La gira avanza y apenas nos hemos visto esta semana. He
vuelto a decir que sí a La Voz. No he podido evitarlo, me ofrecían grabar las
audiciones a ciegas entre semana, por lo que no iba a tener problema para
compaginarlo en principio. Álex al principio no puso buena cara. Según él, mi
ritmo de trabajo es demasiado alto. Tuvimos una pequeña disputa por ese tema
pero, al final, como siempre, lo arreglamos. De eso ya hace algunos días, con
un concierto de por medio, por lo que hoy, después de varios días, vamos a
volver a vernos.
-Si ya… - le veo entrar por la puerta, con la maleta en una
mano y el teléfono en otro, parece que está hablando con alguien – ya pero ya
te he dicho que no… - voy a su encuentro pero ni siquiera se ha dado cuenta que
estoy allí – ya sabes lo que opino… estoy liadísimo - toco su espalda y se
gira, me sonríe fugazmente y me hace un gesto para que espere – cómo asesor? –
pregunta mirándome – hombre ya pero… - me mira de nuevo y no entiendo qué es lo
que pasa – ya pero tengo que consultarlo con ella… - alzo una de mis cejas – es
que sería un poco fuerte… - le miro sin entender nada – oye mira, te llamo
luego y te digo ok? Acabo de llegar a casa y… - asiente poniendo los ojos en
blanco – ya, ya lo sé… - me hace una carantoña que me destensa un poco – oye
va, en serio, que luego te llamo vale? – asiente – venga, hasta luego…
-Hola cariño – le saludo sonriente agarrándome a su cuello y
dándole un beso –
-Hola cielo… - responde con tono cansado – todo bien? –
asiento mirándole extrañada –
-Qué pasa? – señalo a su teléfono – algún problema?
-Pf… - resopla apartando su maleta – a ver… - me agarra de la
mano – ven
Me lleva hasta el salón y consigue asustarme un poco. Se
sienta en el borde del sofá, mirándome.
-Me han propuesto ser coach de la voz
Mi cara de sorpresa se transforma en cara de ilusión. Pego
saltitos de ilusión.
-He dicho que no – dice de repente –
-Cómo? – pregunto sorprendida – pero por qué? – me siento a
su lado –
-Malú… - suspira – me enfado la semana pasada porque tú
dices que sí y ahora digo yo que si? – niega con la cabeza –
-Pero así estaríamos más tiempo juntos… - digo intentando
convencerle –
-Que no Malú – dice de mala gana – y cuando digo que no,
para colmo, me dicen: pues el asesor de Malú… - dice poniendo los ojos en
blanco – a quién se le ocurre eso? Qué queremos? Ser el centro de atención? –
me mira sonriendo – te imaginas? No sé… te apetece eso?
Tengo sentimientos encontrados. Por un momento, me ha hecho
una ilusión tremenda. Pero, al verle de esa manera, tan desganado, empiezo a
cabrearme. Soy consciente de que es uno de mis brotes, pero no puedo evitarlo.
-Tan malo sería trabajar conmigo? – suelto sin querer –
-Qué? – me mira sorprendido – Malú, no es eso…
-Ya… - digo algo molesta – te quejas de que vamos a pasar
poco tiempo juntos y ahora no quieres que pasemos tiempo juntos…
-Ah espera… - se levanta y noto como está algo nervioso – que
lo hago para que no te agobies y ahora soy yo el malo…
-Para que no me agobie? – digo totalmente indignada – y por
qué voy a agobiarme? Por estar con mi novio trabajando?
-No, por ser el centro de atención durante todo el puto programa
Malú… - dice alzando un poco la voz –
-Ah, es eso… - digo irónica – todos estos meses diciéndome
que me suelte, que qué más da la gente… - digo con sorna – y ahora eres tú el
que no quiere salir en ningún sitio conmigo.
-Pero qué cojones estás diciendo? – dice gritando – se te va
la pinza mucho… - dice intentando salir del salón –
-Si, se me va la pinza, qué pasa? – digo empujándole un poco
para que no salga del salón – se me va la pinza cuando te veo hablar de
trabajar juntos con esa desgana…
-Pero qué desgana? – grita – si lo hago por ti! – exclama –
-Por mí? – dirijo mis manos hacia mi pecho – pero tú quien
eres? Mi salvador? – digo irónica – siempre protegiéndome de todo… - mi tono es
de desprecio –
-Malú, ese programa te encanta, tú eres la estrella ahí –
dice mirándome – si voy yo…
-Si vas tú me vas a quitar protagonismo… - digo terminando
la frase como creo que la iba a terminar – qué pronto se te ha subido todo…
-Disculpa? – me mira sorprendido. Me he pasado, no quería
decir eso, pero no doy marcha atrás –
-Si, ahora resulta que tú, con tu horda de fans que, te
recuerdo – digo señalándole con el dedo – son en parte por mí, me vas a quitar
protagonismo… - pongo gesto de desprecio – eres ahora el puto Ricky Martin…
Se queda mirándome, sólo unos segundos. Esa mirada la
recuerdo. Es de absoluta decepción.
-Iba a decir que si voy yo, en todo caso estaría en tu
equipo… - me dice apartándome, dirigiéndose hacia el jardín – y a mí me encantó
estar en tu equipo la otra vez… - intento hablar pero se gira desde el jardín –
puedes quedarte con tus fans, total, yo no he hecho nada para que les guste mi
música – voy a intentar hablar otra vez para disculparme, pero me lo impide –
todo lo que he conseguido es porque estoy contigo, es eso no?
-Álex… no… - me corta de nuevo –
-Eso tiene una solución… - dice sentándose en la tumbona –
lo dejamos y ya está no?
La pregunta cae como una roca sobre el jardín. Me deja muda.
La he cagado pero bien, y no se cómo arreglar esto.
-Malú… - se enciende un cigarro – si acaso sería tu asesor
porque me encantó… - dice sin mirarme – cuando estuve solo con los niños fue
diferente… y… - da otra calada – no estoy preparado para estar yo solo, no creo
que tenga una carrera tan sólida como para sentarme ahí… juzgando qué voces
valen y cuáles no… - niega con la cabeza – me da vértigo joder… me crea
inseguridad… - suspiro y me siento a su lado – me encantaría estar sentado a tu
lado y que me agarrases la mano cuando no supieras a quién elegir… - sonrío de
lado un tanto emocionada. Hace una pausa, mirando a la piscina, sin mirarme –
te has pasado mucho… - dice con voz muy seria -
-Álex… - intento explicarme –
-De verdad crees que pienso que te voy a quitar
protagonismo? Que me creo algo? – intento responder – que todo lo que he
conseguido es por ti? Porque estamos juntos?
-Álex, no quería decir eso… - digo intentando justificarme –
-Pero lo has dicho… - me mira con gesto serio – siempre eres
comedida con las discusiones menos cuando son conmigo… - intento hablar pero no
me deja – conmigo sacas toda la ira y das con el dedo en la llaga – se levanta de
la tumbona y entra de nuevo al salón – no sé, no sé por qué lo haces… - dice
con tono cansado –
-Lo siento Álex… - digo sabiendo que tiene toda la razón –
-Malú… - le miro y me mira serio – no me siento con
confianza para meterme de lleno en un programa como ese… - suspira – no es por
ti, es que no quiero que… - veo que no sabe como explicarse – me genera mucha
inseguridad pero si es contigo, eso ya no me pasa…
-Pero inseguro por qué? Si eres un pedazo de compositor y…
-Malú – le corto – no estás entendiendo lo que te estoy
diciendo… - le miro callada – no me siento bien ni seguro de hacer algo así… -
suspira – y tú en lo único que has pensado es en que me creo una estrella… - se
apoya en el sofá, ahora me siento todavía peor – me decepciona tanto que
pienses así de mí…
-Álex, por favor… - suplico algo agobiada – que no pienso
eso, que es que…
-Lo has dicho… - dice mirándome – y con bastante mala baba –
sigue mirándome y hace que baje la mirada - eres cruel conmigo – se sienta en
el sofá – siempre terminas siendo cruel cuando discutimos…
Le observo sentado en el sofá, con la espalda arqueada hacia
delante, las manos cruzadas y los codos apoyados en las rodillas. Pensativo.
Enfadado. Decepcionado. He vuelto a cagarla, una y otra vez. Tengo que tomar la
iniciativa. No puedo dejar que esto se quede así, que esa sensación que tiene,
la siga teniendo. Cómo voy a pensar así de él? Le pasa exactamente lo mismo que
me pasó a mí cuando me lo propusieron por primera vez. Se estará preguntando si
es tan válido como para juzgar a otros. Si es tan válido como para sentarse
ahí… En la de los niños lo hizo genial, pero sé que piensa que no es lo mismo.
-Álex… - le oigo resoplar – Álex, escúchame…
-No Malú – se levanta – necesitas verme enfadado para que te
salte la bombilla – se toca con el índice la cabeza – necesitas verme así para
darte cuenta que… - para de hablar y suelta un suspiro intenso – me estoy
cansando de esto Malú…
Le miro. Le observo. Por un momento, con esa frase, pienso
que va a decir esas palabras. Va a dejarme. Llevo desde que le conozco, siendo
cruel con él cuando discutimos. Tiene toda la razón. Y no sé por qué me pasa.
No me da tiempo a pensar en lo que realmente quiero decir.
-Tenía muchas ganas de verte… - digo con voz un tanto
emocionada, plantada frente a él – siento haberlo estropeado… - digo culpable –
no… - trago saliva – no sé qué me ha pasado… - digo intentando excusarme – me
he liado yo sola… - tartamudeo – te... te juro que voy a hacer que eso no pase más… -
le miro fugazmente y veo como me está mirando fijamente – te juro que voy a
cambiar…
-No quiero que cambies – dice rápidamente, de forma
indignada, acercándose a mí –
-Claro que tengo que cambiar… - digo con cierto nudo en la
garganta – terminarás yéndote como ha hecho todo el mundo… - comienzo a
sollozar – no sé tratar a una pareja… - noto como se acerca más a mí – no sé
discutir sin hacer daño… - comienzo a llorar – Álex, por favor – le miro con
mis ojos llenos de lágrimas y le veo a escasos centímetros de mí – te juro que
cambiaré – se me entrecorta la voz – pero no te vayas…
Se queda mirándome pero soy incapaz de cruzar mi mirada con él. Sé que está observándome. No se mueve, y yo tampoco. Tengo ganas de huir, de irme, de desaparecer ahora mismo. Cuando noto que se acerca a mí, le empujo levemente, aguantándome las lágrimas, y salgo corriendo hasta la primera puerta que encuentro. Me encierro en el baño y, ahora si, todo sale de repente. Comienzo a llorar amargamente. No sé cuidar a la gente que quiero. Consigo que se aparten de mí, consigo que se cansen. Y, con Álex, pasará exactamente lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario