El concierto está llegando al final, pero tengo varios
platos fuertes reservados. Después de “Volver a Empezar”, he tenido que
recomponerme de nuevo un poco. La he sentido mucho y he vuelto a recordar
momentos duros de estos meses, pero se han ido con “Por tantas cosas” que he
dedicado públicamente a mis padres y a mi hermana, los que siempre han estado
ahí, y por los que nació esa canción.
Después ha venido el subidón de “Silencio”. Me he tirado
toda la canción recorriendo las pasarelas, saltando. Estoy tan asfixiado que me
ha costado la vida presentar a la banda sin necesitar oxígeno. Entre risas, la
banda se ha presentado al completo y han tenido su momento. Justo como yo
quería. Sin ellos no hubiera podido hacer esto.
-Bueno… el concierto está llegando a su fin… - se escucha un
estruendoso “no” entre el público – si hombre si, que va a ser el concierto más
largo de la historia a este paso… - escucho risas en el público – no podía irme
de este palacio sin cantar con una persona que es… especial para mí – los gritos
entre el público me hacen pensar que creen que es Malú, me río y niego con la
cabeza – un hermano para mí – se escucha un “oh” de decepción momentánea – y casi
de las primeras personas que conocí en esto… así que… es justo que cantemos la
primera canción con la que empezó todo esto…. Gracias Madrid! – grito fingiendo
despedida, qué malo soy -
Comienzan a sonar guitarras electricas, comienzo a saltar al
lado de las guitarras y miro hacia atrás. Pablo me hace una señal con el pulgar
arriba mientras se ajusta el auricular.
-Es tu motor – comienzo a cantar - el sueño que hay dentro
de ti, que lucha por sobrevivir – señalo al público - No pares de andar.
-Es tu valor – aparece Pablo a mi espalda hasta ponerse a mi
altura - que nace a base de insistir – me señala - que quiere verte sonreir –
sonrío de manera cómplice - No te eches atrás.
-Abre tus brazos si quieres volar – abro el brazo derecho y
envuelvo a Pablo - cada peldaño tendrás que sudar – Pablo asiente mirando al
público con una sonrisa pícara - haz que ellos crean en ti – paramos los dos en
seco y comenzamos a caminar cada uno a un lado del escenario -
-No hay nada imposible para quien sabe esperar – cantamos a
la vez - no importa si te has caído, vuelve a levantar – nos señalamos desde
los lados del escenarios - de pronto la vida brinda una oportunidad
-¡Tu oportunidad! – Canta Pablo acercándose de nuevo al
centro del escenario. Le imito -
-Uhhh! – canto yo - ¡Tu oportunidad!
Las guitarras hacen de nuevo acto de presencia y saltamos a
la vez. Le oigo descojonarse. Se pone serio de repente, como concentrándose.
-Es tu sabor – sigo cantando yo - el que todos quieren
sentir – alzo mi dedo señalándole con sorna - y pocos pueden seducir – se descojona
- Tendrás que luchar.
-Es tu color – me señala la ropa - el que todos quieren
vestir, pero lo puedes conseguir – me señala de nuevo - No dudes jamás – salta a
mi lado - Siente tu alma si quieres ganar – alza la mano al cielo mirando al público
- cada segundo será una verdad – me mira y vuelve a señalarme, tocando mi pecho
con su dedo índice - solo confía en ti.
Vuelve a haber una pausa en la música, de unas décimas de
segundo. Inmediatamente, los dos comenzamos de nuevo a cantar el estribillo.
-No hay nada imposible para quien sabe esperar – nos miramos
y comenzamos a caminar hasta el pasillo central - no importa si te has caído
vuelve a levantar – llegamos al final de la pasarela. A estas alturas, todo el
mundo está pegando saltos - de pronto la vida brinda una oportunidad – cantamos
los dos con fuerza - ¡tu oportunidad!
-De pronto la vida brinda una oportunidad – cantamos de
nuevo a la vez - ¡tu oportunidad!
Marcamos el ritmo a la vez con los brazos en alto mientras
entonamos los “oh” de esa parte de la canción. Ponemos los micros hacia el
público y siento la adrenalina subir y poseerme al escuchar a toda esa gente
coreando a la vez. Pablo me mira y me guiña el ojo, como orgulloso.
-Ohhh – canto con potencia - quizás el momento está a punto
de llegar
-Será que tu estrella – me abraza con su brazo izquierdo -
ya ha empezado a destacar,
-No importa si te has caído vuelve a levantar – saltamos con
fuerza a la vez - de pronto la vida brinda una oportunidad… - nos miramos casi
estallando en una carcajada - ¡tu oportunidad!
Termina la canción y nos abrazamos con efusividad. Le
escucho reírse con ganas.
-Eres grande tío – me dice al oído – no lo olvides… - se separa
de mí y se lleva el micro a la boca – no se puede tener mejor amigo que este
loco – dice haciendo que me sonroje un poco – un honor para mí cantar con la
mejor persona que he conocido en mi vida tío.
Noto que se ha emocionado un poco y vuelve a abrazarme con
fuerza. Me dice en voz baja que se marcha pero camino a su lado.
-Madrid! – grito – Pablo López!! – la gente grita y aplaude
y Pablo me hace gestos para que lo deje y se marcha un tanto avergonzado – un honor
haber compartido esta noche con vosotros – se escucha un “no” unánime – nos veremos
pronto!
Desaparezco escuchando gritos, silbidos, y un “otra, otra”
contínuo. Tomo aire. Quedan los bises. Y queda Malú. Nadie lo sabe, todo el
mundo lo espera, pero queda Malú.
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