jueves, 17 de noviembre de 2016

CAPÍTULO 15: LA VIDA SIGUE

Me parece increíble que haga ya más de una semana de aquella desgracia. Mi tío y yo siempre habíamos tenido una conexión especial y, aunque hablásemos poco últimamente, siempre me daba la sensación que todo era como cuando era pequeña y él tocaba la guitarra mientras yo bailaba. El día del funeral vi muchas caras conocidas. Digo que vi por decir algo, las lágrimas a veces no me dejaban observar del todo lo que me rodeaba. Le volví a ver después de tantos meses. Allí estaba, con un hombre que creo que sería su padre, un hombre de unos 60 años, los dos serios, muy serios. Incluso creo que vi como aquel hombre derramaba alguna lágrima. La forma en la que Álex trataba a ese hombre me daba mucha ternura. Por aquel funeral pasó mucha gente que yo no conocía, gente que no conocía a mi tío en persona pero que estaban rendidos al mito. Supuse que Álex y su padre venían en calidad de eso. Me sorprendió mucho verle, sinceramente, incluso diría que me gustó.
Ese mismo día, tuve una conversación con Alejandro en la que salió el tema de Álex.

-Es que no me lo puedo creer… - dijo Alejandro secándose las lágrimas – si hace unas semanas estábamos en casa hablando de hacer lo del proyecto juntos…

-Yo creo que voy a necesitar mucho tiempo para digerir esto… - dije sincera, sentándome en una silla –

-Sabes quién estaba conmigo cuando me enteré de esto? – dijo Alejandro totalmente compungido – Álex… - giré un poco la cabeza, como intentando entender el por qué estaba allí – estábamos hablando precisamente de lo del proyecto… - se rasca la cabeza y cierra los ojos fuerte – se portó muy bien… cuando vio lo que había pasado, se llevó a Dylan a jugar mientras Raquel y yo nos desahogábamos… lo necesitaba, me estaba aguantando por el niño…

Aquella conversación me dejó de piedra. Alejandro no suele meter en su casa a cualquiera, pero tiene un sexto sentido especial para las personas. No suele juzgar a nadie para mal, pero sí lo hace para bien. Si alguien le da buena espina, se vuelca con esa persona aunque apenas le conozca. Y parece que Álex no le está defraudando. La verdad que es parece buena gente… qué persona me va a mandar un mensaje de ánimo después de lo que ha pasado entre nosotros y después de habernos vuelto a cruzar? Además, estoy segura que lo hizo sin esperar nada a cambio. Un mensaje tan escueto, pero con tanto mensaje dentro. Yo, cuando lo leí, en lo único que pude pensar es en que no me guardaba rencor por haber sido tan poco amable con él aquella mañana. Lo mismo con el mensaje de año nuevo. Han sido dos momentos sutiles, con detalles pequeños, que junto con la opinión que tiene Alejandro y lo que escucho por parte de los demás, me hace pensar que, realmente, aquella noche tuve suerte. Otro en su lugar quizá me hubiera agobiado, o hubiera intentado algo más, o ahora estaría rezando para que su entrevista contándolo todo no saliera en ninguna revista. Reconozco que ese miedo lo tuve. Y digo lo tuve porque ya no lo tengo.

Por eso cuando le he visto no he podido evitar ser hasta cariñosa. Jamás nadie me había demostrado tantas cosas con tan poco. Quizá no sería mala idea dejar de un lado la tensión que me produce verle e intentar conocerle. Estoy segura que tenemos un carácter parecido, por lo poco que pude sacar en claro de esa noche.

Tras su actuación, es mi turno. Cruzamos una mirada fugaz. Me sonríe y le sonrío. Salgo al escenario dispuesta a cantar como si no hubiera pasado nada hace poco más de una semana, así debe ser, y así le gustaría a él.

Tras la actuación, recibo muchas muestras de cariño por parte del público. Y por parte de mis compañeros, todos se afanan en preguntarme qué tal estoy. Álex permanece en un segundo plano, hablando con Pablo y Manuel, mirando hacia la zona donde estoy yo de vez en cuando.
Escucho el discurso de él y de Pablo tras el escenario. Parecen una pareja cómica, qué bien se llevan. La gente se ríe con las bromas que se gastan, intentando empujarse para recoger el premio, pero tienen tiempo para dedicárselo a sus respectivas familias cada uno. Álex vuelve a acordarse de la tal Tere. Me gustaría saber quién es para que sea tan importante en su vida. Quizá es una ex con la que mantiene buena relación.

Nos volvemos a saludar cuando baja del escenario, junto a Pablo, que se lanza a darme un abrazo totalmente excitado de la emoción.

-Bueno Pablo, pues ahora tendremos que hablar de la custodia de esto… - dice Álex poniéndose serio – yo exijo custodia compartida.

-Vale, los fines de semana para ti – contesta Pablo –

-Una mierda, cada quincena uno – le contesta Álex, haciéndonos reir a los presentes –

-Que no, que lo he parido yo… - dice dramáticamente Pablo –

-Pues nos veremos en los tribunales… conozco mis derechos! – exclama Álex –

-Jajajajaja! – estallo en una carcajada – os habéis planteado ser pareja cómica?

-Como martes y trece tío – dice Pablo dándole una palmada en el hombro – nos podríamos llamar… - se queda pensativo –

-Álex Torres y cia… - contesta mirando el premio, con tono irónico –

-Muy gracioso… - contesta Pablo pegándole en el brazo –

-Sabéis que os van a dar uno a cada uno no? – aparece Alejandro a mi espalda –

-No jodas! – exclama Álex – entonces ya pa qué quiero saber de ti… te dejo! – exclama mirando a Pablo –

-Anda… - digo riéndome – invítame a un cigarro – digo a Álex como si nada –

Su cara de sorpresa me hace sonreir triunfante. No se lo esperaba. Asiente sin decirme nada y caminamos hacia una de las puertas laterales que dan a una pequeña terraza. En ella ya se encuentran Rosario hablando animadamente con Pastora, Pili para los que la conocemos. Nos miran y nos hacen un gesto pero veo como Pilar coge del brazo a Rosario disimuladamente cuando ésta iba a acercarse a nosotros. Será que no la conozco para saber por qué ha hecho eso. Pongo los ojos en blanco al imaginar lo que estarán diciendo.

-No tienes frío? – pregunta mirando mis brazos descubiertos –

-La verdad es que no… - digo encendiéndome el cigarro – toma…

-Y una vez más digo que tengo que dejarlo… - dice encendiéndoselo –

-Y yo… - digo riendo – esto se parece demasiado a la última gala en la que coincidimos…

-Sin partos de por medio – responde –

-Ahora es cuando te invito a mi casa… - digo sin pensar –

La cara se le cambia durante un instante. Solo un segundo parece que va a atragantarse, o a cortarse, o a cambiar de tema, pero luego comienza a reírse, contagiándome. Me parece increíble estar riéndonos de lo que pasó aquella noche. No hubiera apostado ni media pestaña a que esto iba a pasar. Y el caso es que no me siento incómoda haciéndolo, ni mucho menos. Es más, tengo más confianza con él que con gente que conozco hace años, lo que me resulta raro pero agradable.

-Bueno, creo que es el momento de fumar la pipa de la paz… - digo espontánea –

-Estábamos en guerra? – pregunta sonriendo –

-No, claro que no… - digo algo cortada – hablaba en sentido figurado…

-Lo sé… - responde sonriendo ampliamente – amigos? – extiendo su mano de manera graciosa –

-Amigos… - contesto sonriendo y estrechando su mano – Has compuesto algo nuevo?

-Si… - exhala el humo – estoy de lleno con el nuevo disco…

-Tú vas a ser como yo… - digo asintiendo – gira, disco, gira, disco…

-Bueno… - niega un poco con la cabeza – tu ritmo no es el mío… lo tuyo es una locura… - le miro extrañada – no sé cuántos años llevas en esto…

-17 – contesto con una sonrisa de oreja a oreja –

Ahora si que se ha atragantado. Impresiona la cifra, me impresiona a mí si la pienso. Hace gestos graciosos como fingiendo que le falta el aire. No puedo evitar reirme, es muy expresivo y muy gracioso.

-17 años… - susurra – yo te recuerdo cuando era joven… - se queda pensativo – pero cuántos años tienes? – estallo en una carcajada viendo la cara que ha puesto – joder, no, esa pregunta no se le hace a una chica Álex… - finge estar hablando con él mismo – perdona, ha sido un impulso… - dice riendo –

-33 voy a cumplir en… - me quedo pensativa – 8 días…

-Joder pero si tenemos la misma edad… - niega con la cabeza – qué he estado haciendo con mi vida?

-Estudiar medicina, te parece poco? – contesto con gesto claro –

-8 días… - dice pensativo – 15 de marzo no? – afirmo sonriendo – Felicitar a la matrona… - finge apuntar en su móvil –

-Idiota… - digo riéndome – tenemos la misma edad? – pregunto riendo –

-Si… bueno, yo los cumplo en diciembre… - tira su cigarro al suelo y lo apaga – era de los pequeños de mi clase…

-Yo me voy a fumar otro – digo sacando el paquete – quieres?

-Esto en mi pueblo se llama sablear… - dice cogiendo otro – en las guardias, cuando salía a fumar, hacía esto a veces… como no sabía cuándo iba a poder volver a salir… - se lo enciende –

-Ya ves tú la tontería eh? – digo encendiéndolo – si no me apetece… - río – y cómo va lo del disco?

-Pfff… - resopla – ahí va… tomando forma…

-Es difícil eh? – digo compadeciéndome –

-Es un caos… - contesta él –

-Exacto – respondo – miedo me da el siguiente… - confieso –

-Pero si tienes una pedazo de gira por delante… - dice riendo – ya tendrás tiempo de pensar en eso…

-Ya… - sonrío – te puedo hacer una pregunta? – alza una ceja con gesto gracioso –

-Que no sea difícil… - dice divertido –

-Quién es Tere? – pregunto interesada –

-Vaya… - dice sonriendo – esa no me la esperaba… - ríe tímidamente – es… tienes a alguien que sabes que puedes pedirle cualquier consejo, cualquier tipo de ayuda, a cualquier hora en cualquier momento? – asiento pensando en Vero y en Alejandro – pues esa es Tere… - sonrío – es una médico que me ha ayudado mucho… digamos que me ha enseñado a caminar solo… - exhala una calada – tanto en lo profesional como en la vida… es como mi segunda madre…

-Es mayor que tú imagino… - contesto –

-Si… - asiente – tendrá como… - se queda pensativo – 40 y largos… sabe más de la vida que tú y yo juntos… - sonrío – fue ella la que poco más que me convenció para meterme en esto…

-Entonces habrá que darle las gracias… - sonrío –

Me sorprende haberle preguntado por Tere. No sé exactamente por qué tenía tanto interés en saber quién era. Quizá porque no quería sentirme culpable por haberme acostado con él si tenía novia. Pero me ha dejado una sensación de tranquilidad su respuesta que hasta me siento gilipollas.

-Te vas a resfriar… - dice de repente tocando mi brazo – quieres mi chaqueta? – veo como se la está quitando y le freno –

-Que no, que estoy bien… - digo un tanto incómoda –

-Pues entonces vamos dentro, no querrás cumplir 33 con una gripe no? – contesta –

-Bueno, tengo un amigo médico, eso no me preocupa… - sonrío triunfante al ver su cara y comienzo a caminar hacia la puerta –

Sé que se ha quedado parado con mi respuesta, me gusta soltar zascas de vez en cuando. Lo reconozco, soy un poco borde a veces. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario