Ha llegado uno de los momentos más especiales de la noche. Veo
en la parte de atrás a Jesús y Andrés, que deben estar igual de nerviosos que
antes, en el backstage. Me hago a un lado, donde la luz no me enfoque, y dejo
que comience la canción de la misma manera que hicimos en La Voz hace unos
meses.
-No debí saber quién eras – escucho la voz de Andrés y
sonrío. Se escucha un “oh” general. Estoy seguro que nadie se esperaba que
ellos estuvieran aquí – no debí contar mis penas, noviembre es siempre triste y
tú viniste proponiendo guerras – sonrío al ver que se gira para mirarme. Alzo
mi pulgar derecho en señal de aprobación y tranquilidad –
-Qué cosas se te ocurren, tú siempre tan concreta – escucho
la voz de Jesús y le veo caminar hasta llegar a Andrés. Sonrío y cierro los
ojos algo emocionado – Y si volvemos a empezar, qué tal? – cojo aire y me sitúo
por detrás, justo a su altura – yo sin saber dónde mirar… y tú tan guapa – cantan
a dúo la última frase y me provocan una sonrisa muy tierna –
-Ya verás cómo me olvidas – camino, ahora sí, con los focos
dirigidos hacia mí – y te encuentro en cualquier bar pegando saltos de alegría
– escucho a la gente gritar y les miro, ambos a cada lado. Me miran con una
cara un tanto desencajada pero sonrientes. – y me dices que lo nuestro no era
lo que merecías… - me agacho y los dos se pegan a mí. Espontáneamente, me
abrazan con sus brazos por la espalda – seré cosas que se cuentan… vueltas de
la vida…
El aplauso generalizado creo que les hace destensarse. Les
miro y les hago un pequeño gesto a cada uno para que estén tranquilos. Dos
niños de esa edad cantando ante tanta gente… tienen que estar aterrorizados.
-Que yo te vi primero, sobraba lo demás – continúo cantando
mientras nos acercamos a las escaleras y nos sentamos – y cuando menos debo, te
vuelves a cruzar – sonrío levemente y, sin querer, miro hacia la parte de la
grada en la que creo que está ella – se cae el mundo al suelo… que tengo lo que
tengo, debo lo que debo y quiero lo que quiero… - Cantamos la última frase los
3 a la vez, justo como en aquella actuación en el programa -
-Como si no hubiera pasado el tiempo y fuera ayer – canta Andrés
bajo mi atenta mirada, todavía sentados en las escaleras –
-Voy a acercarme lento esta vez – canto yo, mientras cierro
los ojos –
-Yo ya sabiendo que te irás – canta Jesús, de nuevo, bajo mi
atenta mirada –
-Y tú tan guapa – cantamos los 3 a la vez mientras nos
levantamos de las escaleras –
-Ya verás como me olvidas – Cantamos a la vez mientras
caminamos por la pasarela central – y te encuentro en cualquier bar pegando
saltos de alegría – Les miro fugazmente y están totalmente metidos en la
canción – y me dices que lo nuestro no era lo que merecías… - llegamos a la
parte final de la pasarela – seré cosas que se cuentan, vueltas de la vida…
vueltas de la vida… - volvemos a cantar el estribillo de nuevo con las voces
que, aquella noche, hicimos en el programa y que tanto me gustaron. Se
acordaban perfectamente en el ensayo –
Tras el segundo estribillo, me agacho un poco hasta ellos,
llega la parte de la canción que más me gusta, por la intensidad y por lo que
significó para mí en su momento.
-Ya verás como después de amanecer se irán las ganas de
querer volver… - marco el ritmo con el pie, dando golpes en el suelo, como con
rabia –
-Verás como me olvidas – cantamos los 3 a la vez –
-Y me dejas tatuados en la piel – aumento la potencia de mi
voz - enigmas que hay que resolver… ya ves… - me arrodillo con los dos, un
tanto emocionado –
-Jugándome la vida… - cantamos los 3, aunque casi han
cantado ellos más esa frase que yo –
Volvemos a empezar el estribillo a la vez, con las mismas
voces. Por un momento, me siento de nuevo en aquel plató, tan lejano ya. Qué de
cosas han pasado en estos meses. Qué diferente mi forma de cantarla hoy a la de
aquel día.
-Vueltas de la vida… - les miro y no puedo evitar sonreír –
vueltas de la vida – al mismo tiempo, los 3 dirigimos el micrófono a la gente,
lo teníamos planeado. El público termina la canción – vueltas de la vida…
Termina la canción y, los tres, instintivamente, nos
abrazamos. Les escucho sollozar levemente y me contagian un poco. Creo que es
uno de los momentos más emotivos que he vivido, ya no esta noche, sino en mi
vida. Y creo que también ha sido un momento muy especial para ellos. Seguimos
en el final de la pasarela, consciente de que miles de móviles hacen fotos y
esta será una de las instantáneas de la noche. Deshacemos el abrazo y me seco
sutilmente las lágrimas que han ido cayendo por mis mejillas. No digo nada,
solo me guardo el micro en el bolsillo y les agarro a cada uno de la mano,
dirigiéndonos al escenario. Andrés y Jesús me frenan, justo cuando subimos las
escaleras, y agarran sus micros. Siento miedo y nervios a la vez.
-Gracias Álex – se atreve a decir Andrés, con esa voz entre
niño y hombre – gracias por girarte ese día y por estar aquí hoy
Me tapo la cara y me muerdo el labio inferior con la
sensación de querer comérmelos. Jesús me mira y noto como carraspea. Sé lo
tímido que es no me puedo creer que vaya a decir algo.
-Te quiero Álex – dice con voz tímida, arrancando un “oh”
generalizado – te queremos mucho.
Pocas palabras. Directo al corazón. No lo puedo evitar y
comienzo a llorar, aunque solo durante unos segundos. Creo que todas las cámaras
han captado el momento y se ha proyectado en las pantallas. Me muero de la
vergüenza, pero no he podido evitarlo. Nos fundimos los 3 en un abrazo y, tras
esto, ellos desaparecen por el backstage. Tengo que serenarme, tengo que seguir
con el concierto.
La canción “tantas dudas” es la siguiente. La canto sentado
en un taburete, con un pie de micro y poco más. Es una canción íntima, así que
el ambiente debe ser así. El público responde con las luces de sus móviles en
alto. La atmósfera es perfecta para la siguiente sorpresa.
-Sé que estamos casi en verano… - hablo de pie, en medio del
escenario – pero hay una época del año en la que… - hago una pausa – se junta
la nostalgia, la ilusión, la tristeza… una época del año que nos toca dentro,
queramos o no… - hago de nuevo una pausa – esta canción la compuse pensando en
el niño que todos llevamos dentro… ese que no debemos perder nunca.
Se escuchan aplausos y las primeras notas comienzan a sonar,
haciendo que, de repente, me traslade a Navidad. Mi sorpresa es grande, al
menos para mí. Quería que esto se llenara de niños con esta canción. Y qué
mejor que los niños de la voz. Muchos, todos los que pasaron el programa.
Escucho el sonido que producen a mi espalda. Están nerviosos. Sonrío y comienzo
a cantar.
-Hoy… cuelgan las luces sobre la ciudad – de nuevo el
palacio se llena de luces de móviles - Abren regalos, se respira paz – miro hacia
arriba - Y hay una estrella iluminando el cielo – señalo con el índice derecho
hacia arriba – Hoy… sueñan los niños con lo que vendrá – sonrío - Doce campanas,
volver a empezar – me planto en el centro del escenario - La mesa puesta, el
corazón sincero. – me llevo la mano al pecho - Y ahí estás tú – señalo hacia
delante - Llenándolo todo de luz – abro los brazos y cierro los ojos –
Aparecen los niños, divididos en dos partes, acompañados por
Jesús y Andrés que acaban de cantar conmigo. Caminan mientras cantan por ambos
lados de las pasarelas. Los flashes aparecen, la gente canta con ellos.
-Magia que ha venido, magia que ha llegado – les miro
mientras caminan por ambas pasarelas y sonrío emocionado mirando hacia la banda
- Suerte de esta vida que nos ha tocado. – entonan perfectamente, me aguanto la
emoción, preparándome para cantar de nuevo - Magia cuando miro y te tengo al
lado, hecho con tus sueños, hoy todo ha empezado.
-Hecho con tus sueños – canto con ellos -
-Hoy – canto yo todavía en el centro del escenario - chocan
las copas de felicidad, cuentan historias de algún tiempo atrás – sonrío - Bailan
los sueños sobre los tejados.
Los violines aparecen y hago gestos con la cabeza siguiendo
el ritmo.
-Y hoy – camino por la pasarela central - que lo imposible
se puede alcanzar y que – les señalo a todos - que cada paso que darás te
saldrá bien – cierro el puño en señal de fuerza - que has aprendido de nuevo a
mirar – les vuelvo a señalar - Y ahí estás tú, llenándolo todo de luz.
Abro de nuevo los brazos, esta vez ya en el final de la
pasarela central, y dejo que canten los niños y el público.
-Magia que ha venido, magia que ha llegado – les miro a
todos, con cara de ilusión, cantan con toda la profesionalidad que puede tener
un niño. Tan concentrados que me dan ternura - Suerte de esta vida que nos ha
tocado – me miran y me señalan - Magia cuando miro y te tengo al lado – sonrío emocionado
- Hecho con tus sueños.
El estribillo se repite, esta vez canto con ellos, cantamos
todos a la vez y, me da la sensación, que todo el público está cantando con
nosotros.
-Tú – me agacho a la altura de todos, que se asoman hacia el
centro - Llenándolo todo de luz… ¿Qué? – pregunto enérgico al público mientras
que los niños cantan el estribillo. Muevo mis brazos en alto de izquierda a
derecha y hago que el público haga lo mismo -
La canción termina y el palacio estalla en un aplauso que me
impresiona hasta a mí.
-Gracias mis pequeños grandes amigos!! – les señalo a todos –
un aplauso bien fuerte Madrid!!!
Me pongo en el centro de la pasarela central, con el micro
en el bolsillo y los brazos extendidos. Los niños van pasando en dos filas, chocándome
las manos, hasta llegar al backstage. De nuevo solo en el escenario, pero con
una nueva sensación de que, esta noche, estamos haciendo magia.
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