-Esta canción la compuse en un momento difícil para mí… -
escucho los gritos de la gente y como otras personas intentan que se callen
para escucharme – todos vivimos momentos difíciles y, a veces, una canción… -
trago saliva – una melodía… o una palabra… te abre los ojos – escucho tímidos
aplausos que se cortan cuando sigo hablando. Sonrío – esta canción me ha vuelto
a abrir los ojos años después de componerla. Espero que, aunque solo sea una
persona de los que estáis aquí, os sirva.
Agarro el micrófono con el pie de micro y una luz me enfoca.
Solo eso en el escenario. No hace falta nada más.
-Hoy todos dicen que estoy loco… que así muy poco aguantaré…
- corean la canción - por su sangre jurarán que siempre estuve solo… con la
misma crueldad que sale por sus ojos.
Llega el estribillo, la banda explota y la gente comienza a
corear con más fuerza la canción.
-Hoy una llaga en mi voz volvió a repetir, que quiero
encontrar las ganas de vivir, no quieren dejar de urgar y mentir, dejadme
encontrar las ganas de vivir – cierro los ojos - las ganas de vivir.
Camino, micro en mano, hacia la pasarela central.
-Hoy nadie entiende una palabra, la multitud se ha vuelto
juez – esta parte la gritan con más fuerza y no puedo evitar sonreír levemente
- he dejado de contar los que fueron mis amigos, no he dejado de llorar… por
poco yo lo olvido.
Pongo el micrófono enfocando al público, dejando que canten
la canción.
-Hoy una llaga en mi voz volvió a repetir que quiero
encontrar las ganas de vivir – miro alrededor, miles de luces procedentes de
móviles, se mueven al mismo tiempo - no quiero dejar de urgar y mentir – siguen
cantando - dejadme encontrar las ganas de vivir.
-Oh, oh – sigo cantando yo - la vida se nos fue – pongo el
micro para que cante la gente - oh, oh – devuelvo el micrófono a mi boca - ¿por
qué no estás aquí? – cojo aire con rabia - oh, oh, ¿por qué no estás aquí?
Alargo la última nota y me arrodillo en el centro de la
pasarela. Estoy sintiendo la canción como nunca la había sentido. Ni cuando la
escribí, ni aquel día en el piano cuando me desperté tan pronto porque no podía
conciliar el sueño.
-Las veces que he querido buscarte en el abismo… - me pongo
en pie y señalo al frente - las veces que tu voz arranca otro suspiro…
El estribillo se repite mientras vuelvo sobre mis pasos.
Noto un ligero nudo en la garganta. Creo que no estoy siendo consciente de lo
especial que está siendo esta canción para mí…
Canto varias veces “las ganas de vivir” como si necesitara
repetírmelo. Por un momento, por mi cabeza pasa el recuerdo de ese día y todo
lo que vino después. Los sentimientos me dejan extasiado tras la canción.
Al terminar, la siguiente canción también tiene que ver con
las ganas de vivir. Decido hacer una breve introducción.
-Hace tiempo yo trabajaba en un lugar donde se convive con
la vida y la muerte… - la gente, poco a poco, se va quedando en silencio – esta
canción la compuse hace años… inspirándome en un caso de una chica que, tras
varios días en coma, despertó – se escuchan varios “oh” emocionados – me puse
en su lugar, me imaginé que, quizá, durante esos días en los que estaba en
coma, escuchaba lo que ocurría a su alrededor y no encontraba la luz… para mí,
ver la luz no es ver la muerte… sino ver la vida. Ver la luz, para mí,
significa despertar.
Despertar, una canción también muy especial para mí. La canto con sentimiento, sentado en una banqueta, un violín a mi espalda. Forma parte de mi banda, es uno de mis instrumentos favoritos. La canción termina con un instrumental, momento en el que desaparezco del escenario y salgo un segundo. Estoy tan excitado que apenas veo con quién estoy hablando, solo escucho palabras bonitas que me hacen tener unas ganas terribles de volver a subirme al escenario.
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