de sangre de los brazos. Me miro la camisa, blanca como la patena hace solo unos minutos y que ahora parece salida del vestuario de The Walking Dead. Miro hacia la gente que me observa, con muchas caras conocidas, que parece que me miran impresionados.

-Alguien me presta una camiseta? – digo sonriendo –

-Voy a preguntar a ver si hay por ahí en vestuario… - dice Rosario –

-Prepara el tabaco que me voy a fumar un cartón entero… - digo a mi mánager, que me mira sorprendido –

-Aquí tengo una camiseta – aparece Rosario con ella en la mano –

Ni corto ni perezoso, me despojo de la camisa manchada, y dejo mi torso al descubierto. Me pongo rápidamente la camiseta y escucho a Pablo reírse.

-Al final tenía que hacer el striptease

-Gilipollas… - digo sonriendo –

-Ahora si que te voy a pegar un abrazo… - dice lanzándose sobre mí – cabrón, qué máquina…

Me abraza fuerte, dando palmaditas en mi espalda, muy sonoras.

-Qué emocionante… - susurra Rosario – de verdad que ha sido muy bonito…

Sonrío algo avergonzado y recibo otro abrazo, esta vez de Alejandro, al que noto algo emocionado.

-Álex, nos la llevamos – dice Fran a mi espalda –

-Voy… - me acerco a Yaiza –

-Gracias… - susurra al verme acercarme –

-Quieres que llore eh? – digo de manera graciosa – lo has hecho muy bien… ha sido un parto de libro… - digo abrazándola –

-Le tengo que poner tu nombre, de verdad… - dice llorando – no sabes cuánto te lo agradezco…

-Venga… - digo aguantándome las lágrimas – ya está… - miro hacia Fran – dime luego algo vale?

-Hecho… - choca mi mano – sigues siendo un crack, lo sabes no? – dice señalándome mientras se marchan con la camilla –

-Un crack dice… - susurro sonriendo avergonzado –

-Gracias… - el padre me agarra del hombro – gracias de verdad…

Ese abrazo termina por romperme del todo. Es un abrazo tan sincero, tan de verdad, tan real, que me supera. Dejo escapar algunas lágrimas, las que he estado reteniendo hasta ahora, y choco su mano firmemente al deshacer el abrazo. El hombre se marcha, ni siquiera sé como se llama, solo sé que ha sido padre y que le acabo de ayudar en lo más grande que se puede ayudar a alguien.

-Tío, no llores joder! – Pablo me agarra y me abraza –

-Calla!! – me separo avergonzado, limpiándome los ojos – maldita sea… - me quejo al no poder retener las ganas de llorar que tengo – necesito un cigarro… - digo riéndome nervioso –

-Yo también… - la voz de Malú aparece a mi espalda –

La gente se disipa mientras observo como Malú me mira con gesto tierno. Siento ganas de abrazarla y no me las aguanto. Escucho como ríe algo sorprendida con mi abrazo, pero lo devuelve gustosa.

-Me has ayudado un huevo… - digo sincero – estaba todo el mundo acojonado

-Es como si fuera de mi familia… - sonríe – tenía que echarle una mano… - sonríe tiernamente – venga, vamos a fumar, que te lo has ganado…

Nos dirigimos hacia una de las salidas laterales, tapada con unas vallas con una tela verde. Noto el frío por los brazos, la camiseta es de manga corta y mi chaqueta quien sabe donde está. Malú me ofrece un cigarro y me da el mechero. El humo, que de sobra sé lo perjudicial que es, entra en mis pulmones dándome una sensación de tranquilidad que necesitaba.

-Tengo que dejarlo… - digo sin más, señalando el cigarro encendido –

-No creo que hoy sea el día adecuado – contesta Malú sonriendo – menudo día no?

-Creo que voy a necesitar varias semanas para asimilar todo lo que ha pasado hoy… - contesto convencido –

-Jajajaja! – ríe – lo has hecho muy bien… - contesta tiernamente – incluso en el discurso… ha sido muy bonito…

-Gracias… - contesto avergonzado –

-Oye, por qué no te vienes a tomar algo? – tira su cigarro al suelo – íbamos a ir a mi casa, tenemos cosas que celebrar…

-Emm… - dudo un momento – vale – contesto convencido –

-Venga, hay personas que no has conocido, yo te las presento…

No hay comentarios:

Publicar un comentario