viernes, 25 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 27: SOLO PARA TI

-Malú, escúchala con calma… - dice mi hermano dándole de nuevo al play –

-Pero vamos a ver… - digo frustrada – que no canto yo esa letra joder…

-Por qué? – pregunta frustrado – si no está mal…

-No está mal, pero no es lo que quiero cantar… - niego con la cabeza – es demasiado triste…

-Y entonces qué quieres hacer? – se levanta de la silla mientras los demás le miramos – es muy difícil ayudarte…

-Jose, tengo muy claro lo que quiero hacer… y esperaré el tiempo que haga falta… - digo convencida –

En el estudio, los demás me miran algo cansados. Hasta Rubén niega levemente con la cabeza en tono de desaprobación. Vuelvo a sentir esa frustración de nuevo, pero voy a llevar esta idea hasta el final.

Al llegar a casa, siento abatimiento, pesadez. Son las 4 de la tarde y me acostaría hasta mañana. Ni siquiera ver a Danka moviendo el rabito me hace tener ganas de levantarme del sofá. Tras hacer zapping y revisar las redes sociales, un whatsapp me llega. Es Álex. Quizá va a proponerme que salgamos a dar una vuelta con los perros, pero tengo las mismas ganas de tener esta regla eternamente. Sonrío al acordarme del lío que le formé para hacerme el test. Tenía razón, solo tenía que esperar, pero eso se me da muy mal.

Abro el whatsapp y veo que me ha mandado un archivo de audio. Frunzo el ceño, y, cuando voy a darle al play, me dice que me ponga los auriculares. Resoplo al tener que levantarme a buscarlos. Cuando los tengo, vuelvo a sentarme en el sofá y, por fin, le doy al play. La voz de Álex cantando aparece, enmascarando parcialmente un piano que suena con notas muy animadas. Alzo las cejas al escuchar la letra, me parece muy divertida. Es pegadiza, al menos para mí. Sonrío varias veces, siempre coincidiendo con la parte en la que dice “y fue un remolino”, intensificando el tono. Al terminar la canción, mis dedos corren a escribirle, con una sonrisa de oreja a oreja.

“Es otra de tu disco? Me encanta!” le escribo.

“Escucha esta” responde sin contestar a mi pregunta.

Le doy al play en cuanto la recibo. Sin querer, me siento más animada. Unas notas de piano con tono melancólico resuenan en mis oídos. Esa melodía me suena. Abro los ojos de par en par cuando recuerdo que es la misma que escuché en la buhardilla aquella noche hace ya unos meses. Cómo ha podido acordarse de esa melodía? Escucho atentamente la letra hasta que llega al estribillo y contiene la letra de aquella noche. Sonrío avergonzada al acordarme cómo terminó aquella noche. La canción me parece que tiene una fuerza que me sería difícil explicar. La letra es triste, pero tiene un tinte agresivo que me encanta. Y algo que le hace no ser negativa, sino que deja una especie de puerta abierta a la esperanza. Estoy flipando, cómo es posible que componga así? Me recuerda a cuando Ale nos enseñaba sus maquetas en casa de mi tío. Sonrío melancólica mientras sigo escuchando la canción hasta que termina. De nuevo, vuelvo a repetir el mismo modus operandi, le escribo a toda prisa.

“Me estás dando mucha envidia!!!” le escribo.

“Prometo que es la última” escribe y, al segundo, recibo otro archivo de audio.

Sin contestarle, corro a abrirlo, como si fuera un niño que acaba de encontrar un regalo la mañana del día de Reyes. De nuevo, la voz de Álex aparece unos segundos antes que el piano. La melodía me parece agradable desde el principio. Qué bien canta, aunque eso es un obviedad. La canción avanza suave hasta que llega al estribillo, y se vuelve fuerte, con una letra que me parece preciosa, positiva, sin llegar a ser empalagosa. Me descubro a mí misma cual adolescente que escucha a su ídolo, con la mano en la boca, totalmente embelesada. De nuevo, el estribillo consigue que hasta resople por la fuerza que me parece que tiene. Tras el segundo, un trozo en el que Álex saca toda la voz que tiene, me sorprende, no sabía que llegaba a notas tan altas. Es sin duda la canción que más me ha gustado de las tres.

“Dios!!! Es brutal!!!” Le escribo hasta nerviosa

“Te gustan?” pregunta poniendo un emoticono de un mono tapándose los ojos

“Claro!!! Me encantan!!! Te va a quedar un disco genial!!!” contesto, añadiendo un par de gitanillas

“Te las regalo”

Leo la frase un par de veces. Abro los ojos de par en par y sacudo la cabeza aturdida. Qué significa que me las regala?

“Cómo?” pregunto nerviosa

“Que desde que empecé a escribirlas te estaba escuchando cantarlas en mi cabeza jajaja” Responde “Ahora que están terminadas, todavía más”

Leo de nuevo varias veces la frase. El corazón comienza a latirme muy rápido, me pongo nerviosa de repente.

“Si te gustan, son tuyas” sentencia

“Tienes que estar de coña” acierto a contestar

“No, no estoy de coña” escribe, seguido de muchas caras riendo “Enséñaselas a quien tengas que enseñárselas y, si te gustan, quédatelas”

“Álex, me lo estás diciendo en serio?” pregunto flipada

“Será un honor escucharlas con tu voz” responde añadiendo un emoticono guiñándome el ojo

No puedo evitarlo. Doy un salto en el sofá y Danka levanta la cabeza asustada. Busco su número para llamarle.

-Jajajaja – me coge el teléfono riéndose –

-Dime que estás hablando en serio! – exclamo –

-Ya te he dicho que si – responde riéndose – te gustan o qué?

-Que si me gustan?? – exclamo subida de pie en el sofá – ahhhh – grito emocionada –

-Jajajajaja! Me vas a perforar el tímpano! – exclama riéndose – tendrás que cambiar alguna palabra a alguna de ellas, las he compuesto en masculino…

-Álex, pero en serio me estás diciendo que son para mí? – vuelvo a preguntar incrédula – te das cuenta de lo que acabas de hacer?

-Jajajaja – se ríe –

-Me acabas de hacer el mejor regalo que me han hecho en mi vida… - digo sincera, sentándome en el sofá, intentando serenarme –

-Ala!!! - exclama - Nada superará el aprendiz de Ale y lo sabes… - dice riéndose –

-Se le acerca, te lo aseguro… - digo sincera – esta mañana he vuelto a discutir con mi hermano… Dios! – exclamo – verás mañana cuando les cuente esto…

-Me alegro mucho de que te hayan gustado… - ríe levemente – llevaba días componiendo, no quería decirte nada hasta tenerlas… - sonrío – te juro que desde el principio me parecía estar escuchándote cantándolas… estaba acojonado por si no te gustaban… - dice riendo –

-Pero cómo no me van a gustar? – pregunto enfáticamente – no me lo puedo creer… - digo todavía nerviosa – quieres venir a casa y me enseñas las letras y las partituras y…

-No puedo Malú… - me corta – no estoy en Madrid… estoy en Barcelona, tenía que venir a hacer una entrevista…

-Ah… - me sorprende mi tono de tristeza – bueno, no pasa nada… ya me las escucho yo bien esta tarde… - digo emocionada –

-Mañana por la tarde vuelvo a Madrid, si quieres me paso a verte… - dice con cierto tímido –

-Aquí estaré… - respondo con voz tierna – madre mía, no voy a poder parar de escucharlas…

-Jajajaja – ríe – oye, tengo que dejarte que me van a matar…

-Vale, tranquilo… - digo sonriendo – nos vemos mañana…

-Si… - me parece intuir que sonríe – hasta mañana…


Cuelgo el teléfono y busco de nuevo las canciones. No me puedo creer lo que acaba de pasar. No puedo dejar de sonreír. No tengo ni las letras, ni las partituras, pero tengo decidido que estas tres canciones van a estar en el disco, me digan lo que me digan mañana. Son exactamente lo que estaba esperando. Vuelvo a ponerme los auriculares y las escucho, esta vez sabiendo que son mías, y una sonrisa inmensa se instaura en mi cara.

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