martes, 29 de enero de 2019

CAPÍTULO 160: EL PARÓN


La observo ilusionada, contándome cómo se llaman los talents y me destaca algunos. Me explica lo que ya ha estado pensando para ellos, a pesar de faltar meses para que comencemos a grabar las batallas, que serán en Septiembre. Estamos a finales de Junio, con el calorcito, y los dos acordamos tomarnos un mes de parón en los conciertos. Desde mitad de junio a mitad de julio. Así lo hemos hecho. Ha terminado de grabar las audiciones a ciegas y tenemos más de dos semanas para nosotros.

-Y la tía canta… - hace un gesto de explotarle la cabeza – te lo juro que ganamos, que gana ella… - la observo apoyado en la mesa, casi sin escucharla – oye! – exclama mirándome – me estás escuchando?

-Estaba pensando… - digo sonriendo – dónde te podría llevar de viaje…

-De viaje? – me mira extrañada – Álex, si no hemos planificado nada… - sonríe negando con la cabeza –

-Bueno… - digo acercándome a ella – no habrás planificado nada tú… - me mira alzando una ceja – porque aquí, tu cococha… - alza las dos cejas al ver como me acerco – tiene esto…

Me mira y mira los papeles que he sacado del bolsillo.

-Qué es esto Álex? – dice en voz baja –

-Esto es que tu novio es un romántico y quiere llevarte de viaje… - digo señalando el papel – no me digas que has ido… - digo alzando una ceja –

-Eh.. no… - me mira contrariada – esto es… - mira los billetes y me mira, reprimo la carcajada – un billete a Pisa? – asiento ilusionado –

-A hacernos la foto esa típica sujetando la torre!! – exclamo fingiendo ilusión extrema –

-Eh… - me mira sonriente pero un poco estupefacta – claro! – exclama, pero sé que no está entendiendo nada y se esperaba otra cosa – está… - asiente mirando los billetes – está genial…

-Jajajajaja – estallo en una carcajada – a ver Malú… - agarro los billetes y hago que se siente en el sofá – dónde está Pisa?

-En Italia… - contesta un poco desconfiada –

-En qué parte de Italia? – pregunto intentando que complete la frase –

-Esto que es? Una clase de geografía? – dice pensativa – pues yo que sé Álex…

-Te suena la Toscana?

Su cara se va transformando poco a poco en ilusión y sorpresa. Tanta, que se lanza a abrazarme y me hace estallar en una carcajada.

-Oye pero que Pisa es muy bonita eh? – digo abrazándola – que no solo tiene la torre…

-Yo que sé! – exclama – no tengo ni idea de cómo es esa zona… no he estado nunca… - dice cogiendo de nuevo los billetes –

-No solo vamos a estar aquí… - digo señalando el billete – esto es la llegada pero… - me mira ilusionada – vamos a recorrer varios sitios… playas incluidas… - la miro alzando las cejas varias veces –


Caminamos por el aeropuerto intentando pasar lo más desapercibidos posible… pero ya nos han echado varias fotos, algunas sin preguntarnos y sin pedir que posemos con los que realizan la foto. Simples “paparazzis” improvisados. Sinceramente, me da exactamente igual. Cuando lleguemos a Italia, aspiro a poder caminar por la calle sin que nadie nos conozca. Le miro y me sonríe, haciéndome un gesto de “no pasa nada” mientras nos ponemos en la cola para embarcar. Destino: Pisa. Sonrío mirando el cartel. Hace tanto tiempo que no me voy de viaje así. Por simple placer.
Álex, por lo visto, ha estado planificando esto desde hace semanas. Me ha contado que había valorado otros sitios, como República Dominicana o sitios así… pero agradezco que haya elegido algo así. No he estado nunca y no sé si estar en República Dominicana es lo que me apetecía ahora mismo. Creo que me apetece descubrir sitios, pasear, improvisar… no que me pongan una pulsera y no me dejen salir de un recinto porque pueden secuestrarme.

Al subir al avión, me siento en la ventanilla, con Álex a mi lado. Algunas personas creo que nos han reconocido, pero apenas nos ha “molestado” nadie al subir al avión. Supongo que habrán grabado algún video y ya estará circulando por twitter… pero da igual.

Le observo quitarse la chaqueta algo nervioso. La deja en el compartimento de arriba y vuelve a sentarse. Se frota las manos un poco. No puedo evitar reírme. Al escucharme, me mira y resopla apartándome la mirada.

-Te encanta volar… - digo divertida –

-Me apasiona… - dice irónico – es una cosa… - continúa con la ironía – eso de saber que si algo falla, mis pedacitos de cuerpo quedarán esparcidos por el suelo…

-Álex! – exclamo dándole un manotazo – no tiene gracia… - le escucho reírse –

-Que ya lo sé… - dice abrochándose el cinturón – además, es mucho más probable tener un accidente de coche y yo ya he tenido uno, así que…

-Pfff – resoplo desganada al escucharle –

Me quedo seria, mirando por la ventanilla sin poder evitar recordar el momento en que, en casi plena rueda de prensa, me enteré del accidente y no sabía ni siquiera cómo estaba. Recuerdo la angustia. Recuerdo el miedo.

-Oye… - noto como me roza el brazo y doy un pequeño respingo, estaba demasiado abstraída en todos esos pensamientos – no tenía que haber dicho eso… - sonrío de medio lado – me paso a veces bromeando con cosas de estas…

-No pasa nada… - digo con voz dulce, acariciando su mejilla –

Me acaricia también, de forma cariñosa, y me da un fugaz beso en los labios.

-Anda – dice sentándose bien – dame la mano antes de que pida un orfidal…

-Jajajajaja – río – anda ven… - le agarro fuerte de la mano – yo te protejo – digo con voz grave –

Me mira con una ceja levantada y sonríe mientras apoya su cabeza en el respaldo. El avión comienza a moverse lentamente para encarar la pista de despegue. Acaricio su mano para que esté tranquilo. Todo su cuerpo se tensa con el despegue, el mío también, por muy acostumbrada que esté a los vuelos. Miro por la ventana y no puedo evitar sonreír.

-Miras por la ventana… - dice sin modificar mucho su posición – no sé cómo puedes

-Mira, pero si se ve todo… - le oigo resoplar – jajajaja – río – anda, afloja un poco la mano que no me llega el riego…

Veo como mira hacia nuestras manos y se destensa un poco. Sonrío y vuelvo a hacerle una carantoña. El avión se estabiliza y el vuelo se desarrolla con total tranquilidad. Tanto que se queda dormido sobre mi hombro. Acaricio su pelo, me relaja hacerlo, y me estiro un poco en el asiento. Permanecemos en la misma posición hasta que por megafonía anuncian el aterrizaje.

-Hola… - digo en voz baja – te has relajado eh? – sonríe algo tímido –

-No me había quedado durmiendo nunca en un avión… - dice extrañado revolviéndose el pelo –

-Eso es porque estabas tranquilo porque tu novia te protege… - digo fingiendo solemnidad – tranquilo pequeño, no va a pasarte nada… - pongo voz grave –

-Eres muy tonta… - dice sonriendo abrochándose el cinturón – mi novia… - dice reflexivo y me mira – mira que suena bien eso eh? – afirmo mirándole embelesada –

Se inclina hacia mí para darme un beso hasta que nota como el avión va descendiendo de altura. Me meo con la cara que ha puesto, se pega al asiento y me agarra la mano.

-Luego te lo doy… - dice apretándome la mano –

-Solo uno? – digo con voz provocativa pegado a su oreja –

-Malú… - me mira de reojo – estoy concentrado para no ponerme a gritar – reprimo una carcajada – no me desconcentres…

-Eres muy payaso… - digo riéndome y apoyando mi cabeza en el asiento –

El aterrizaje se produce sin incidentes, como estaba claro. Mi mano vuelve a perder el riego hasta que el avión toca tierra. Álex me mira disimulando y, cuando el avión se detiene, se levanta del asiento y coge su chaqueta. Le observo divertida.

-No paras de reírte de mi eh? – dice haciéndome hueco para que salga –

-Me río contigo – alzo mi dedo índice – que no es lo mismo – acaricio su mejilla – anda sal – le señalo que camine por el pasillo –

Al salir del avión, esperamos a que salgan nuestras maletas. Miro alrededor instintivamente. Todo el mundo a su bola, no parece que nos reconozca nadie. Sonrío sin querer.

-Qué pasa? – dice dándome mi maleta y cogiendo la suya –

-Nada… - niego con la cabeza y media sonrisa – que no nos mira nadie…

-Se me ocurren varias cosas que harían que nos mirasen… - dice con voz seca –

-Ay joder… - digo nerviosa – está lejos el hotel? – digo agarrando mi maleta y dándole una palmetada en el trasero –

-Ya verás… - me agarra de la cintura y comenzamos a andar hasta salir del aeropuerto –

El tiempo es perfecto. No demasiado calor, no demasiada gente por lo que puedo ver. Tengo la sensación que va a ser un viaje maravilloso.  

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