Veo como se aleja, acompañada de Alejandro, que intenta
consolarla. José les mira y niega con la cabeza, algo acongojado.
-Le ha nombrado a Paco y mira… - les señala – ay Paco… -
dice José compungido –
Siento culpabilidad. Me siento culpable por haberle hablado
así, justo el día de su cumpleaños. Me podía haber contenido, lo último que
quiero es hacerle daño. De repente, todo ese enfado que tenía acumulado, se ha
difuminado y ahora solo veo su figura alejarse, con el brazo de Alejandro
pasando por sus hombros, como sujetándola. Resoplo y me lo pienso un instante,
pero no puedo evitarlo. Comienzo a caminar hacia ellos rápido, intentando
alcanzarles. Al llegar a su altura, Alejandro se gira y me sonríe tiernamente.
-Mira, tu asesor se preocupa por ti – dice Alejandro
dulcemente intentando animarla –
Al girarse, veo como está llorando desconsolada. Se me acaba
de partir el alma en dos. Sin pensármelo, me acerco más a ella y la abrazo. Un
segundo después, se aferra con sus manos a mi espalda, abrazándome. Creo que no
hacen falta más disculpas, este abrazo es nuestra manera de pedirnos perdón. Al
menos yo lo percibo así. Alejandro sigue allí, mirándonos con un aire de
emoción que solo él sabe poner.
-Venga… - digo dulcemente – ya está, no llores más que es tu
cumpleaños…
Se separa y me mira compungida para, al instante, apartar la
mirada al suelo. No puedo evitar de nuevo seguir mis instintos. Dejo un beso en
su frente, sonoro, cariñoso a más no poder. Hago una caricia en su brazo
izquierdo y sonríe levemente. Ya está, ya no estoy enfadado. Es más, retiraría
todo lo que he dicho, ya no lo siento así. Claro que quiero trabajar con ella,
no tengo ni qué pensármelo.
-Joder… - se queja – qué llorera más tonta… - dice riendo
todavía con lágrimas en los ojos –
-Ha sido culpa mía… - dice Alejandro con mirada tierna –
-Hoy estoy más sensible de la cuenta… - dice serenándose –
-Más? – Pregunta Alejandro exagerando – venga, vamos a
comernos la tarta, que es de tres chocolates, tu favorita no?
Malú asiente como una niña y agarra la mano de Alejandro.
Meto mis manos en los bolsillos del pantalón, sonriendo al ver la relación que
tienen. Alejandro parece su hermano mayor, o su padre si me apuras. Caminamos
de nuevo hacia donde estábamos y noto como Malú se avergüenza de lo que acaba
de pasar, pero todos la consuelan y le restan importancia.
Ahora sí, nos echamos fotos con ella y, en algunas, me pongo
a su lado. Me mira agradecida, al menos eso es lo que percibo. La idea de la
tarta había sido mía, hace dos días llamé a Alejandro para decírselo y le
encantó. Sabe que a Malú le gusta que la sorprendan, aunque se muera de la
vergüenza.
Tras la mini celebración, quedamos en vernos mañana, todos
vamos a hacer la primera toma de contacto con los talents frente al piano. No
sé si sacar de nuevo el tema a Malú o dejarlo estar, quizá es mejor dejarlo
pasar y hablarlo otro día, si es que hay algo de lo que hablar. Es la hora de
comer, a pesar de la tarta, comienzo a tener hambre. Pienso en decirle si
quiere comer conmigo, pero me freno. Quizá no sea buena idea. Al salir del
plató, nos despedimos con los besos de rigor.
-Qué hambre tengo… - dice Malú –
-Con la tarta que te has comido… - Alejandro niega con la
cabeza – te han traído en coche?
-Si… - dice Malú torciendo el gesto – pero como no sabía a
qué hora íbamos a terminar he quedado en avisarle…
-Te llevo yo… - digo sin pensar y arrepintiéndome al
instante – quiero decir… vivimos a dos calles, me pilla de camino…
-Es verdad, que sois vecinos… - dice Alejandro riéndose –
nos vemos mañana… - me choca la mano y le da un beso a Malú, desapareciendo de
la escena, como si tuviera prisa –
-No te importa? – dice algo avergonzada –
-Claro que no… - digo seguro – lo tengo ahí – señalo al
aparcamiento –
Caminamos sin decirnos nada hacia el coche. La gente se
sorprende cuando les digo que voy conduciendo a los sitios, pero es que no me
gusta que me lleven, a mi me gusta llevar mi coche, para eso lo tengo. Subimos
al coche y, al cerrar la puerta, un sentimiento de incomodidad me invade
durante unos segundos. Qué cojones hago llevando a Malú a su casa después de lo
que pasó ayer? Arranco y salgo del aparcamiento, sin decir una palabra.
-Gracias… - dice de repente, mientras salgo a la carretera –
-Por qué? – pregunto sorprendido mirándola –
-Por la tarta… - dice avergonzada – y por no guardarme
rencor…
-Yo no tengo de eso… - digo de manera graciosa – te ha
gustado lo de la tarta?
-Si… - contesta avergonzada – y me he sentido muy culpable
cuando me han dicho que la idea había sido tuya…
-Malú… - resoplo mirando a la carretera –
-Te he hablado fatal… - dice con tono de culpabilidad –
tenías razón en todo lo que me has dicho…
-Olvida lo que te he dicho – contesto al instante –
-No sé por qué pasó lo de ayer… - me revuelvo en mi asiento
– tú lo sabes? – noto que me mira –
-No – contesto rápido –
Se hace un silencio incómodo en el coche. Conduzco mirando a
la carretera, intentando abstraerme, pero me es imposible. No miento cuando
digo que no sé lo que pasa. Quizá es solo que me atrae, y eso sumado a mi
increíble éxito en el último año en cuanto a parejas, hace el resto. Será eso,
pura atracción física. El problema es que luego siento un sentimiento de
amistad hacia ella que pocas veces he sentido. Y es una mala mezcla. Muy mala.
-Quieres que hablemos del tema? – pregunto sin mirarla –
-Si – contesta –
De nuevo un silencio. Esta vez más corto, gracias a que me
atrevo a empezar a hablar.
-Creo que somos parecidos… - digo sin mirarla – tenemos
cosas en común… tenemos feeling, no? – la miro y asiente sin mirarme – me
gustaría que tuviéramos una amistad – digo sin saber bien cómo seguir – pero
ayer no sé qué me pasó… como la noche en que nos conocimos… de repente surgió
otra cosa que no sé muy bien qué es…
-A mi también me gustaría que tuviéramos una amistad… - dice
con tono de tristeza –
-Siento que tengo mucha confianza contigo… y ya ves tú… no
nos conocemos demasiado… - sonrío – es difícil tener confianza con alguien que
acabas de conocer… - digo mirando a la carretera – además, este año he conocido
a mucha gente… y nunca he sido desconfiado pero… - chasqueo la lengua – se me
ha acercado alguna chica, tímidamente, nada de tirarme los trastos… y he salido
corriendo… - ríe brevemente – no me fío de nadie, y nunca he sido así…
-A donde quieres llegar? – me pregunta sentándose de lado
mirándome –
-Pues… - la miro fugazmente – pfff… - resoplo – no sé… -
niego con la cabeza –
-Te refieres a que de mí no desconfías porque estoy en tu
misma situación? – la miro y afirmo – no es fácil ser conocido… - se sienta de
nuevo mirando a la carretera – me lleva pasando eso que has dicho desde que
empecé… - alcanzo a ver como sonríe – pero no entiendo qué quieres decir.
-Pues… - resoplo – que antes tenía la libertad de que si me
gustaba una chica y yo le gustaba pues acostamos y ya está, y si mañana no
queremos saber nada el uno del otro pues hasta luego… aunque tampoco es que
haya hecho eso muchas veces… - digo de corrido – pero ahora es distinto… - miro
por el retrovisor para salir de a la autopista – ahora no puedo entablar una
amistad con ninguna chica sin pensar que la voy a liar parda…
-Y conmigo no la vas a liar parda? – dice riéndose –
-Tienes el mismo concepto de vida privada que yo – digo sin
mirarla pero noto como me mira – me equivoco? – pregunto mirándola –
-No, no te equivocas… - contesta sonriendo –
-Por eso supongo que me dejé llevar esa noche… - digo algo
nervioso – y ayer pues pasó lo mismo… aunque lo parase… pero lo paré por otra
razón, no porque desconfiara de ti…
-Y por qué entonces? – pregunta sin mirarme –
-Porque si nos acostamos otra vez y no dejamos claras
algunas cosas, esto se va a estropear… - digo sin pensarlo –
-Ah… - dice algo sorprendida – y qué es lo que tenemos que
dejar claro? – pregunta mirándome –
-Pues… - la miro y me está mirando con cara pícara – si me
miras así mientras conduzco igual nos estrellamos…
-Jajajaja! – estalla en una carcajada – eres la hostia… -
dice mirando de nuevo hacia la carretera –
-Ya que me estoy inmolando, me voy a inmolar del todo… -
digo sin mirarla – lo que pasa es que me atraes físicamente pero, a la vez,
siento que podemos ser muy buenos amigos… y eso es incompatible…
-Toma ya… - dice mirando a la carretera – y me dices eso
aquí, en el coche, en mitad de la M-30?
-Qué quieres que haga? – digo indignado – si quieres paro
aquí en medio…
-No, no hace falta… - me contesta irónica –
-Y eso sumado a mi éxito sentimental últimamente, pues hace
que se me vaya la pinza… - la miro y me está mirando con una ceja levantada –
me refiero a que… - resoplo – me estás ayudando mucho a descubrir qué es lo que
pasó ayer eh? – digo irónico mientras se ríe – lo estoy haciendo todo yo…
-A mi me pasa lo mismo contigo… - dice con tono avergonzado
– tampoco es que esté teniendo éxito sentimentalmente hablando…
-Pues eso… - contesto intentando zanjar la conversación –
-En resumen… - se pone de lado de nuevo mirándome – estamos
faltos de cariño y confiamos el uno en el otro… - la miro y se alza de hombros
– no es tan grave entonces…
-Jajajaja – no puedo evitar reirme – gran resumen…
-Te atraigo? – pregunta no pudiendo evitar reir –
-Y yo a ti? – pregunto a la defensiva – ah, ahí ya no
contestas… - digo triunfante –
-Claro que me atraes… sino no me habría acostado contigo… -
dice convencida –
Me deja mudo la naturalidad con la que contesta. Se ríe
tímidamente y se coloca el pelo a un lado. Tengo que hacer serios esfuerzos por
seguir mirando a la carretera.
-Y qué hacemos? – pregunta mirándome –
-Qué hacemos de qué? – pregunto incómodo –
-Si vuelve a surgir… - se explica – qué hacemos?
-Eh… - la miro y aparta la mirada tímidamente – pues no lo
sé… - vuelve a mirarme con vergüenza – me provocas mucha ternura a veces… -
digo sincero, sonriendo, y vuelvo la mirada a la carretera –
-Aggg… - se queja – qué quieres? Que ilumine el coche de
rojo? – contesta de manera graciosa –
-Jajajajaja! – río – es la verdad…
-No quiero una relación ahora mismo… - dice de repente, con
tono serio –
-Nadie ha hablado de eso… - contesto un tanto molesto –
-No creo que pudiera volcarme ahora mismo en una relación
como a mí me gusta… - reflexiona mirando a la carretera – se estropearía…
-Malú… - digo mirándola – en ningún momento estamos hablando
de eso… no?
-No… - contesta – pero hace mucho tiempo que no tengo una
relación estable… - dice reflexiva – y no la quiero ahora…
-Tercera vez que lo dices… - digo algo frustrado – y tercera
vez que te repito que no estoy hablando de eso…
-Vale… - contesta algo molesta –
Vuelve a haber un silencio, esta vez algo más tenso. Creo
que ha quedado todo claro y, por lo que he podido sacar, si vuelve a surgir, va
a pasar, y si pasa, no va a haber malos rollos. Y, de repente, tengo ganas de
que pase. Sacudo un poco la cabeza intentando apartar esos pensamientos de mí.
Me acaba de perturbar mucho la idea de volver a acostarme con ella.
-No te enfades… - digo de repente –
-No estoy enfadada… - contesta instantáneamente –
-Claro que no… - digo irónico – no se te nota apenas… -
resopla – comes sola? – me mira –
-Si… mi madre y mi hermano van a venir por la noche a casa…
- contesta mirando a la carretera –
-Quieres que comamos juntos? – me atrevo a proponerle – qué?
– pregunto al ver como me mira – tengo hambre y no tengo nada preparado en
casa…
-Si me invitas a comer… - dice sonriendo irónicamente –
tengo comida en casa…
-Si me invitas… - contesto sonriendo – no está bien que
comas sola el día de tu cumpleaños…
-Claro claro… - dice irónica – si es por hacerme un favor…
-Exacto… - contesto siguiendo la broma – pero nada de
ensalada – le apunto con un dedo mientras salgo de la autopista – algo
sustancioso…
-Sustancioso quiere decir comida basura… - contesta
sonriendo –
-Chino? – pregunto sin mirarla –
-Me encanta la comida china… - dice contenta – bueno, me
encanta todo lo que sea de comer…
-No haré comentarios sobre eso… - digo de broma, recibiendo
un manotazo en el brazo – hay un chino cerca de casa que está… - hago un gesto
de placer – espera… - toco la pantalla del coche y activo el teléfono – que
quieres?
-Rollito… - se me escapa una leve carcajada – de primavera…
- resopla – estás mal eh?
-Casi es primavera… - digo gracioso, recibiendo otro
manotazo –
Me sorprendo a mí mismo gastando ese tipo de bromas. Ese es
mi humor, y me encanta poder sacarlo con ella, sin miedo a que se moleste.
Busco el teléfono en la pantalla del coche mientras no aparto la mirada de la
carretera. Malú me hace un gesto como de que pida lo que quiera. Pulso para
llamar y el sonido se escucha alto por los altavoces del coche.
-Lestaurante Hong Kong – me contesta una chica con acento
chino –
-Hola, quería hacer un pedido para recoger
-Si – contesta la chica –
-2 rollitos de primavera… - digo pensando – tallarines a la
tie pan… - me pongo pensativo – pollo con almendras… - Malú me hace un gesto
para que pare, llevándose las manos a la cabeza – y arroz tres delicias.
-Madre mía… - resopla Malú negando con la cabeza –
-Vale, nombre?
-Álex – contesto riéndome al ver los gestos de desaprobación
de Malú –
-Vale – contesta –
-Lo recojo en seguida – digo –
-Vale, gracias – y cuelga –
-Joder, qué simpática la china… - digo riendo –
-Toda esa comida es porque vas a invitar a alguien más? –
dice negando con la cabeza –
-Tú no sabes lo que como yo… - digo riendo todavía –
-Me ahorraré el comentario… - responde seria y sonríe al
instante, haciéndome sonreir –
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