sábado, 19 de enero de 2019

CAPÍTULO 148: MI GRAN AMIGO LÓPEZ


El concierto está llegando al final, pero tengo varios platos fuertes reservados. Después de “Volver a Empezar”, he tenido que recomponerme de nuevo un poco. La he sentido mucho y he vuelto a recordar momentos duros de estos meses, pero se han ido con “Por tantas cosas” que he dedicado públicamente a mis padres y a mi hermana, los que siempre han estado ahí, y por los que nació esa canción.

Después ha venido el subidón de “Silencio”. Me he tirado toda la canción recorriendo las pasarelas, saltando. Estoy tan asfixiado que me ha costado la vida presentar a la banda sin necesitar oxígeno. Entre risas, la banda se ha presentado al completo y han tenido su momento. Justo como yo quería. Sin ellos no hubiera podido hacer esto.

-Bueno… el concierto está llegando a su fin… - se escucha un estruendoso “no” entre el público – si hombre si, que va a ser el concierto más largo de la historia a este paso… - escucho risas en el público – no podía irme de este palacio sin cantar con una persona que es… especial para mí – los gritos entre el público me hacen pensar que creen que es Malú, me río y niego con la cabeza – un hermano para mí – se escucha un “oh” de decepción momentánea – y casi de las primeras personas que conocí en esto… así que… es justo que cantemos la primera canción con la que empezó todo esto…. Gracias Madrid! – grito fingiendo despedida, qué malo soy -

Comienzan a sonar guitarras electricas, comienzo a saltar al lado de las guitarras y miro hacia atrás. Pablo me hace una señal con el pulgar arriba mientras se ajusta el auricular.

-Es tu motor – comienzo a cantar - el sueño que hay dentro de ti, que lucha por sobrevivir – señalo al público - No pares de andar.

-Es tu valor – aparece Pablo a mi espalda hasta ponerse a mi altura - que nace a base de insistir – me señala - que quiere verte sonreir – sonrío de manera cómplice - No te eches atrás.

-Abre tus brazos si quieres volar – abro el brazo derecho y envuelvo a Pablo - cada peldaño tendrás que sudar – Pablo asiente mirando al público con una sonrisa pícara - haz que ellos crean en ti – paramos los dos en seco y comenzamos a caminar cada uno a un lado del escenario -

-No hay nada imposible para quien sabe esperar – cantamos a la vez - no importa si te has caído, vuelve a levantar – nos señalamos desde los lados del escenarios - de pronto la vida brinda una oportunidad

-¡Tu oportunidad! – Canta Pablo acercándose de nuevo al centro del escenario. Le imito -

-Uhhh! – canto yo - ¡Tu oportunidad!

Las guitarras hacen de nuevo acto de presencia y saltamos a la vez. Le oigo descojonarse. Se pone serio de repente, como concentrándose.

-Es tu sabor – sigo cantando yo - el que todos quieren sentir – alzo mi dedo señalándole con sorna - y pocos pueden seducir – se descojona - Tendrás que luchar.

-Es tu color – me señala la ropa - el que todos quieren vestir, pero lo puedes conseguir – me señala de nuevo - No dudes jamás – salta a mi lado - Siente tu alma si quieres ganar – alza la mano al cielo mirando al público - cada segundo será una verdad – me mira y vuelve a señalarme, tocando mi pecho con su dedo índice - solo confía en ti.

Vuelve a haber una pausa en la música, de unas décimas de segundo. Inmediatamente, los dos comenzamos de nuevo a cantar el estribillo.

-No hay nada imposible para quien sabe esperar – nos miramos y comenzamos a caminar hasta el pasillo central - no importa si te has caído vuelve a levantar – llegamos al final de la pasarela. A estas alturas, todo el mundo está pegando saltos - de pronto la vida brinda una oportunidad – cantamos los dos con fuerza - ¡tu oportunidad!

-De pronto la vida brinda una oportunidad – cantamos de nuevo a la vez - ¡tu oportunidad!

Marcamos el ritmo a la vez con los brazos en alto mientras entonamos los “oh” de esa parte de la canción. Ponemos los micros hacia el público y siento la adrenalina subir y poseerme al escuchar a toda esa gente coreando a la vez. Pablo me mira y me guiña el ojo, como orgulloso.

-Ohhh – canto con potencia - quizás el momento está a punto de llegar

-Será que tu estrella – me abraza con su brazo izquierdo - ya ha empezado a destacar,

-No importa si te has caído vuelve a levantar – saltamos con fuerza a la vez - de pronto la vida brinda una oportunidad… - nos miramos casi estallando en una carcajada - ¡tu oportunidad!

Termina la canción y nos abrazamos con efusividad. Le escucho reírse con ganas.

-Eres grande tío – me dice al oído – no lo olvides… - se separa de mí y se lleva el micro a la boca – no se puede tener mejor amigo que este loco – dice haciendo que me sonroje un poco – un honor para mí cantar con la mejor persona que he conocido en mi vida tío.

Noto que se ha emocionado un poco y vuelve a abrazarme con fuerza. Me dice en voz baja que se marcha pero camino a su lado.

-Madrid! – grito – Pablo López!! – la gente grita y aplaude y Pablo me hace gestos para que lo deje y se marcha un tanto avergonzado – un honor haber compartido esta noche con vosotros – se escucha un “no” unánime – nos veremos pronto!

Desaparezco escuchando gritos, silbidos, y un “otra, otra” contínuo. Tomo aire. Quedan los bises. Y queda Malú. Nadie lo sabe, todo el mundo lo espera, pero queda Malú.

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