Llevamos aquí ya mucho rato. Ya he hablado con todo el
mundo, con mis suegros, con mi cuñada, con Tere, con los de la banda… ¡Joder!
Que la fiesta terminó, que vayan desfilando señores!!! Le miro con caras
lascivas, sin que nadie se de cuenta. Pone los ojos en blanco y me descojono.
Mientras habla con todo el mundo, yo a lo mío, a provocarle. He decidido jugar.
Luego me entra la vena sentimental y me dan ganas de poner miles de tweets
diciendo lo mucho que le quiero. Frena Malú, vas un poco chispada. Acostumbrada
a no beber, con dos cervezas ya voy como el marido de Carolina de Mónaco. O de
quién era? Yo que sé, el caso es que voy contenta.
Me mira otra vez y saco la lengua, recorriendo mis labios lentamente.
Le veo resoplar y tocarse el pelo mientras habla con un miembro de su staff.
-Discretísima – la voz de Vero me hace pegar un pequeño bote
en la silla – tus dotes de seducción yo no sé por qué no las han cogido ya para
hacer un 50 sombras nuevo.
-Calla – digo riéndome –
-Además, que te pueden ver tus suegros, o, lo que es peor,
tu padre – señala con la mirada a mi padre, que habla con Alejandro
animadamente –
-Pero si es que mírale… - señalo con la cabeza a Vero para
que le mire – no me digas que no es… - hago un gesto de querer comérmelo – ihhhh
– pego un pequeño gritito que hace que algunas personas se giren hacia mí –
-Nunca pensé que diría esto, pero estás borracha y enamorada
– dice Vero mirándome sonriente –
-Ya… - acepto bajando la cabeza un tanto avergonzada – nos has
visto cantar?
-He visto todo el concierto, cariño… - dice pasando una mano
por mis hombros – ha sido tan emocionante vuestra canción…
-Estaba… - digo tras pegar un trago de la lata de cerveza –
como en otro mundo sabes? – asiente – sabes que yo jamás hubiera hecho algo así
– asiente de nuevo – pero… - resoplo – es que mírale…
Vero se gira de nuevo para mirarle y supongo que ve mi cara
de pánfila, embobada. Pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.
-No me lo puedo llevar de aquí? – digo en voz baja – en plan…
desaparecemos y que la gente se quede aquí de fiesta…
-Claro, no se va a notar… - dice Vero de forma irónica – lo que
tienes que hacer es no beber más…. – me quita la lata de cerveza – que luego te
quedarás durmiendo – dice con doble sentido –
-No, perdona… - vuelvo a coger la lata – estoy yo muy
cachonda para quedarme dormida…
-Pero loca! – me recrimina – cómo dices eso en voz alta?
-Lo he dicho en voz alta? – digo con total vergüenza –
-Trae – me quita de nuevo la cerveza – vamos a salir a que te
dé el aire…
Coge mi mano y le hago un gesto a Álex de que salgo un
momento… aprovecho para hacerle otra vez otro gesto lascivo y veo como se pone
nervioso. Estallo en una carcajada mientras veo la sonrisilla de Vero, está a
punto de contagiarse. Salimos al exterior y busco sin éxito mi paquete de
tabaco, que, como es lógico, debe estar en mi bolso. Que, cómo es lógico, no sé
dónde está. Vero pone los ojos en blanco y me da un cigarrillo sin decir nada.
-Dos cervezas… - dice negando con la cabeza – el día de tu
boda, no sé, tendréis que brindar con trinaranjus…
-Jajajajajaja – estallo en una carcajada de nuevo – te imaginas?
– Digo apoyándome en la barandilla dando una calada –
-Me gusta verte así – dice Vero de repente – no, no voy a
ponerme sentimental… - alzo mis cejas – mañana no te vas a acordar –
-Pero tía, que solo voy un poco chispadilla… - digo con
cierta gracia – ay Vero… - digo apoyándome de nuevo en la barandilla – he tenido
suerte eh? – digo refiriéndome a Álex –
-Habéis tenido suerte… - dice con cierta dulzura – está que
no caga contigo eh? – río tímida – nunca te había visto así… - sonrío de medio
lado, mirando a la calle – ni había visto a nadie tan enamorado de ti…
Sonrío sin querer. Se nota, está enamorado y yo también de
él. La sensación de que alguien te corresponde es quizá la mejor sensación que
se puede vivir. Nunca me había pasado. Siempre había tenido la sensación de que
la otra persona no daba el 100%... o era yo la que no podía darlo. Con él es
todo mucho más sencillo.
-Todo bien?
Su voz aparece a mi espalda. Me giro y le veo mirándonos
interrogante.
-Tu novia… - dice Vero – que con dos cervezas ya va que ve
doble –
-Oye! – Me quejo mientras Álex me mira divertido –
-Así que esas cosas que hacías con la boca es porque veías
doble? – pregunta haciéndome reír –
-Buenooo… - dice Vero alejándose – lleváis tabaco? – Álex saca
un paquete del bolsillo – pues me voy para adentro que la cosa se pone
interesante…
Sonrío y veo como Álex sonríe mirando al suelo mientras Vero se marcha. Saca su
paquete de tabaco de nuevo y se enciende un cigarillo. El mío está casi
consumido.
-Estás bien? – pregunta sin mirarme –
-Si… - contesto – te he puesto nervioso? – pregunto juguetona
–
-Tú qué crees? – dice girándose hacia mí con media sonrisa –
no sabía ni lo que me estaban diciendo…
-Jajajajaja – río triunfante – he sacado casi todo mi
repertorio…
-Casi todo? – dice de forma pícara girándose hacia mí y
apartándome un mechón de pelo de la cara –
Cuando hace estas cosas, me da una vergüenza que me muero.
Sí, todavía me pasa. Y creo que es bueno. Es como magia. Nos quedamos
mirándonos y, de repente, se apoya en la barandilla y mira hacia la calle. Le
imito.
-Nadie me había hecho sentirme así – dice de repente –
No sé qué decir. Se me acaba de bajar toda la cerveza a los
tobillos.
-Me haces sentirme… - dice sin mirarme – importante… -
sonrío mirándole – no sé… - niega con la cabeza – es cómo… - suspira – cuando te
he visto aparecer… y he visto a la gente gritar… - hace una pausa – me sentía
tan… - me mira fugazmente – orgulloso…
-Orgulloso? – pregunto de manera tímida –
-Sí… - sonríe mientras pega una calada al cigarro – de ti… -
resoplo – de nosotros.
Le miro y me mira, intensamente. Diría que nunca nos hemos
mirado así.
-Hace unos meses nunca hubiera dicho que la noche de hoy iba
a ser así de… feliz… - dice con media sonrisa – y es por tu culpa… - me mira de
nuevo – haces que todo sea mejor de lo que podría ser…
-Ay Álex… - digo quitándole el paquete de tabaco y
encendiéndome otro cigarro – me pones nerviosa cuando me dices cosas así…
-Es la puta verdad… - dice serio – la noche de hoy no
hubiera sido así si no es por ti… - niego con la cabeza sin mirarle – no
estaría tan eufórico… - le miro – ni tan contento…
-Lo has hecho tú solito Álex… - digo intentando restarle
importancia –
-No – dice rápidamente – lo hemos hecho los dos – dice convencido
– y la semana que viene yo lo haré contigo… - nos miramos – la Reina tiene que
volver al palacio… - dice con dulzura –
-Qué vergüenza me ha dado cuando has dicho eso… - digo
tapándome la cara –
-La Reina… - dice de nuevo sin mirarme, con media sonrisa
mientras pega la última calada al cigarro – si te digo que eres mi reina
también te da vergüenza?
-Madre mía… - digo roja como un tomate, apagando mi cigarro –
tú has bebido también?
-No sabes cómo me gusta verte así… - dice mirándome
profundamente, para, poco después, volver a desviar la mirada – tan alegre… tan…
tú…
Sonrío de nuevo, mirando al suelo. Sé que no han sido unos
meses fáciles, ni para él, ni para mí.
-Tú también vuelves a ser tú… - digo mirándole sonriente – y
me encanta…
-Por qué no nos escapamos? – dice agarrándome de la cintura –
total, con toda la comida y la bebida que hay ahí dentro… nadie se va a enterar…
- sonrío mirando al suelo – nos vamos tú y yo a casa… - dice de forma cariñosa
agarrándome de la barbilla para que le mire – apagamos los móviles… - dice
dándome un dulce beso en los labios – y ya si eso mañana que nos busquen…
-Álex… - digo riendo nerviosa –
-Me encanta cuando te pones así… - hace que me ponga todavía
más vergonzosa –
-No te gusta más cuando te pongo nervioso? – digo intentando
seguir el juego para dejar de estar roja como un tomate –
-Uff… - resopla – eso me pone mucho…
-Sí? – digo juguetona, abrazándome a su espalda – nos vamos?
-Vamos… - comienzo a caminar, pero me detiene – Malú – dice mirándome
– joder, cómo se me ha podido olvidar? – dice llevándose las manos a la cabeza
de forma dramática –
-El qué? – digo algo asustada – qué pasa?
-Cómo se me ha podido olvidar… - dice acercándose de nuevo a
mí, pasando sus manos por mi cintura y pegándome a él – decirte que te quiero?
Me quedo mirándole un segundo e, instantáneamente, bajo la
cabeza, muerta de la vergüenza.
-Ves? – dice agarrándome la barbilla – es que eres lo más
precioso que he visto en mi vida…
-Álex… - digo quejándome, apartándole la mirada –
-Ya te advertí en su momento… - dice haciendo que le mire de
nuevo – que era muy pesado… - dice dándome un beso en los labios y haciéndome
sonreír – puedes devolverme – dice alzando las manos – dices que he salido
defectuoso y ya está.
-Ni loca… - digo agarrándole otra vez de la cintura y
pegándolo a mí – te quiero
Me mira de nuevo con esa mirada tan tierna que me pone
cuando le digo algo bonito o me pongo ñoña o sensible… ha roto completamente mi
coraza, esa que me había hecho sin darme cuenta. Está hecha añicos y se ha
quedado tras de mí, y ya no voy a volver a por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario