El sueño me ha vencido a ratos. Miro el reloj, ha pasado
casi una hora desde la analítica, pero no ha venido Tere. Y si ha salido algo
raro? Y si no es un cólico y tiene algo grave? Le observo dormir, totalmente
relajado, con el gotero terminado. Me levanto y lo cierro. Sé hacerlo, Carlos
en la clínica me ha enseñado muchas cosas y, aunque tratamos animales, algunas
cosas se parecen mucho.
Tere aparece con unos papeles en la mano y me sonríe
dulcemente. Apenas la conozco, y me cae genial.
-Qué tal? – susurra señalándole –
-Se ha quedado dormido al poco de ponerle eso… - señalo el
gotero –
-Mmm… - lo observa – no se ha despertado? – la miro
extrañada – está cerrado…
-Lo he cerrado yo… - digo algo avergonzada –
-Ah… - me sonríe – la mayoría de pacientes nos llaman
horrorizados cuando se les acaba el gotero para que se lo cerremos… - ríe –
-A veces ayudo en una clínica veterinaria… - digo sintiendo
algo de vergüenza – es lo mismo que con ellos…
-Vaya… - responde algo sorprendida – siempre he dicho que a
quién le gustan los animales, es buena gente… - dice escribiendo algo en los
papeles –
Me ruborizo un poco. Tere es una mujer que, con poco que
diga, te provoca algún sentimiento.
-Efectivamente es un cólico… - dice mirándome – el resto de
la analítica ha salido bien… - mira a Álex – buenos días doctor…
-Joder… - cierra los ojos – menudo viaje… - mira el gotero –
qué me has metido ahí? – dice todavía con los ojos entrecerrados –
-Estaba informando al familiar, sigue durmiendo… - dice Tere
mirándome y guiñándome un ojo –
-Ah, perdón… - cierra los ojos y finge estar roncando –
-Ah, que roncas encima? – pregunta Tere –
-No, no ronca… - respondo sin pensar –
El color de mis mejillas pasa de color carne a color rojo
sangre en cuestión de segundos. Por qué cojones he contestado eso? Álex se ríe
levemente y Tere nos mira con cara de comprender algunas cosas. Genial, acabo
de dejar claro que hemos dormido juntos. Soy gilipollas.
-Bueno, Álex, un cólico hijo mío, voy a hacerte una
ecografía yo misma para asegurarme que no tienes una piedra por ahí… - dice de
corrido –
-La mejor ecografista del hospital, sin ser ecografista… -
dice Álex sonriendo – será todo un honor que me hagas una ecografía…
-Qué payaso eres… - responde Tere riéndose – anda, levanta
la camiseta… - dice trayendo el ecógrafo -
-Qué mal suena eso… - responde irónico –
-Ya no tienes dolor? – le pregunta sentándose en la camilla
a su lado –
-La verdad es que no… - responde contrariado – qué malo me
he puesto, en serio… - dice como excusándose – sabes que no vendría si…
-Calla, que tú eres capaz de morirte antes de venir al
hospital… - Tere me mira – todos los médicos somos unos pacientes nefastos… -
echa un poco de gel sobre su abdomen descubierto –
-Joder! Qué frío está! – exclama –
-Ves? – me mira riendo – a ver… relaja el abdomen anda…
Tere observa la pantalla moviendo el ecógrafo lentamente.
Álex observa la pantalla como si entendiera lo que ve. Esto se escapa para mí,
solo veo cosas negras y blancas, nada más.
-Si es niña, le llamaré piedra… - dice Álex de repente –
Estallo en una carcajada ante su ocurrencia, igual que Tere,
que resopla apoyándose en la pantalla. Cuando se serena un poco, vuelve a
iniciar la maniobra.
-Bueno, yo aquí veo un riñón perfecto… con su bazo normal…
-Tengo un bazo normal – dice mirándome – eso es bueno… -
dice irónico, haciéndome sonreir –
-Y el otro riñón también está bien… con su hígado de tío
joven que no bebe… - dice mirándole haciendo énfasis –
-Bueno… eso de que no bebo… - chasquea la lengua –
-Y aquí abajo… - dirige el ecógrafo al pubis – tampoco se ve
ninguna piedra…
-Se ven otras cosas que no vienen a cuento… - dice riendo –
-Imposible hacerte una ecografía seria… - dice soltando el
ecógrafo – pero creo que está todo bien…
-Gracias Tere… - dice quitando el tono irónico de su voz –
-Te voy a dar el alta si me prometes que te vas a tomar el
tratamiento unos días… - le apunta con el dedo – no nos des otro susto…
-Lo prometo… - dice bajándose la camiseta –
-Malú – dice girándose hacia la puerta – ven conmigo… - se
levanta rápidamente de la camilla –
-Qué pasa? – pregunto algo asustada –
-Vienen sus compañeros a verle, he intentado pararles pero
no me hacen caso… - dice llevándome al mostrador de enfrente, donde hay un
habitáculo lleno de goteros – no quiero que te avasallen… pueden ser muy
pesados…
La miro agradecida cuando veo venir a varias personas
vestidas de blanco y verde. La sonrisa de Álex se instaura en su cara cuando
les ve, abrazando a todo el mundo, sin poner un mal gesto, sin hacer nada que
no demuestre que está contento por verles. Después de tener ese dolor y con el
sueño que tiene que tener, admiro esa capacidad que tiene para hacer que los
demás se sientan a gusto con él. Esa es una de las cosas que más me gustan de
él. Esa amabilidad tan pura que tiene. No finge, lo siente.
-La gente le quiere mucho… - dice Tere observando la escena
a mi lado –
-Se nota… - contesto mirando hacia él –
-Es buena gente… - dice con tinte emocionado – para mí es
como un hijo… - traga saliva – más que buena gente, diría que es la mejor
persona que conozco…
La observo y, por primera vez, pierde ese halo de serenidad
que parece que la envuelve y ahora parece emocionada. Emocionada de manera
sincera. Se nota que le quiere mucho.
-Te contaría tantas cosas de él… pero estaríamos aquí hasta
mañana… - sonríe – no sé cómo has conseguido traerle… - la miro – es muy
cabezota… - sonrío – cuando le pasa algo a los demás, pierde el culo por ellos…
pero cuando le pasa algo a él… intenta por todos los medios que no se le note…
-Me he dado cuenta… - digo recordando la escena en mi casa –
-Le conoces de hace mucho? – pregunta sin mirarme –
-Unos meses… - digo dándome cuenta del poco tiempo que hace
que le conozco –
-Parece que os conocéis desde hace mucho… - dice todavía sin
mirarme – Álex es una persona transparente… - me mira – lo que siente lo
demuestra… no sabe fingir… - asiento mirándole – por eso creo que le está
superando un poco el mundo en el que se ha metido… - la miro sorprendida – la
semana pasada me llamó muy agobiado… está teniendo problemas con su productor…
-Lo sé… - respondo seria –
-Supongo que tú sabes de qué va esto… - la miro – ayúdale si
puedes… - me pide – está bloqueado, le conozco…
-Tampoco le he ayudado mucho estos días… - me mira esperando
a que siga hablando – discutimos el otro día, llevábamos días sin hablar…
-Es difícil discutir con él… - dice haciéndome sentir mal –
por eso es tan fácil hacer las paces con él… - me mira – no tiene rencor…
-Lo sé… - respondo de nuevo –
-No te conozco para pedirte esto, pero parece que le tienes
mucho cariño… - dice de repente mirándome – cuídamelo… - se me hace un nudo en
la garganta - antes podía aconsejarle… pero hay cosas que se me escapan…
-Hablaré con él… - digo convencida, recibiendo una sonrisa
tierna por su parte –
-Gracias… - dice haciéndome una carantoña en la mejilla - Mi
hija se muere si le digo que he estado hablando aquí contigo… - dice riendo –
te escucha a todas horas…
Sonrío conmovida. Es entonces cuando recuerdo la historia de
Tere que Álex me contó. Con todo lo que ha tenido que sufrir, y no se le ve ni
un ápice de maldad en sus actos. Ni una mala cara, ni un mal humor. Cojo la
tablilla que llevaba en la mano y el boli que yace sobre ella. Veo un folio en
blanco y lo saco, notando como me observa.
-Cómo se llama tu hija? – pregunto convencida –
-Alba… - responde sorprendida –
Escribo un “para Alba con cariño” y lo firmo. Me mira
todavía sorprendida.
-Es lo menos que puedo hacer… - digo algo avergonzada – pero
si quieres algo más no tienes más que pedírmelo…
Agarra el folio todavía impactada por ese arrebato que he
tenido. Me siento un poco impotente por no poderla recompensar de otra manera
después de lo bien que se ha portado, pero creo que le parece más que
suficiente a juzgar por el fugaz abrazo que me da.
-Espera aquí, voy a disipar a las masas… - dice saliendo de
la habitación –
La observo cruzar el mostrador hasta llegar a la camilla. Los compañeros de Álex obedecen las órdenes para que le dejen tranquilo. Veo a Tere con una sonrisa amable para todo el mundo, así que nadie se cabrea por tener que marcharse. Se despiden de él cariñosamente mientras lo observo todo desde el habitáculo. Me siento ridícula, pero es tarde para aparecer en escena, eso sí sería ridículo. Tras marcharse todo el mundo, intuyo que Álex le pregunta a Tere donde estoy y me señala sonriente haciéndole un gesto de silencio a Álex que le hace reir. Definitivamente, esta mujer me ha ganado por completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario