-Estás en casa?
-Si… - me contesta extrañada –
-Pues ábreme… - contesto sonriendo con el móvil pegado a la
oreja –
La veo asomarse por la ventana y la saludo escuchando como
ríe por teléfono. Entro en el jardín al abrir la puerta y cierro al pasar. Subo
las escaleras hasta la puerta, donde está Malú, en pijama, y me mira un poco
avergonzada.
-Por qué no me avisas? Mira que pintas… - se señala y se
tapa la cara –
-Tienes la tarde libre? – digo entrando a la casa –
-Si… - me mira interrogante – por qué llevas chándal? – ríe
brevemente -
-Ponte ropa cómoda que te voy a llevar a un sitio… - digo
convencido – venga! – le apremio –
-Pero ahora? – me pregunta sorprendida –
-No, mañana! – le digo irónico – hola Danka – digo
acariciándola – yo también me alegro de verte…
-Pero… ropa cómoda? – me mira interrogante – chándal?
-O un vestido de sevillana, lo que tu veas más cómodo… -
digo irónico haciéndola reir –
La veo subir las escaleras y sonrío. Parece que mi idea no
ha sido un disparate como pensaba en un principio. Ayer la grabación finalmente
fue bien, Malú se animó lo suficiente y no se notó que horas antes de la
grabación estaba con mil historias en su cabeza. Pensándolo bien, no me parece
excesivo su estado de nervios ayer. Es una mujer que lleva más de 15 años
viviendo de esto, y el ver que lo que más le gusta en la vida no le sale bien,
o el creer que no le va a salir bien, le hace venirse abajo. Me da la sensación
que apenas puede pensar en otra cosa últimamente, así que mi objetivo hoy es
que pueda hacerlo. Que pueda pensar en otra cosa, despejarse, respirar hondo
antes de ponerse manos a la obra. A mi es lo que me funciona desde hace muchos
años. Cuando he sentido frustración, rabia o cualquier otro sentimiento malo,
mi salida a veces no ha bastado con salir a correr y volver a casa. A veces mi agobio
era tal que necesitaba ir al sitio donde voy a llevar a Malú.
-Ya estoy…
La veo bajar las escaleras con unas mallas, una camiseta
ancha, zapato deportivo y una coleta. Estoy a punto de soltar un “joder”. Qué
guapa está. Es un hecho objetivo, le sienta bien la ropa deportiva.
-Perfecto… - digo intentando disimular que me he quedado
mirándola sorprendido – vamos?
-Si… - sonríe – chicas, portaros bien eh? – dice hablándole
a las perras que la miran atentamente –
-Eres jefa hasta de tus perros… - digo riendo –
-Donde vamos? – dice cerrando la puerta de su casa –
-A un sitio… - abro el coche y le digo con un gesto que suba
–
-No me irás a llevar a un gimnasio no? – dice riendo –
-No… - sonrío –
El viaje comienza en silencio. Malú mira por la ventana el
bullicio de la ciudad y cómo nos vamos alejando de todo eso. Tras unos minutos,
enciendo la radio, saltando la canción por la que dejé la lista de reproducción
la última vez. Malú me mira sorprendida al reconocerse en los altavoces y
comienza a reírse.
-Me escuchas mientras conduces? – pregunta intentando que me
de vergüenza –
-Has descubierto mi secreto contra los atascos… - contesto
con gracia –
-Jajajaja – ríe con ganas – a veces me descuadras… - dice
mirando a la carretera –
-Por qué? – pregunto intrigado –
-No sé… en tu coche me esperaba que escucharas algo tipo
rock… no a mí… - ríe tímida –
-Algo tipo rock… - busco en la pantalla una canción sin
quitar la vista de la carretera – algo como esto?
Una canción de Queen resuena en el coche. Malú se ríe.
-Es uno de mis grupos favoritos… - carraspeo – i want to
break free! – entono la canción – i want to break free!
-Jajajaja! – Malú estalla en una carcajada – me matas… -
dice riéndose –
-Canta conmigo! – agarro su mano – existe algo mejor que cantar
en el coche? – pregunto retóricamente – I’ve fallen in love!
Nos ponemos a cantar a duo soltando alguna carcajada al
mirarnos. Al terminar la canción, Malú se ríe dando alguna palmada. Es un gesto
característico de que se lo está pasando bien. Sonrío mirando a la carretera.
-Dime una canción que te encante, a ver si la tengo… - digo
mirándola –
-Mmmm… - se queda pensativa – nothing else matters, de
metallica.
-Casi nada… - digo mirándola sorprendido – tienes buen gusto
eh?
-Pues sí la verdad… - sonríe triunfante – la tienes? – me
mira ilusionada –
Sonrío al encontrarla. La guitarra comienza a sonar en el
coche y Malú suelta una exclamación de aprobación. Río al ver su reacción.
-Es una de mis favoritas… - confiesa – es que es brutal…
-Una de las mejores canciones de la historia… - sentencio –
-Así me gusta cocochito… - pone su mano para que se la
choque –
-Por dios, no me llames cocochito en las batallas… - le
ruego –
-Jajajajaja! – exclama – buah, es que me define tanto esta
canción… - dice con tono sincero – so close no matter how far… - comienza a
entonar –
La escucho cantar los primeros versos y casi tengo que
esforzarme por mirar a la carretera de vez en cuando. Pronuncia un inglés
aceptable, se sabe la letra de principio a fin, igual que yo.
- Never
cared for what they do – cantamos a la vez - Never cared for what they know –
le ponemos énfasis al verso - But I know
Nos miramos y sonreímos a la vez. Miro de nuevo a la
carretera con una sonrisa de oreja a oreja.
-Me encanta tocar esta canción con la guitarra… - confieso –
-Sabes tocar esto con la guitarra? – me mira sorprendida – y
a qué estás esperando?
-Jajajaja! – carcajeo –
Vuelvo a mirarla al escucharla de nuevo comenzar a cantar y
canto con ella a dúo. Me sorprende lo bien que le queda esta canción a su voz.
Hace gestos con la mano como si estuviera tocando la guitarra y vuelvo a
sonreír.
-Buah – exclama al terminar la canción – hacía tiempo que no
la escuchaba…
-Venga, otra que te guste, que creo que compartimos algunos
gustos… - vuelvo a pulsar la carpeta de toda la música que tengo para buscar
canciones –
-No tendrás Cuando Nadie Me Ve, de Alejandro… - dice
mirándome –
-Oh si nena… - contesto triunfante –
-Jajajajaja! Pero que tienes ahí? Mi música favorita? – ríe
–
-Tengo la mía… - la miro – que por lo visto se parece a la
tuya… - la miro y sonríe, apartando la mirada hacia la carretera –
Pulso a la canción y comienza a sonar el piano del
principio. Es de mis canciones favoritas de Alejandro, una obra maestra se mire
por donde se mire.
-Esta canción también me define… - confiesa –
-Y a mí… - contesto – a veces me elevo, doy mil volteretas –
comienzo a cantar –
-Esto se lo tengo que contar a Alejandro… - dice en voz baja
riéndose –
-Calla y canta – le ordeno –
-A veces te miro y a veces te dejas… - comienza a cantar –
Nos unimos en una misma melodía, mientras con el coche
comienzo a transitar la carretera hacia la sierra. El sitio donde vamos es un
sitio especial para mí. Digamos que es mi refugio para los días malos en los
que tengo tiempo para pararme a pensar. Mi sitio en resumidas cuentas. Me
parece tan simbólico estar escuchando y cantando esta canción yendo a donde
vamos…
-De qué crees que habla esta canción? – dice Malú al
terminarse –
-Me vas a hacer un examen? – digo mirándola con sorna – creo
que no habla de amor – me mira atenta – creo que habla de esos momentos en los
que uno está solo… esos momentos que cada uno necesita para reflexionar sobre
su vida… en soledad… sin tener a nadie que le esté obligando a fingir… esos
momentos en los que sale la verdad… - Malú sonríe triunfante – no sé, yo
siempre he creído que el título de la canción lo deja bastante claro…
-Yo pienso igual… - afirma – por eso me define tanto… me
siento muy identificada cuando habla de esos momentos…
-Tú tienes ventaja, que Alejandro te habrá dicho lo que
significa… - digo lanzándole una pullita –
-Alejandro nunca dice lo que significan sus canciones… -
dice mirando a la carretera – ni a mi ni a nadie… - sonríe – así deja que cada
uno le dé su propio significado…
-Yo también me siento muy identificado con lo que dice… -
digo mirando a la carretera – nunca he sido de pregonar a los cuatro vientos
cómo me siento…
-Bienvenido… - dice irónica –
-Pero si sé a quién contarle lo que me pasa y no callármelo
hasta que me lo sacan con sacacorchos… - digo lanzándole otra pullita –
desahogarse nunca es malo.
-Vale – sonríe – captado
Dejo que siga sonando música aleatoriamente mientras me
concentro para no perderme por el camino. Malú vuelve a mirar por la ventana el
paisaje. Estamos subiendo de altura y espero con ansias su pregunta sobre el
lugar a donde vamos.
-Vas a despeñarme por un barranco? – pregunta riendo –
-Qué gran final para una estrella del pop… - digo irónico –
-Ahora en serio, dónde vamos? – pregunta intrigada –
-Estamos llegando… - digo sonriendo – no seas impaciente…
-Soy impaciente, no voy a cambiar…
-No te puedo creer, ya ni quiero creerte… - entono su
canción que lleva el mismo nombre –
-Jajajajaja! – estalla en una carcajada – eres rápido…
-Solo para algunas cosas… - digo sin pensar –
Mi cara debe haber sido un poema porque la carcajada de ella
ha debido escucharse montaña abajo. Me contagia la risa, no había querido decir
eso, pero me ha salido solo. Suerte que tenemos confianza para que ciertos
comentarios no nos hagan sentir incómodos de más.
Paro el coche al llegar al sitio que quería. Malú me mira
interrogante. Ya no es una carretera, sino un camino, con un pequeño hueco a la
derecha donde dejar el coche. Supongo que se esperaba otra cosa. Se quita el
cinturón y me mira.
-Es aquí? – pregunta extrañada –
-Casi… - digo bajando del coche – no podemos subir con el
coche, el camino se estrecha mucho.
-Si fuera de noche me tendrías acojonada… - confiesa bajando
del coche –
-Te gusta la montaña? – digo caminando por el camino –
-Me encanta la montaña – me sonríe – pero por aquí nunca he
estado…
-Es un sitio que me gusta mucho… - acorto el camino subiendo
por un pequeño remonte – ven – cojo su mano –
-Como me rompa una pierna te vas a cagar… - dice dándose
impulso –
-Podemos ir por el camino, pero es más largo – digo
convencido atravesando el pinar –
-Qué llevas en la mochila? – pregunta intrigada –
-El hacha con la que voy a asesinarte – digo sin mirarla –
-Me estás empezando a dar miedo, que lo sepas… - dice
riéndose –
Tras caminar unos minutos, llegamos al punto donde quería.
No entiendo como nunca me he encontrado a alguien aquí. Para mí es un lugar
mágico. Una pequeña explanada repleta de hierba, con un árbol en el centro, se
abre tras la pinada. Es justo el lateral de la montaña, y, desde aquí, se ve
todo Madrid.
-Ala… - exclama andando delante de mí – pero y esto?
-Bienvenida a mi sitio… - digo abriendo los brazos –
La observo caminar hasta el árbol, riéndose.
-Pero si se ve todo Madrid! – exclama mirando al horizonte –
-Te gusta? – pregunto llegando hasta ella –
-Mucho… - dice sin mirarme –
-Toma… - abro mi mochila y saco unos prismáticos – sabes
usarlos? – me mira ilusionada – mira… - me pongo tras ella – mira hacia allí –
señalo con mi dedo y me obedece mirando por los prismáticos – ves las torres
kio?
-Jajajaja – ríe mirando por los prismáticos – qué pequeñas
se ven desde aquí… - asiento – por qué me has traído aquí? – se gira mirándome
–
-Me relaja este sitio… - digo caminando hacia el árbol – me
siento aquí… - me siento apoyando la espalda en el árbol – y hago un “cuando
nadie me ve” – ríe – de vez en cuando viene bien… hacía tiempo que no venía… -
digo mirando al horizonte –
-Sigo sin entender por qué me has traído… - se sienta a mi
lado –
-Ayer estabas muy agobiada… - digo sin mirarla – y pensé que
podría ayudarte… - se hace un silencio – recuerdo la primera vez que encontré
este sitio… - me mira atenta – fue unos días después de una guardia… - suspiro
– la peor guardia que he tenido en mi vida… - la miro – no quiero aburrirte…
-No me aburres… - se pega más a mí y apoya su espalda en el
árbol –
-Esa guardia fue terrible desde el principio… parecía la
guerra… - sonrío melancólico – no paraba de venir gente, pero no habíamos
tenido nada excesivamente grave… eran casi las 8 de la tarde… y estábamos
hablando de hacer los turnos para bajar a cenar porque la cosa se había calmado
un poco… - respiro hondo – yo todavía era residente… - no aparta su mirada de
mí, mientras yo miro al horizonte, pensando en todos los detalles de ese día –
y de repente suena el teléfono y nos avisan que ha habido un accidente de
tráfico múltiple… con un autobús escolar implicado…
-Joder… - susurra –
-No sé cuántos heridos entraron por la puerta… no había
visto ese caos en el hospital nunca… - suspiro recordando las sensaciones de
ese día –Tere también estaba de guardia… hacía nada que se había reincorporado…
estuvo de baja unos meses cuando su marido y sus padres fallecieron… - me mira
sorprendida – un accidente de tráfico también…
-No lo sabía… - dice impactada –
-Pues… - tomo aire – empezaron a llegar heridos… de
diferente consideración… hasta que empezaron a llegar los niños… - se me hace
un nudo en la garganta – el primero que llegó se lo quedó Tere… venían
intentando reanimarle… - suspiro – siempre me había aterrado pensar que en
algún momento tuviera que hacer una reanimación a un niño… - sonrío de lado –
lo había hecho en adultos y me había aterrado igual pero un niño…
-Es diferente supongo…
-Muy diferente… - señalo – llegó un niño del accidente…
tenía heridas superficiales… estaba consciente, me lo quedé yo… se llamaba Raúl
- noto de nuevo el nudo en la garganta – teníamos urgencias colapsada en ese
momento… - me sudan las manos – lo exploré, no vi nada de gravedad… estaba
consciente, hasta quería levantarse al baño… - la miro fugazmente – le pedí
todas las analíticas, los padres todavía no habían llegado… y… de repente lo
noté más perdido, como aturdido… era algo muy sutil, pero decidí hacerle un
TAC… el niño decía que no se había dado ningún golpe en la cabeza… y no tenía
ninguna herida… pero se lo pedí, me fui yo con él y con un enfermero… por si se
ponía peor allí… y… llegando al TAC… - suspiro – dejó de contestarme… le tomé
el pulso… - me tiemblan las manos al recordarlo – y no tenía pulso… me subí a
la camilla y comencé a hacerle la reanimación mientras el enfermero empujaba la
camilla a toda prisa por los pasillos para volver a urgencias… - trago saliva,
se me ha secado la garganta – recuerdo todo lo que hice… cuando llegué a la
sala de críticos, Tere acababa de perder al niño que había entrado en parada… y
nos pusimos los dos a relevarnos haciendo masaje hasta que llegó más gente… -
de repente, es como si me hubiera trasladado a ese día de nuevo – no sé cuánta
gente le hizo masaje cardiaco a ese niño… estuvimos una hora de reloj
intentándolo… pero fue imposible…
Tengo que parar porque las ganas de llorar que siento me
impiden seguir hablando. Malú pasa una mano por mis hombros y sonrío
agradecido.
-Lo peor fue salir de allí y que me dijeran que los padres
acababan de llegar… - niego con la cabeza – decirle a un padre que su hijo ha
muerto es lo peor que he hecho en mi vida… la madre se desmayó y el padre se
quedó en shock, sin poder moverse, plantado en la sala donde se lo dije… me
puse a llorar delante de ellos… - se me empañan los ojos en lágrimas – nunca me
ha pasado eso… - miro al horizonte – seguí trabajando… y se me murió otro
paciente… llegó en coma, era adulto… pero también tuve que comunicarle a la
familia que había muerto… - resoplo – como a las 4 de la mañana, me senté en
una silla… estábamos todos agotados… pero yo no es que estuviera agotado…
estaba… - trago saliva – estaba lleno de rabia… - suspiro – los días
siguientes, fui a trabajar sin ganas… no podía dormir… veía la cara de ese niño
cuando cerraba los ojos… - se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas –
comencé a pensar que no había hecho lo suficiente… que se había muerto porque
yo había hecho algo mal… comencé a pensar que tenía que haberle pedido el TAC
nada más entrar por la puerta… - dejo de hablar –
-Álex… - me acaricia el pelo de forma cariñosa –
-Me tiré así más de dos semanas… me cambié las guardias con
compañeros, no quería estar allí… y tras varios días así, llegué a pensar que
eso no era lo mío… me había dado de bruces con la realidad, y la realidad en
ese momento era que me había dejado de gustar mi trabajo… y que pensaba que ese
niño se había muerto por mi culpa… - aprieto la mandíbula – hablé con Tere y le
comuniqué que iba a presentar mi renuncia a la plaza… Tere puso el grito en el
cielo… me dijo tantas cosas ese día… - sonrío melancólico – me intentó hacer
ver que estaba equivocado… me pidió que me lo pensara… pero yo tenía la
decisión tomada… - niego con la cabeza – no podía seguir trabajando allí con
ese sentimiento de culpa… - sonrío irónico – fíjate lo que son las cosas que,
saliendo por la puerta del hospital después de discutir con Tere… me encontré
con los padres del niño…
-Qué dices… - susurra –
-Me dio un vuelco el corazón como nunca… - frunzo el ceño –
sabes lo que hizo el padre? – Miro a Malú y niega con la cabeza – me abrazó… -
noto como una lágrima ha conseguido escaparse de mis ojos – dijo que de las
pocas cosas que recordaba ese día era que el médico que le había dicho que su
hijo había muerto, se había puesto a llorar con él… - respiro hondo – estuve con
ellos mucho tiempo en la sala… consolé a la mujer cuando se recuperó del
desmayo… y el padre me dijo que tenía que darme las gracias por la humanidad
que había tenido con ellos… - sonrío irónico – yo sentía que su hijo había
muerto por mi culpa y él me daba las gracias… yo no entendía nada… - miro al
horizonte – salí del hospital y cogí el coche… y acabé aquí, no sé muy bien
cómo encontré este sitio… - sonrío – aquí lloré y lloré… durante horas… y grité…
y me cagué en todo lo que pude… - río levemente – y me di cuenta que estaba
equivocado… - suspiro – mi vocación no se podía haber esfumado de la noche a la
mañana… - niego – la realidad era que a veces, por mucho que uno quiera, no se
puede hacer nada… comprendí que por mucho que yo hubiera hecho, no hubiera
podido hacer nada por ese niño… - la miro – al parecer no se dio cuenta pero se
dio un golpe en la cabeza que le ocasionó una hemorragia cerebral… - niego con
la cabeza – me costó volver… pero volví a trabajar… y… - hago una pausa – desde
entonces este sitio es para mí como el sitio donde pensar las cosas importantes…
el sitio donde vengo cuando no sé qué hacer o cuando algo me preocupa… - sonrío
– aquí vine cuando me propusieron hacer el disco… - la miro y me sonríe
emocionada –
-Qué historia tan dura Álex… - se seca los ojos emocionada –
-He querido traerte aquí porque, aunque no tengas que tomar
una decisión de nada… aquí lo vas a ver todo de otra forma… - sonrío – aquí no
hay ruido, ni gente, ni cobertura casi… - la miro – no te he traído para que
llores… - digo riendo y ríe tímidamente – le he contado a muy poca gente lo que
te acabo de contar… vamos, contar así, desde cero… - me quedo pensativo – a nadie.
Los que lo saben es porque estuvieron allí…
-Por qué me lo has contado? – pregunta –
-Pues… - la miro – no lo sé… - contesto sincero – supongo que
tengo la sensación de que te cuente lo que te cuente, me vas a entender…
-A mi me pasa eso contigo… - sonríe tímida – aunque a veces
sea un poco borde…
-Un poco? – digo irónico –
-Tampoco exageres… - dice restándole importancia – tú no me
has visto a mí enfadada…
-Ni quiero… - respondo riéndome – qué es lo que te preocupa
en realidad? – me mira sorprendida – no creo que ayer estuvieras así solo
porque no tienes canciones para un nuevo disco…
-Me sorprende la capacidad que tienes para leerme la mente…
- dice sin mirarme – o para creer que me lees la mente… - me apunta con un dedo
– me da miedo decepcionar a la gente que confía en mí – dice de repente –
-Decepcionar? – pregunto sorprendido –
-Ayer sentí que estaba decepcionando a mi hermano… y a la
gente que se implica conmigo en todo esto… me sentía como si pensaran que soy
una caprichosa… pero es que no es eso… - suspira – me ha pasado varias veces
desde que empecé en esto… y esas veces me ha costado mucho dejar de tener esa
sensación…
-A quién no tienes que decepcionar es a ti misma… - digo
mirándola –
-Eso intento… - dice mirándome – pero me siento muy
presionada… - asiento – no sé si me entiendes…
-Perfectamente… - contesto sonriendo – si sabes lo que
quieres hacer, no hagas algo distinto por satisfacer a alguien… - la miro – eso
no te va a hacer feliz…
-Eres tú muy místico… - contesta sonriendo – supongo que se
solucionará tarde o temprano…
-Se solucionará… estoy seguro… - digo convencido -
Nos miramos sonriendo hasta que desvía la mirada hacia el
horizonte y pone su cabeza en mi hombro. La miro de reojo extrañado hasta que
sonrío de nuevo. Definitivamente, ha sido buena idea venir aquí.

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