miércoles, 16 de enero de 2019

CAPÍTULO 144: A ELLAS


-Estoy hablando muy poco esta noche… - digo reflexivo y con tono animado tras terminar “Se me olvidó” – no? – pregunto al público que se ríe – suelo hablar más pero es que imagínate… qué voy a decirle a 15000 personas? – sonrío. Dentro del barullo, se escucha un “viva la madre que te parió” bastante fuerte – Joder! – exclamo – lo habéis oído no? – hay una risa general – sabéis lo que dijo mi madre cuando le dije que iba a tocar en el palacio? – digo con toda la intención de decir algo gracioso – en la zarzuela? Me dijo con sorna… como si no se lo creyera… – hay una risa general – no mamá… en el wizink center… - niego con la cabeza – en donde? – sigo dispuesto a terminar la broma – en el palacio de Malú, mamá… - la gente ríe y exclama, supongo que piensan que va a salir y empiezan a gritar, y me hacen creer que Malú anda por allí, tanto que me doy la vuelta – no asustarme… - digo dándome la vuelta – que Malú no ha venido hoy hombre… - digo con ironía y recibo los gritos de las primeras filas – que viene la semana que viene… - se escuchan gritos… probablemente mucha de la gente que me ve hoy, vendrá la semana que viene - Bueno va, volvamos a centrarnos… hay una canción… que le escribí a una persona en concreto… - comienza el murmullo y grititos de emoción – pero que es extrapolable a todas las mujeres de este mundo… y quiero que hoy todas las mujeres que estáis aquí, os la cantéis… y todos los hombres que estéis aquí, se la cantéis a ellas. A todas esas mujeres que luchan cada día – escucho gritar al público y aplausos – a todas esas mujeres que necesitan un poco de aliento – sigo escuchando aplausos – A todas esas mujeres que necesitaron aliento y nadie se lo dio, solo ellas mismas… - continúo con mi speach, escuchando más aplausos - A todas esas mujeres de las mil batallas. Va por vosotras.

El estruendo del aplauso me aturulla. Es una canción especial. Me salió escribirla al pensar en Tere… en todas esas cosas que le habían pasado en su vida. En lo mal que le había salido todo. Y cómo seguía adelante. Evidentemente, la de Tere es una de esas historias de mujeres que no lo tienen fácil en la vida. Supongo que la canción no solo me salió pensando en ella, sino en todas esas mujeres que no se encuentran con una vida sencilla. Nadie la tiene en realidad, pero las mujeres suelen encontrarse más trabas. Desde que salió la canción, la catalogaron como una canción feminista y ha recibido críticas positivas por parte de casi todo el mundo. Incluso me han pedido ceder la canción en una campaña contra el cáncer de mama. Mi intención no era hacer un himno, pero estoy orgulloso de que lo sea para muchas mujeres.

-La vida tiene tu nombre… - comienzo con el tema – mujer de las mil batallas – veo muchas luces encendidas, probablemente, de los móviles grabándome – la fuerza de tu mirada, con el valor no se esconde… - me dirijo hacia la parte derecha del escenario, a uno de los pasillos laterales – hay que plantar la esperanza en el lugar donde duele… - señalo hacia donde sé que está mi familia y, por supuesto, Tere – para que crezca bien fuerte, en el miedo que acompaña…

Dirijo el micrófono hacia la gente y tengo que hacer verdaderos esfuerzos por no gritar. Me responden. “Y sigues tan bonita como ayer… no se despeina el alma”.

-Un pasito más, que sí se puede… - dirijo de nuevo el micrófono a la gente mientras camino hacia la pasarela central, escuchando como cantan – lo que diga está de más, ya sé que quieres gritar – señalo hacia delante – y no te sientas sola… - me toco el pecho – contigo estoy.

Camino hacia la parte izquierda de la pasarela, escuchando los aplausos y los gritos que no consiguen sacarme de la canción.

-Todas las luces del mundo iluminan tu vereda… y cada herida la llenan con el amor más profundo – me detengo en mitad de la pasarela izquierda – pero si la noche es larga y sientes que estás perdida – dirijo mi índice a la sien derecha – recuerda mi melodía – sonría – que te quiere y te acompaña… - continúo caminando hasta el escenario – y sigues tan bonita más que ayer… no se despeina el alma…

Dirijo el micrófono a la gente con un gesto de que quiero oírlo más fuerte. Me responden al unísono entonando “un pasito más, que sí se puede”.

-Uno y otro más, mujer valiente – continúo cantando con fuerza – lo que diga está de más, ya sé que quieres gritar y no te sientas sola – alargo la última – un pasito más… - comienzo a caminar por la pasarela central – mujer valiente, lo que diga está de más, ya sé que quieres gritar – señalo al frente – y no te sientas sola… - dirijo el micrófono a la gente y pongo mi mano en el pecho mientras escucho “contigo estoy” varias veces. Asiento algo emocionado y vuelvo caminando hacia el escenario mientras la música termina.

-Gracias Madrid – digo casi en un susurro –

Dejo que acaben los aplausos. La siguiente canción es una de las que más me va a costar cantar, lo sé.

-No puede ser, se me escapó – justo al empezar, escucho gritos de aprobación, es una de las canciones más esperadas – se fue con un suspiro apagando mi razón… y ahora ya no creo en nada… - canto con una especie de nudo en la garganta, agarrado al pie de micro en el centro del escenario – la busco aquí, en la habitación. Su ropa en el armario conserva aún su olor… apuntalando mi nostalgia…. – el público casi se mantiene en silencio o, al menos, yo los escucho muy poco – Oigo su voz, aunque no está, sigo tratando de aceptar… que me falta el ruido… - ahora si los escucho – sus pasos por la casa, siempre, ruido… - sigo con los ojos cerrados, aferrado al micro – su risa recorriendo los pasillos… la vida se me antoja eterna, no me siento capaz de ser feliz si ella no está. Si me falta el ruido… - trago saliva – si falta ruido… donde quiera que estés… - este último verso me hace abrir los ojos porque escucho perfectamente como el público lo entona conmigo. Esbozo una pequeña sonrisa y vuelvo a aferrarme al micro –

-El caso es que yo sigo aquí, buscando mil motivos que ayuden a seguir… pero no sirven de nada… - niego con la cabeza – la busco aquí, en cada canción, no logro imaginarme el cielo aún mejor que su trasluz en la ventana… - sonrío casi sin darme cuenta porque me he metido tanto, que he recordado la figura de mi abuela asomada a la ventana cuando llegábamos a casa – oigo su voz, aunque no está, sigo tratando de aceptar… - dirijo el micrófono hacia el público, soy incapaz de seguir –

Observo como cantan el estribillo. Saco el micrófono del pie de micro y me siento en las escaleras que dan acceso al pasillo central, escuchándoles, con los ojos cerrados.

-Si me falta el ruido – alzo el tono de voz mientras me levanto y camino hacia delante – si me falta el ruido, sus pasos por la casa, siempre, ruido… - dirijo mi mirada a la gente que alcanzo a ver y veo a chicas llorando mientras cantan la canción – su risa recorriendo los pasillos… - sonrío melancólico – la vida se me antoja eterna, no me siento capaz de ser feliz, si ella no está, si me falta ruido… - me encojo un poco para poner más énfasis – sus pasos por la casa, siempre, ruido… su risa recorriendo los pasillos – digo con rabia – la vida se me antoja eterna, no me siento capaz de ser feliz si ella no está, si me falta el ruido… - me callo y dirijo el micro al público.

“Si falta ruido” corean al mismo tiempo. Pongo mi mano en el pecho como agradeciendo a la gente que haya cantado esta canción conmigo. Instantes después, dirijo mi mano hacia arriba, con el índice erguido, como señalando al cielo. Vuelvo caminando al escenario, intentando recomponerme de un momento tan intenso.

Comienza el piano a resonar en el recinto, sin casi darme tiempo a recomponerme del todo. Llega otro momento importante. La voz de Pablo tarareando el inicio de la melodía parece que pasa desapercibida para la mayoría del público. Sonrío, se van a sorprender mucho. 

-Somos sólo luz – comienzo suave a cantar – dos cobardes que no encuentran la manera… - sonrío al ver como la cantan conmigo – dos idiotas que no saben cómo hacer… una vida con la vida que les queda… - camino hacia el centro del escenario – no hicimos pie… y casi nos ahogamos sin saber qué hacer – Pablo entra por abajo haciendo una armonía, pero no parece haberse dado cuenta nadie - … los dos nos abrazamos sin tenernos fe – Pablo repite “sin tenernos fe” - … sin tenerlo nada claro… - sonrío al ver como Pablo sale al escenario caminando desde el extremo izquierdo –

-Hay lodo – canta entre los gritos despavoridos que se escuchan, no puedo evitar mirar a la gente, las caras de sorpresa son increíbles – y humedad por encima de todo. Y una foto con cara de bobos – Pablo me mira sonriente y me hace un gesto como de “cuánta gente” – Y el rencor al dolor del amor que no acaba del todo – hay nada, la presión contra el pecho y las alas – caminamos hasta encontrarnos en el centro del escenario – tu mirada entre tantas miradas

-La razón de que no se cruzaran es sólo un misterio… - hago una pausa – que no vale nada… - le hago un gesto sonriente para que siga cantando él –

-Somos sólo luz… - sonrío al escuchar de nuevo los gritos – personajes que abandonarán la escena – me agarra de los hombros y caminamos por la pasarela central – y el cuento que ha vuelto a ocurrir… no nos quedan ya finales ni inocencia…

-Ni inocencia… - canta después – no hicimos pie…

-No hicimos pie – canta Pablo como si contestase – y casi nos ahogamos sin saber qué hacer – canto esta parte con rabia – los dos nos abrazamos sin tenernos fe… - cantamos a la vez – sin tenerlo nada claro –

Siento la fuerza de la canción y siento que también la siente Pablo, así que ya estoy metido en el fango. Los dos, en el centro del final de la pasarela central, nos ponemos frente a frente para cantar la parte final de la canción.

-Hay lodo – canto –

-Hay lodo – me contesta –

-Y humedad por encima de todo – continúo -

-De todo – contesta –

-Y una foto con cara de bobos, y el rencor al dolor del amor que no acaba del todo…

-Hay nada – sigue Pablo, con su particular giro al inicio de la frase – la presión contra el pecho y las alas – hace gestos que le dan fuerza a la canción – tu mirada entre tantas miradas… la razón de que no se cruzaran es sólo un misterio… - admiro la forma que tiene de cantar una canción que no es suya, pero que es como si la entendiera – hay lodo, y humedad por encima de todo… y una foto con cara de bobos…

-Y el rencor al dolor del amor que no acaba del todo – continúo yo con la misma intensidad – hay nada, la presión contra el pecho y las alas, - me doy un golpe en el pecho con fuerza - tu mirada entre tantas miradas…

-La razón de que no se cruzaran es sólo un misterio… - canta con menor intensidad – que no vale nada…

-Somos sólo luz…

-Sólo luz… - me responde –

-Dos cobardes que no encuentran la manera…

-Dos idiotas que no saben cómo hacer… - continúa –

-Una vida – cantamos a la vez – con la vida… - hacemos una pausa a la vez – que les queda…

Nos fundimos en un abrazo sentido, escuchando de fondo el estruendoso aplauso que se mete en mis oídos.

-Pablo Alborán – exclamo haciéndole un gesto de agradecimiento –

Los aplausos y los gritos se intensifican. Pablo ríe algo avergonzado diría yo.

-Álex… gracias por invitarme, hermano… - dice agarrándome de nuevo de los hombros – eres muy grande…

Nos abrazamos de nuevo, sonrío con algo de vergüenza yo esta vez. Pablo se marcha por el escenario escuchando como corean su nombre. Sonrío. Qué cantidad de amigos y de artistas han estado dispuestos a venir a cantar conmigo. Soy muy afortunado.

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