Llevo días sin apenas hablar con él. Está liado con el nuevo
disco y no quiero molestarle. La verdad es que yo también estoy liada con el
disco. Las tres canciones de Álex han sido todo un éxito entre mi equipo, ya
están pensando en qué arreglos hacerle y a Armando le han entusiasmado. De la
nada, han aparecido algunas canciones más que, sin saber por qué, han descrito
a la perfección algunas de las situaciones que he vivido. En concreto, la que
escuche el otro día se llamaba “nos sobró la ropa”. Me reí tanto al escuchar la
letra. Describía a la perfección la primera noche que pasamos Álex y yo. He
tenido que incluirla en el disco, me gusta que tengan parte de mí.
Tras varios minutos dudando en si hacerlo o no, decido mandarle
un whatsapp. Me responde casi al momento. Mi proposición de pasear a los perros
ha surtido efecto. De repente, estoy ilusionada, me gusta quedar con él, me
gusta que esté cerca. Nuestro último encuentro fue raro, tan raro que ni
siquiera hemos sido capaces de hablarlo. Noté cosas que no había notado hasta
ahora. Le noté perdido, como si no supiera bien qué hacer, y me inspiró mucha
ternura. Sobre todo el momento en el que se quedó durmiendo sobre mí, mientras
le acariciaba el pelo. Parecía tan frágil, estaba tan guapo y tiene un pelo tan
suave… Sacudo mi cabeza ante esos pensamientos. Somos amigos Malú, somos
amigos.
Salgo de casa sujetando a Danka con la correa. Hoy las
pequeñas no van a salir, ya han correteado bastante por el jardín y no parecen
muy por la labor cuando les he enseñado la correa. A veces creo que son un
calco de mí, con la pereza a veces por bandera.
-Hola… - dice recibiéndome sonriente –
-Hombre, el desaparecido! – exclamo dándole un cariñoso beso
en la mejilla –
-Lo siento… - dice con tono culpable – estoy teniendo una
semana horrible…
-Y eso? – digo mientras comenzamos a hablar –
-El disco… - dice desganado – mi nuevo productor está
chalado…
-Y eso? – pregunto riéndome –
-Quiere que cante canciones movidas… - dice con cara de
pocos amigos – me está enseñando unos temas que, de verdad, ni Pitbull…
-Y tus canciones? – pregunto sorprendida –
-Ha descartado casi todas… - dice sin mirarme – quería quitar
la que te enseñé… la de mi abuela...
-Qué dices? – exclamo sorprendida –
-Le he convencido para que la incluya… - dice negando con la
cabeza – esto no sé cómo va a terminar…
-Y por qué no te plantas? – digo algo indignada – compones demasiado
bien como para ponerte a cantar otros estilos…
-Eso pienso yo, pero dice que no tengo ni idea de cómo
funciona esto y que el segundo disco es crucial… y bla, bla, bla… - dice
desganado – me agobia… - dice resoplando – mi mánager no lo traga y cada vez
que se encuentran parece que vuelan los cuchillos…
-Vaya panorama… - digo algo apenada por él – y qué vas a
hacer?
-No tengo ni idea… - dice alzándose de hombros – pero bueno,
dejemos de hablar de eso, que me pongo de mala hostia… - me mira – qué tal tu
disco?
Mientras llegamos al parque, le cuento ilusionada lo mucho
que les han gustado los temas a todos. Sonríe conforme, aunque con un tinte
melancólico. No me gusta verlo así. Parece que está de mal humor, o triste… y
no lo he conocido de esa manera. Es un hombre divertido, alegre, con un sentido
del humor parecido al mío, irónico, siempre preparado para bromear. Pero parece
que el tema del disco le está ocasionando un cambio en su estado de ánimo que
no me gusta. He pasado por eso, y no me gustaría que alguien a quien quiero lo
pasara. Espera, alguien a quien quiero? Claro… lo quiero pero como amigo, es
amigo mío, nada más.
Al llegar al parque, una chica se acerca a nosotros
saludando. Pongo cara extrañada, no me suena, aunque creo que Álex si que la
conoce. Al llegar a nuestra altura, se lanza a los brazos de Álex. Imagino que
será alguna amiga suya, pero no entiendo tanta efusividad.
-Qué alegría me da verte!! – exclama – nos encontramos en
todas partes!!
-Si… - contesta él con un gesto que no consigo descifrar qué
significa – qué tal?
-Bien, ahora muy bien al verte… - me mira y aparta la mirada
en seguida – es tu perrito? – dice agachándose hacia Dandy –
-Si… - responde mirándome fugazmente y alzándose de hombros –
y eso que estás por aquí Miriam?
-Eh? – pregunta haciéndose la despistada – bueno… - dice
avergonzada – te iba a mentir pero no puedo… - alzo una ceja en señal de
incredulidad – me he enterado que vivías por aquí y quería buscarte… - mi cara
bien podría parecerse a la mona lisa – quería pedirte perdón por lo de la otra
noche…
Espera… la otra noche? Mi mente hace un clic que me resulta
hasta doloroso en el pecho. Álex parece incómodo, ni siquiera me mira. En mi
cabeza empiezo a imaginarme cosas que no me gustan. No me gustan nada. Y encima
ésta tía de qué va? Estoy paseando tranquilamente con él, a qué viene? Quién
es? Qué quiere?
-No te preocupes Miriam… - responde él – no tenías que venir
aquí a disculparte…
-Vas a pensar que soy una fan loca… - dice avergonzada –
Una fan? Perdón? Una fan, la otra noche? Mi cabeza vuelve a
hacer un clic. Esta vez más que doloroso, me cabrea. Qué cojones significa
esto? Se ha acostado con una fan? Se ha acostado con otra? Y por qué cojones
debería importarme? Si solo somos amigos! Me esfuerzo en poner buena cara, por
si Álex o esta tía que no sé cómo se llama ni quiero saberlo, me miran. No
quiero que noten que me estoy cabreando porque ni yo misma podría explicar por
qué.
-Para compensarte, quieres que te invite a un café? – dice con
tono ilusionado – el otro día en una entrevista dijiste que te tomarías un café
con una fan sin ningún problema.
Creo que me está dando un ictus o algo así. He notado mi
boca torcerse al escucharla. Tiene un tono de voz que hasta me irrita. No me
gusta esta chica, no me gusta nada. Y Álex por qué no contesta? Me va a dejar
aquí con Danka? Lo mato, es que lo mato.
-Otro día Miriam, estábamos dando un paseo con ellas… - nos
señala y sonrío agradecida –
-Ah… - la chica me mira, diría que con desprecio – eres Malú
verdad?
-Si… - contesto sonriendo –
-Encantada… - dice sin mirarme – de verdad que no puedes
tomarte un café conmigo?
Abro los ojos de par en par. Qué se ha creído esta
descarada? Mira, hasta agradezco que no quiera hacerse una foto conmigo,
hubiera salido con cara de estar oliendo a mierda. Suspiro de pura
desesperación, estoy por seguir caminando con Danka.
-De verdad Miriam, otro día… - dice Álex con tono amable –
te agradezco que quisieras disculparte, pero no hacía falta, de verdad…
-Bueno… - responde apenada la gilipollas, pienso sin querer –
entonces no te molesto más – eso es, pesada – me ha encantado volver a verte…
Y vuelve a abrazarle!! Pero esto qué es??? Me dan ganas de
soltar a Danka y decirle “ataca”. Pero Danka me miraría con cara de desdén y se
tumbaría en el césped boca arriba. La chica se aleja de nosotros, sin ni
siquiera despedirse de mí. Ardo en deseos de preguntarle a Álex qué cojones
acaba de pasar, pero no sé si hacerlo. No puedo evitarlo, tengo que hacerlo.
-Quién es esa chica? – pregunto sin mirarle –
-Una fan… - dice en tono neutro –
-Parecía que te conocía de hace mucho tiempo… - digo con
cierto tono de reproche –
-Pues no… - responde tajante –
-Te has acostado con ella? – digo sin mirarle –
-Qué? – pregunta sorprendido, dejando de andar – qué pregunta
es esa? – dice indignado –
-Como ha dicho no se qué de la otra noche… - digo como si no
le diese importancia –
-No, no me he acostado con ella… - dice resoplando – la llevé
en coche al centro… me la encontré el otro día al salir del estudio…
-Que la llevaste en coche? – pregunto sorprendida – hijo
mío, de lo bueno que eres, eres tonto… - digo sin intención de molestarle –
-Mira Malú, no voy a tener una escenita contigo… - dice
caminando más rápido –
-Escenita? – pregunto indignada – de qué escenita estás
hablando?
-De esta escenita de celos que me estás montando… - dice sin
parar de caminar – lo que yo haga o deje de hacer no es problema tuyo…
Me paro en seco al escuchar esa frase. Veo como se gira
mirándome, sorprendido quizá por mi reacción. Sin más, me doy la vuelta con
Danka y deshago el camino que hemos hecho juntos.
-No te preocupes, no volveré a meterme donde no me llaman… -
digo comenzando a caminar en dirección contraria –
-Malú… - le escucho a mi espalda – Malú espera! – alza la
voz – Vale… - le escucho acercarse – siento haberte contestado así… me ha
dejado muy flipado… - sigo caminando sin hacerle caso – para por favor…
Me detengo a regañadientes, sin darme la vuelta, no pienso
hacerlo. Estoy muy enfadada ahora mismo. Celos yo? Si yo no soy celosa! Es solo
que no me ha gustado esa chica, ni esa reacción al verle, ni que lleve a gente
que no conoce en el coche. Es eso, nada más.
-Malú, sigue paseando conmigo… - dice con cierto tono de súplica
– llevo unos días que me están pasando cosas que… que no sé qué hacer… - dice
con tono algo angustiado – perdona si te he hablado mal…
-Mira Álex… - digo dándome la vuelta, todavía enfadada –
puedes hacer lo que quieras con tu vida… - digo agarrando bien la correa de
Danka, pues sé que no se va a querer ir en dirección contraria – pero que sepas
que todo lo estás haciendo mal… - sentencio, dándome la vuelta y comenzando a
andar hacia casa –
Soy consciente que le acabo de dejar con una mala sensación, pero no consiento que nadie me hable de esa manera. Ni siquiera él. Y estoy demasiado enfadada como para hacer que no me pasa nada, no soy así, no sé fingir y, si alguna vez supe, me cansé hace mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario