Pensé en ir al entierro. Al menos al funeral que se hizo en
Madrid, mi padre quería ir. Le acompañé, pero no nos acercamos mucho. Solo
pasamos frente al féretro discretamente. Mi padre soltó alguna lágrima, me
produjo mucha ternura ese momento. Hubo un segundo que me quedé mirando la gran
foto que presidía el funeral. Todavía parece mentira que ese hombre ya no esté
entre nosotros. Apenas le conocía, apenas conozco a alguien de su familia, a
Malú en concreto. Horas después de mandarle aquel mensaje, recibí una
respuesta. “Gracias”. Escueto pero directo, igual que el mío. Desde entonces,
la comunicación con Alejandro ha sido casi a diario. Hemos hablado tanto en
estos últimos días, aunque haya sido por teléfono, que nuestra relación más que
nada profesional, se ha transformado en algo más. Creo que cuando ves llorar a
alguien, y le consuelas, se crea un vínculo entre esa persona y tú que es
difícil de romper.
Hoy es un día especial. Otro premio más, esta vez de otra
radio influyente, Cadena Dial. El ritmo frenético de todo esto apenas me está
dejando saborear el tiempo, aunque procuro serenarme de vez en cuando y repasar
todas las cosas que me están pasando. Hace casi un año que saqué el disco y
llevo 3 singles a mi espalda, con sus correspondientes videoclips, que me
encantan, y sus promociones, en las que suelo dar decenas de entrevistas en un
plazo de 5 o 6 días. Es un ritmo frenético, pero que me encanta. Los conciertos
están siendo un éxito, cada vez voy a recintos más grandes, aunque la gira está
llegando a su fin. En verano la alargaré un poco, aunque ya me explayé el año
pasado, pero mi mánager no para de recibir propuestas y yo no quiero pararlas.
Pararé cuando sienta la necesidad de hacer un nuevo disco o cuando vea que ya
no puedo alargarlo más.
Cadena Dial ha hecho una excepción, al menos nos lo han
pintado así. Nos han dado el premio al artista revelación a Pablo y a mí, cosa
que me hace especial ilusión. Al llegar al recinto, mi mánager me dirige, como
en aquella gala de los 40 que ya suena tan lejana, a la zona donde vamos a
tomar algo antes de comenzar la gala. Al entrar, Pablo se abalanza sobre mí,
dándome un sonoro abrazo.
-Mira, si parecemos gemelos verdad? – dice de manera
graciosa hacia algunos artistas que ya están allí –
-Igualitos – contesto con sorna –
Saludo a los que allí se encuentran, muchos los conozco de
anteriores eventos, otros los conozco ahora, de primeras. Rosario me abraza al
verme con especial cariño. Qué cariñosa es esta mujer.
-A ver si hoy no tienes ningún parto… - dice riéndose –
-Eso espero! – exclamo –
Sonrío ampliamente hasta que veo aparecer a Malú, con otro
de esos vestidos que llaman la atención por allí donde pasa. Vuelvo a sonreir
al verla y cruza una leve sonrisa conmigo. Reconozco que me he puesto algo
nervioso. No me gustaría que hoy todo esto se empañara porque hubiera tensión
entre nosotros. Se acerca a nosotros y le da un sentido abrazo a Pablo. Cuando
se libera, me mira un instante y doy yo el paso. La abrazo amistosamente, pero
ella intensifica el abrazo, y dejo que lo haga. Supongo que sus sentimientos
hoy están a flor de piel, hace apenas unos días que ocurrió todo. Cuando
deshacemos el abrazo, me da un sonoro beso en la mejilla que me deja un poco
descuadrado.
-Cómo estás? – acierto a preguntar, en clara referencia a su
reciente pérdida –
-Bien… - contesta con una sonrisa – voy a saludar a la
gente, ahora hablamos… - me hace una carantoña en la mejilla –
Me quedo mirando hacia ella y la mirada de Pablo se clava en
la mía.
-No sabía que os llevabais tan bien… - dice mirándome de
extrañeza -
-Un parto une mucho… - digo intentando disimular – oye tío,
estoy seco, invítame a algo…
-Ah claro – alza las manos – aquí lo que el señorito quiera…
-Jajajaja! – estallo en una carcajada mientras le agarro de
los hombros –
La gala comienza y me preparo para actuar. Detrás de mí actuará
Malú, por lo que coincidimos los dos a la vez en el mismo espacio de la parte
trasera del escenario.
-Gracias por el mensaje – dice de repente –
-Ah… - la miro algo sorprendido – es lo menos que podía
hacer…
-Te vi en el funeral… - dice sin mirarme – ibas con tu
padre?
-Si… - contesto algo avergonzado y sorprendido – era un
admirador suyo… - digo mirando el micrófono, por mirar algo – siento no haberte
dado el pésame ese día, pero no me parecía de recibo acercarme… no conozco a
nadie de tu familia… y era un momento muy íntimo…
-Eres un cielo… - dice haciéndome una caricia en la cara –
Alzo una de mis cejas. Su actitud es completamente diferente
a la que tenía aquel día en el hospital con Yaiza. Imagino que la cosa se ha
enfriado y ha notado que no la he molestado. He cumplido mi palabra.
-Alejandro me ha contado que estabas en su casa cuando se
enteró… - sigue hablando –
-Ya… - contesto un poco tímido –
-Eres buena gente… - dice de repente – siento haber sido un
poco borde contigo… - dice sincera –
-No has sido borde… - digo riéndome –
-Álex, tu turno… - dice un hombre con unos cascos y unos
papeles en la mano –
-Allá vamos… - salgo corriendo hacia las escaleras –
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