jueves, 24 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 22: BATALLANDO

Hoy comienzan las grabaciones de verdad, las que creo que me van a poner taquicárdico. Malú es experta en esto pero, aún así, está nerviosa, y eso me pone más nervioso aún. Eso, sumado al vestido que ha decidido ponerse hoy, me pone en una tesitura un poco complicada. Al llegar a plató, el público ya está sentado. Vamos a salir por separado, por un lado los coach y por otro nosotros, los asesores. Mi timidez hace un ligero atisbo de tomar el control, pero consigo contrarrestarlo, no quiero que se me vea cortado, sino, más bien, contento.

Al nombrar a los asesores, salimos a plató los 4, yo al lado de Pablo. En el ring de las batallas ya están los coach que nos esperan. Malú me abraza cariñosamente al verme la primera, para después saludarnos todos con todos. Si me midieran ahora mismo el ritmo de mis latidos, seguramente me ingresaban en el hospital. Pongo mi mano para que la agarre al bajar las escaleras mientras se ríe abiertamente y nos sentamos cada uno en nuestros sitios.

-Bueno, aquí les tenemos! – exclama Jesús en el centro del ring – todo bien? Nerviosos?

-Apenas… - digo irónico, desatando la risilla de Malú –

-Los 4 os estrenáis aquí, no habíais estado nunca – dice mirándonos – espero que estéis a gusto y, sobre todo, que ayudéis a los coach porque… - hace un gesto con la mano – esta noche es una noche complicada… - asienten – bueno, vamos a comenzar ya por el equipo de… - nos mira – Malú y Álex!

El público nos jalea y Malú levanta los brazos saludando, como si fuera la reina que va en el coche oficial. No puedo evitar reirme. Me gusta cuando es tan espontánea.

La primera batalla es la de dos chicas que van a cantar una canción de Rihanna. En los ensayos, las dos estaban un poco perdidas, pero supieron rehacerse bastante bien. Espero expectante a que salgan, hasta que Jesús las presenta.

Salen echas un flan, se les nota. Les hago un gesto para que se tranquilicen, me producen ternura, tienen apenas 20 años. La canción comienza y la tarareo, me he aprendido todas las canciones que van a cantar, algunas ya las sabía, otras las he conocido ahora.

La canción comienza con las dos titubeando un poco en cuanto a la afinación. Me sorprendo a mi mismo analizando algo así, como si de repente supiera hacerlo. Malú me mira fugazmente en uno de los momentos álgidos de la canción y asiente. No lo han hecho nada mal. Al terminar la canción, nos levantamos y aplaudimos. No es fácil ser las primeras, sin duda.

-Bueno… - decimos Malú y yo a la vez – no no, la jefa primero – digo haciendo un gesto de reverencia…

-Lo tienes dominado Malú – dice Antonio riéndose –

-Pero si no le he dicho nada! – abre los brazos indignada – bueno chicas…

Malú las elogia por la valentía que han demostrado sobreponiéndose a los nervios del principio y, al terminar de hablar, me cede la palabra y se sienta, fingiendo mucha atención al escucharme.

-Creo que no va a ser fácil ser tu asesor… - digo riéndome – yo solo os quería decir – digo dirigiéndome a las chicas – que creo que todos estamos de acuerdo en que no es fácil salir aquí, las primeras… eso pone nervioso a cualquiera. Y aún estando nerviosas, lo habéis hecho genial… más que una batalla, yo he visto un dúo entre dos amigas y eso dice mucho de vosotras como compañeras… - el público aplaude - creo que, ahora mismo – miro a Malú – no tenemos ni idea de qué hacer… - Malú asiente -

-Has visto qué bien habla mi cococha? – dice Malú mirando a Laura –

-Cococha! – exclama Laura – que es cococha? – pregunta a Alejandro, mientras Antonio ríe con ganas –

-Cococha? – pregunto sin entender nada –

-De cocoach – responde Antonio muerto de risa –

Empiezo a reírme escuchando al público hacer lo mismo. Incluso las chicas, nerviosas como ellas solas, también están riendo ante la ocurrencia de la jefa.

-Y ahora yo soy la que tiene que decidir esto? – me mira con cara de niña – bueno… - suspira sentada en el sillón – las dos para mí… - gesticula con las manos – sois adorables, de verdad… y tenéis una voz preciosa… pero… - hace una pausa de tensión – me voy a quedar con… - hace otra pausa – Vero…  

Vero es la chica que, objetivamente, mejor ha cantado hoy. Lo habíamos hablado Malú y yo en los ensayos y sabía que iba a elegirla. La otra chica, María, ha encajado bien la derrota hasta que Malú la abraza y se pone a llorar desconsolada. Yo que pensaba que no iba a emocionarme en este programa, pero me equivocaba. Le hago un gesto a Pablo para que pulsen, la chica canta genial, se dieron la vuelta los 4 en las audiciones a ciegas, pero se pone muy nerviosa.

María coge el micrófono temblorosa y nos agradece a todos lo que ha aprendido, con un tono de humildad que me encoge el corazón. Malú, a la que nunca había visto así, está emocionada. Cuando María está bajando las escaleras, veo como Antonio levanta el brazo y pulsa. No puedo evitarlo y pego un salto en señal de alegría. La chica entonces rompe a llorar de nuevo y Malú, espontáneamente, me abraza. Mis cejas se arquean un poco con ese gesto, pero sonrío. Al final, las dos chica, jóvenes, con voces muy bonitas, se quedan en el programa. Primer mal trago pasado. Ahora solo quedan unos cuantos más.


-Oye, habéis visto a Malú? – pregunto a Antonio que habla animadamente con Laura al terminar la grabación – ha salido disparada del sillón.

-Seguro que se estaba meando – dice Antonio riéndose – igual está en su camerino…

Me dirijo hacia allí mirando el reloj. Tengo que irme, mañana por la mañana tengo una entrevista y quiero descansar, pero no me quiero ir sin despedirme. La primera grabación ha sido todo un éxito, al menos, así lo he percibido yo. Me he encontrado cómodo, y creo que es gracias a Malú, que no ha parado de gastarme bromas, sobre todo con los comentarios de Laura, poniendo acento italiano cada vez que me hablaba. El pique entre ellas y el de Malú con los demás es de lo más divertido que he visto. Se nota que se conocen desde hace años y tienen confianza para gastarse cualquier tipo de broma, sobre todo Malú con Alejandro. Yo ya sabía que se llevaban bien pero he podido comprobar en este tiempo que es como si fueran familia, como si fueran hermanos.

Al llegar a su camerino, toco a la puerta pero paso sin escuchar si me contesta.

-Malú, me voy, iba a… - mi voz se calla al ver que está cambiándose y solo lleva la ropa interior – Joder, perdona… - digo intentando salir del camerino, pero tropezándome con una silla –

-Por qué entras sin llamar? – dice tapándose con las manos hasta encontrar una prenda que la cubra –

-Porque soy gilipollas seguramente… - digo dándome la vuelta, mirando hacia la pared – es que llevaba prisa, venía a despedirme, mañana tengo una entrevista y…

Noto como se para justo detrás de mí, sin decir nada. Al darme la vuelta, me está mirando riéndose.

-Perdóname en serio… - digo algo nervioso al no entender por qué está tan cerca –

-Si ya me has visto desnuda… - dice riéndose – me lo he pasado muy bien contigo… - dice sonriendo haciéndome apartar la mirada avergonzado – eres muy buena cococha…

-Jajajaja! – estallo en una carcajada, fruto de lo nervioso que estoy – ha sido un puntazo eso…

-Si…

Nuestras miradas se cruzan, justo lo que estaba intentando evitar. Hoy iba muy guapa, ha habido veces que la he mirado sin que se diera cuenta. Pero ahora, semidesnuda, me hace recordar que mis bajos instintos se desatan según en qué momentos con ella. Se acerca peligrosamente, casi sin mirarme, con cierta vergüenza que no parecía tener hace un momento. Nuestros labios se rozan unos segundos, quizá algo tímidos, para dar paso a la pasión que ya ha aparecido en nuestros anteriores encuentros.

Malú cruza sus brazos por mi nuca, abriendo los labios para recibir mi lengua, que está ansiosa y ni siquiera me había dado cuenta durante estas horas que hemos pasado juntos. Mis manos se dirigen a su cintura y rozan sus braguitas, haciendo que me recorra un escalofrío por todo el cuerpo. Camino hacia delante haciendo que dé pasos hacia atrás, sin deshacer los besos que nos estamos regalando, hasta tropezarse con el sofá. Caigo sobre ella y exclama riéndose, contagiándome. Tras unos segundos de risas cómplices, volvemos a besarnos con rabia, con mucho deseo.

Todo ocurre muy rápido. Escucho a alguien tocar a la puerta y, sin tiempo para reaccionar, escucho la voz de Alejandro.

-Oye Malula, tengo que enseñarte una cosa antes de irm…

Me levanto rápidamente del sofá, mientras Malú se queda ojiplática tumbada todavía en el sofá. Aparto la mirada avergonzado cuando miro hacia Alejandro, que nos mira sorprendido.

-Perdón… - acierta a decir, intentando salir del camerino, pero le detengo –

-No… - digo llegando hasta la puerta, a su lado – yo ya me iba…

Sin decir nada más ni volver a mirar a Malú, cruzo la puerta y salgo del camerino consciente de que tengo el mismo color en la cara que el pantalón que llevaba hoy Antonio. Rojo. Completamente rojo. La pillada ha sido descomunal. Tengo que irme a casa antes de que alguien me pregunte por mi sorprendente color de piel.


-Qué manía os ha dado a todos hoy con entrar sin llamar? – pregunto haciéndome la indignada y poniéndome una camiseta –

-Eh… - veo que Alejandro señala hacia la puerta, justo por donde se acaba de ir Álex, dejándome sola con este marrón – este… - tartamudea un poco, sin acertar a decir nada -

-No hagas preguntas… - le ruego mientras me pongo el pantalón – no te voy a decir que no es lo que parece porque no cuela no? – digo algo apurada –

-No… - carraspea – no te voy a decir que no lo sospechara… - sonríe de lado –

-Que sospechabas el qué? – digo algo molesta –

-Pues que tú y Álex… - hace un gesto con las manos, uniendo sus índices –

-Yo y Álex nada… - digo poniéndome los zapatos – somos amigos, no nos equivoquemos…

-Ah… claro… - dice con tono irónico –

-No se te ocurra contar nada a nadie… - digo alzando mi dedo índice hacia él –

-He contado alguna vez alguna cosa tuya? – dice un poco indignado – me alegro Malula… me gusta para ti…

-Que no somos nada! – exclamo – somos amigos… y nada más…

-Hombre, algo más seréis, que estaba encima de ti… - señala el sofá –

-Pues no, no somos nada más… - digo algo molesta – y deja de poner esa cara! – digo frustrada -

-Que soy yo eh? – dice mirándome – que me lo puedes contar… - pone cara de creer que le estoy ocultando algo -

-Y dale… - digo cansada – has visto lo que has visto no? Pues eso, dos amigos que… - me mira y alza una ceja – que… - no sé como seguir -

-Ves? Algo más seréis… - dice riéndose - Os he cortado todo el rollo… - dice intentando no reírse –

-Pues sí – digo como si nada – qué querías enseñarme?

-Vas a cambiar de tema de verdad? – pregunta sorprendido –


-Si, voy a cambiar de tema y este tema queda zanjado aquí… - digo rotunda - 

No hay comentarios:

Publicar un comentario