Llego a casa de Rubén con un semblante que ayer a esta hora
no pensaba que tendría. Hasta me parece que hoy hace un buen día, a pesar de la
que está cayendo. Corro hacia la puerta para no mojarme demasiado, no me he
traído paraguas. En otras circunstancias, pensaría que odio este día. Pero no,
es un día maravilloso.
Al entrar, en seguida noto sus caras extrañadas. Mi buen
rollo hoy no se asemeja para nada al de los anteriores.
-Buenos días… - canturreo –
-Buenos días… - mi hermano me mira extrañado – vaya, estás
contenta?
-Claro que estoy contenta! – exclamo – has visto que día más
bonito hace?
Rubén se gira hacia la ventana y, en ese momento, se ve un
relámpago que hace que cierre los ojos momentáneamente. Sonrío igualmente, pero
veo la cara de Rubén, mirando a mi hermano extrañado. Jose es alza de hombros.
He quedado con ellos dos primero, quiero enseñarles los temas que ayer me
regaló Álex a ellos primero. Me siento en el sofá risueña, con ellos mirándome
con cara de no entender nada.
-Tu hermana es bipolar – escucho que le dice Rubén por lo
bajini a Jose –
-Te estoy oyendo – digo riéndome – no soy bipolar, es que
hoy estoy muy feliz…
-Y a qué se debe esa felicidad? – dice mi hermano sentándose
en una silla –
-Escuchad – saco el móvil y le doy al play –
Pongo la primera canción que recibí. Ni siquiera sé como se
llama, pero no me importa.
-Ese es Álex? – pregunta mi hermano extrañado –
-Calla y escucha – le ordeno –
Rubén se sienta en otra silla, enfrente de mí, y escucha
atento el tema. Mira a mi hermano un momento y hace un leve gesto de
aprobación. Sonrío triunfante al ver en sus caras que le está gustando. Al
terminar la canción, me miran interrogantes.
-Os gusta? – pregunto impaciente –
-Está muy bien, tiene mucho ritmo… - dice Rubén –
-Si… - contesta mi hermano mirándome sin entender demasiado
-
-Y este es el primer tema del nuevo disco – digo sonriente –
-Como? – pregunta mi hermano sorprendido –
-Ayer Álex me lo mandó… - sonrío – me ha dicho que me lo
regala… y me encanta! – exclamo riéndome – esto era lo que quería Jose, lo
entiendes ahora?
-Espera, estoy flipando… - Jose pone una mano entre él y yo –
Álex te ha regalado una canción?
-Una? – digo riéndome dándole al play a la siguiente –
Esta tampoco sé como se llama, pero yo la llamaría “Cenizas”.
Observo la cara de Rubén que cada vez muestra más aprobación. Mi hermano
escucha el tema atentamente, mirándome como queriendo saber algo más. Sonrío al
pensar en la cara que pondría si le contara cómo surgió esta canción. Al
terminar, Rubén se pone de pie y se va hacia el piano.
-Flipante… - se sienta – tiene una melodía que atrapa…
-Exacto! – exclamo – qué os parece?
-A mi me mola mucho… - dice Rubén – te pega esta canción… -
comienza a tocar el piano – te ha mandado la partitura?
-No, he quedado con él esta tarde, pero quería enseñároslo
antes…
-Eso es un temazo – dice mi hermano sin más – no sabía que
componía canciones para otros artistas…
-Ni yo – digo riéndome – escuchad…
Le doy al play a la siguiente, mi favorita de las 3. Observo
como se miran sorprendidos. 3 canciones son muchas canciones. Por primera vez,
veo la luz al final del túnel. Veo la forma del nuevo disco. Veo que quiero
canciones más animadas y alguna más intensa. Veo como está naciendo por fin.
-Buah tío… - Rubén se ríe – esa me encanta! – dice exclamando
–
-Te gustan? – pregunta mi hermano mirándome tiernamente –
-Me encantan… - contesto sincera –
-Habrá que darle las gracias a Álex – sonríe mirando a Rubén
– una vez más… - dice refiriéndose al mítico parto de Yaiza –
Al llegar a casa, miro el reloj de la entrada. Las 6 de la
tarde, se me ha hecho tardísimo. Rubén ha sacado casi todos los acordes de las
canciones, pero he quedado con él en llevarle las partituras originales cuando
Álex me las de. Álex, había quedado con él esta tarde. Es pensar en él, y como
si tuviéramos telepatía, comienza a sonar el teléfono. Cojo el móvil con una
sonrisa al ver su nombre en la pantalla.
-Hola – respondo con un tono tímido que me extraña –
-Hola jefa, estás en casa? – dice con voz animada –
-Jajajaja – río – si – contesto –
-Pues ábreme que me estoy calando – dice riéndose –
Abro los ojos de par en par y corro hacia la puerta. Ahí
está, saludándome bajo la lluvia. Sonrío y abro desde arriba la puerta del
jardín. Entra a toda prisa, lleva una mochila que está empapada por la lluvia.
Me hago a un lado para que entre en casa y cierro la puerta instantes después.
-Joder! – exclama – qué agua de repente… - dice sacudiéndose
el pelo con la mano –
-Le has cogido el gusto a aparecer en mi casa sin avisar eh?
– digo de broma –
-Molesto? – pregunta mirándome –
-Claro que no… - digo sonriendo – estás empapado… - digo
tocando su chaqueta –
-Me seco en seguida – dice quitándose la chaqueta – qué tal?
Todo bien?
-Todo genial… - sonrío viéndole colgar la chaqueta en el
perchero – tenía ganas de verte… - confieso –
Sin saber muy bien por qué, le doy un abrazo. Un abrazo
sincero, pero tan espontáneo que no me lo esperaba ni yo. Le oído reírse y me
envuelve con sus brazos, balanceándose un poco, apretándome contra él. Cuando
deshacemos el abrazo, le miro y le hago una caricia en la mejilla. Suelo ser
cariñosa con mis amigos, y me sale natural el serlo con él. Me sonríe y aparta la
mirada, cogiendo su mochila, abriéndola y sacando una carpeta.
-Te traigo tus canciones – dice dándome la carpeta –
-Jo… - susurro abrumada –
-Quieres que probemos cómo te van? – pregunta con tono
ilusionado –
-Claro, vamos arriba – digo sin pensar –
Cuando estoy subiendo las escaleras, a mi cabeza vienen de
nuevo los recuerdos de esa noche. Resoplo sutilmente, me estoy poniendo hasta
nerviosa. Al entrar a la buhardilla, dejo la carpeta sobre el piano y me siento
en el sofá. Me mira divertido mientras se sienta frente al piano.
-Les ha gustado esta mañana? – pregunta abriendo la carpeta –
-Les ha encantado… - digo sonriendo – Rubén ha sacado la
melodía…
-Perfecto… - saca los papeles – quieres la letra? – me ofrece
los papeles y los cojo – está a mano, pero tranquila, no tengo letra de médico…
Observo su caligrafía. Tiene razón, no tiene letra de
médico. Se entiende perfectamente lo que escribe. Es una letra alargada, pero
legible. Diría que es una letra muy bonita. Tiene varios tachones, parece que
es la versión que no está pasada a limpio.
-Los tachones son propios de mí… - dice riendo – dime con
cuál te apetece empezar…
-No me has dicho cuál es el título de las canciones… - digo
sin darme cuenta que están escrita en la parte de arriba de cada folio – se llama
cenizas? – digo riéndome –
-Me gustaría que si la incluyes en el disco, te pongas como
autora… - dice comenzando a tocar –
-Yo? – digo riéndome incrédula –
-La primera palabra es la más difícil, y la pusiste tú… -
dice sonriéndome – probamos el tono?
Me quedo mirándole embobada durante unos segundos. Cómo
puede ser tan noble? Tere tenía razón el otro día. Sonrío y asiento,
levantándome del sofá y sentándome más cerca de él. Comienza a tocar el piano,
reconozco perfectamente la melodía. Comienzo a cantar, echando un vistazo a la
letra, aunque creo que me la sabría de memoria de todas las veces que la he
escuchado desde ayer.
-Yo creo que ese tono te va bien… - dice parando de tocar –
te parece que lo grabemos? – saca una grabadora de su mochila -
-Quieres grabarlo? – pregunto sorprendida –
-No te parece bien? – me mira extrañado –
-Claro que si… - sonrío – toda la canción del tirón? –
pregunto sentándome cómoda –
-Si – contesta sonriente – vamos allá…
Las notas comienzan a sonar de nuevo. Está siendo todo tan
natural y tan rápido que apenas tengo tiempo de pensar que quizá estoy grabando
mi primera maqueta del disco. Esas que tanto me gusta conservar porque es donde
está toda la esencia de la canción. Me siento hasta nerviosa y miro la letra de
reojo antes de comenzar a cantar.
Al comenzar, noto como mi cabeza se relaja y solo piensa en
la letra y la melodía de la canción. Me sale tan automático cantarla que hasta
me sorprende. Es la primera vez que la canto y es como si la hubiera compuesto
yo y supiera cada uno de los recovecos que tiene. Noto como la mirada de Álex
está puesta en mí y le veo esbozar alguna sonrisa mientras mira las teclas del
piano. Sonrío fugazmente para poder seguir cantando, hasta que llega el
estribillo. El estribillo se mete en mi interior como cuando das un trago de
agua fresca y notas como baja por el esófago hasta caer en el estómago. Es una
sensación tan extraña pero tan bonita que me encanta. La canción continúa y
Álex y yo cruzamos alguna mirada y alguna sonrisa cómplice. Toca el piano como
si hubiera nacido encima de uno. Sus dedos se mueven armoniosos por los acordes
adecuados mientras mi voz empasta perfectamente con ellos.
La canción termina y no puedo evitar reirme nerviosa. Álex
apaga la grabadora y me mira, incluso diría que algo emocionado.
-Es que era para ti… - dice convencido – te queda perfecta…
-Madre mía… - digo un tanto abrumada por las emociones que
acabo de sentir – es brutal, de verdad… - me mira sonriente – me encanta
-A mí me gusta más, te lo aseguro… - dice cogiendo otro
folio – es la primera vez que escucho a alguien cantar una canción que he
compuesto yo… - dice algo tímido – si no cuento a la gente de los conciertos
claro…
-Jajajaja – me río – otra? – digo ansiosa –
-Cuál prefieres? – dice mirándome –
-La primera que me mandaste – digo convencida –
-Caos… - dice sonriendo –
-Caos? – pregunto sorprendida – me encanta el nombre… - digo
sincera – me encanta todo – me río nerviosa –
Veo como sonríe, le da a grabar a la grabadora y me hace un
gesto para que empiece y me siga con el piano. Digo ese “tú” con una ilusión
poco frecuente en mí últimamente. La letra me encanta, me parece divertida,
fresca… tiene algo que me engancha. Nunca me lo he pasado tan bien grabando una
maqueta como con esta canción, incluso tengo la necesidad de ponerme de pie
para moverme un poco al ritmo de la música. Álex me mira riendo mientras se
mueve tocando el piano al compás.
Al terminar la canción, me da un ataque de risa y le
contagio.
-Me encanta esta canción, de verdad te lo digo… - digo
riéndome –
-Te queda muy bien… - sonríe – probamos la que queda?
-Mi favorita te refieres? – digo sonriendo –
-Ah, tu favorita? – sonríe mirándome – acuérdate de cambiar
lo que te dije – le miro extrañada – los masculinos por los femeninos…
-Ah! – río – es verdad… - carraspeo – vale, dale a grabar
Me hace caso y comienza a tocar casi justo cuando yo empiezo
a cantar. La letra de esta canción me flipa, me encanta, me apasiona. Es la que
más he escuchado de las tres. El piano le queda genial, y cuando hace las
subidas, me siento cómoda, es mi tesitura completamente. No he dejado de
sonreir durante toda la canción y parece que Álex tampoco. Cada vez que le
miraba, estaba sonriendo.
-Buah… - exclamo sentándome al acabar la canción – me encanta
-Encadenada a ti… - dice reflexivo – suena bien…
Sonrío mirándole. Me gusta hasta el título. Me gusta todo.
Estoy eufórica, siento que podría hacer cualquier cosa ahora mismo. Me siento a
su lado en el piano y le abrazo cariñosamente.
-No sabes lo que te lo agradezco… - digo sincera –
necesitaba esto…
-Me gusta verte tan contenta… - dice mirándome –
De nuevo, como en el coche aquel día, esa punzada en el
estómago vuelve a aparecer. Como ese vértigo que sientes cuando el vagón
comienza a caer desde lo alto de una montaña rusa. Aparto la mirada,
disimulando, cogiendo la grabadora, aunque bien podría haber cogido hasta una
mosca que pasara volando con tal de escapar de esa sensación tan extraña.
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