Veo desde abajo el ensayo. La veo moverse por el escenario,
sin los gritos habituales de un concierto. Lo disfruto. Me apoyo en la valla y
sigo observándola, hasta que una voz aparece a mi espalda.
-No la reconozco
Me giro y veo a Pepi mirando a su hija y apoyándose en la
valla, al lado de mí.
-Siempre ha intentado parar todo lo que tuviera que ver con
su vida privada… - la observo atentamente, no sé por dónde va a salir – y, de
repente, le da igual… - me mira y casi no le puedo aguantar la mirada – qué le
has hecho?
-Pepi… - digo algo contrariado – yo…
-Yo sé que esa constante preocupación no le hacía ser feliz
del todo… - dice mirándola de nuevo desde la valla – que si me van a sacar una
foto, que si mi pareja no quiere salir, que si no salgo de casa para que no me
pillen… - se toca el pelo – y yo le decía, pero chiquilla, qué más da? Sé
natural, si no pasa nada… - gesticula con las manos – pero no me hacía ningún
caso… - chasquea su lengua – le han hecho daño, a veces sin querer… pero se lo
han hecho - me mira de nuevo – y, de repente, llegas tú, y sale tan normal de
casa, contigo de la mano, y le da igual todo.
La observo, no sé muy bien qué decir. No sé si me lo está
diciendo en plan bien, o en plan mal…
-Me encanta verla así… - dice mirándola de nuevo – está contenta,
está como es ella… - la señala – y sé que tienes mucho que ver en eso…
-Yo no he hecho nada Pepi… - digo mirando hacia el escenario
– tu hija es…
-El otro día, aquí… - dice cortándome y señalando la grada –
cuando vi a mi hija salir y cantar contigo… - sonríe de medio lado volviendo a
mirarla – la conozco y sé que eso nunca lo hubiera hecho si no estuviera
completamente segura de lo que hace… - sonrío casi sin querer – me emocionó
tanto verla así… - bajo la cabeza - mira Álex, yo… - frota sus manos sobre la
valla – cuando pasó lo del hospital… - frunzo el ceño – lo del aborto… - resoplo
algo incómodo – no terminé de entender qué es lo que pasó entre vosotros, pero
tampoco me importa, eso son cosas vuestras… - intento hablar, pero me frena – fue
una situación tan mala… mi hija sufrió mucho…
-Yo también Pepi… - digo sin mirarla y con gesto serio –
-Lo sé… - me mira – tengo una hija muy cabezona, no sé a
quién habrá salido… - sonrío – lo que quería decirte es que… - toca mi brazo –
me alegro mucho de veros juntos… - la miro torciendo un poco la cabeza – sé que
me la vas a cuidar… - sonrío mirándola un tanto emocionado – y sé que no vas a
hacerle daño… - suspiro apartando un poco la mirada para no echarme a llorar –
y sabes? – me hace mirarla de nuevo – sé que ella – la señala en el escenario –
también lo sabe… - la miro y nos mira de reojo mientras sigue ensayando – y sé
que, por eso, por esa seguridad que tiene contigo – vuelve a tocarme el brazo –
se atreve a hacer cosas que quería hacer hace tiempo… - aparto fugazmente la
mirada y se la devuelvo – tener una relación normal – me aparta la mirada y la
mira a ella – eso me decía ella… - niega con la cabeza – mamá, no voy a tener nunca
una relación normal – dice negando de nuevo con la cabeza – tú le estás dando
eso…
-Joder Pepi… - digo completamente emocionado, riendo sin
saber por qué –
-No me vayas a llorar eh? – dice fingiendo tono serio y haciéndome
reir –
-Es que no sabes lo que me está dando ella… - digo conteniendo
el llanto – todas esas cosas que dices que ella siente… - resoplo y miro al
suelo – también las siento yo…
-Lo sé… - dice mirándome con una sonrisa tierna – va a ser
verdad eso de que eres el yerno perfecto – hace un movimiento con las manos
como remarcando un titular de prensa y río sin querer – ven aquí anda…
Nos abrazamos fuerte, me agarra de la espalda con fuerza.
Apoyo mi cabeza en su hombro y dejo escapar unas pequeñas lágrimas que estaban
intentando no salir. Nos separamos y me seco las lágrimas disimuladamente bajo
su atenta mirada. Instintivamente, miro hacia Malú que nos mira mientras la
banda ensaya. Supongo que no sabe muy bien si ha pasado algo bueno o no. Sonrío
y me devuelve la sonrisa un tanto emocionada, además de guiñarme un ojo.
La conversación con Pepi me ha dejado tocado. Hoy estoy más
sensible de lo normal. La veo moverse por los pasillos, botella de agua en
mano, y le dejo su espacio. Solo le dedico miradas y, poco antes de que
comience, me acerco a ella.
-Mucha mierda – le doy un beso en la frente – aunque no la
necesitas.
-Te quiero – me dice dándome un beso –
-Y yo – sonrío acariciando su mejilla – te estaré viendo eh?
– le advierto señalándole –
-No llegues tarde que tenemos una cita – dice refiriéndose a
la canción que vamos a cantar juntos –
Me dirijo hacia la grada con sus padres y algunos amigos.
Mis padres también han venido, y mi hermana y Tere. El concierto va a comenzar.
Estoy en la grada, quiero ver como empieza. Yo cantaré con ella dentro de un
rato.
-Estás más nervioso que en el tuyo – dice Tere acercándose a
mí –
Sonrío algo avergonzado. Me froto las manos todo el rato.
Tiene que salir todo perfecto.
Cuando las luces se apagan, los latidos de mi corazón se
aceleran. Me levanto, imitando a todo el mundo, y pongo mis manos en la
barandilla. Empiezo a escuchar el principio, va a comenzar con Cenizas. Cuando
aparece, todo se para. Escucho los gritos y los míos por dentro. Es la puta
ama, no hay más.
Durante casi la mitad del concierto, me tiro plantado en la
grada, o bien cantando, o bien grabando con el móvil, o bien gritando, cual
fan. Vero me inmortaliza varias veces, tanto en video como en foto, supongo que
para enseñarle después a su amiga que tiene un novio que está fatal de la
cabeza.
-Voy para abajo – aviso a mis padres –
-Suerte! – grita mi hermana –
-Se dice mucha mierda! – grito bajando las escaleras y
riendo –
Llego al backstage y, desde el lateral del escenario, ya
preparado, veo como canta “Caos”. En un momento de la canción, se gira hacia la
banda y me ve en un lateral. Me saca la lengua y se pone a saltar. Se lo está
pasando bomba y está quedando un concierto genial. La gente está enfervorecida
con ella.
Tras la canción, hay una pequeña pausa en la que se cambia
de vestuario a la velocidad de la luz. La veo fugazmente, pasa a mi lado y me
da un beso, y sale corriendo de nuevo al escenario. Solo quedan un par de temas
para que yo salga.
Cuando las luces se apagan, justo antes de que suene nuestro
tema, recuerdo el momento exacto en el que compuse esta canción. Me la
imaginaba cantándola, con voz dulce pero rota, justo como lo hace. No éramos
pareja, era aquella época en la que teníamos algo más que amistad, pero no una
relación. Sonrío al escuchar como comienza y la gente comienza a gritar. Está
en el centro del escenario, justo donde yo voy a llegar al entrar desde la
derecha del escenario. Veo como en la pantalla central se proyectan las
imágenes del video que Malú hizo con fotos que le mandaron sus fans. Nos va a
quedar un momento muy romántico. Me estoy poniendo muchísimo más nervioso que
en mi concierto.
-Decidida a quererte sin más, a lanzarme al vacío detrás de
ese impulso que me das, cuando no me atrevo a más… - se gira un poco hacia mí,
disimuladamente, y sonríe – empeñada a perderme otra vez en señales de humo y
papel – escucho con los ojos cerrados y algo nervioso – destinada a morir –
vuelve a girarse hacia mí – si esta vida es sin ti – sonrío algo emocionado –
por ti – señala hacia delante – pude ver al sol tiritar cuando te vio marchar –
noto un nudo en la garganta, escucharla en directo y saber que tengo que salir,
me provoca mucho nerviosismo – he visto a la luna llorar – afina perfectamente
esa parte, con voz limpia, dulce pero con fuerza, y hace que se me pongan los
pelos de punta – y tú! – exclama señalando hacia delante – impredecible como es
el viento, inalcanzable desde hace tiempo – sonrío al ver como se mueve al son
de la música – me siento… encadenada a ti… y tú! – vuelve a señalar al público –
que me abandonas en el intento de hacerte mío por un momento, te invento…
encadenado a mí – se vuelve para mirarme y entonces comienzo a caminar –
-Confiado en que no hay dos sin tres – escucho los gritos y
veo a Malú sonreír algo avergonzada – en que pronto se cruce otro tren – digo con
algo de sentimiento, esa frase me recuerda a cierto momento – que me lleve a
donde estés – alargo mi mano y la cruzo con la suya, ya he llegado a su altura –
sin manera de volver – sonreímos a la vez – tan posible e incierto a la vez –
nos miramos y vuelve a ocurrir lo que pasó en mi concierto, no hay nadie más,
es como estar en casa cantando esa canción al piano en la buhardilla – que me
cuesta dejar de creer, que sin trampa ni cartón, hoy se cumpla mi ficción –
noto como mi cuerpo se relaja, ya no estoy nervioso – por ti – la señalo – pude
ver al cielo gritar… cuando te oyó callar… - agarro su mano de nuevo – he visto
al infierno rezar – alargo la última nota y noto como me aprieta mi mano con
fuerza – y tú! – la miro y me está mirando sonriente – impredecible como es el
viento – se ríe, sabe que esa frase se la digo a veces – inalcanzable desde hace
tiempo – bailo con ella marcando el ritmo con los pies, balanceándonos
lentamente – me siento encadenado a ti – sonríe y baja la cabeza un poco
avergonzada, creo que estoy siendo demasiado expresivo, porque se la estoy
cantando directamente a ella, sin mirar al público – y tú! – le señalo de nuevo
– que me abandonas en el intento, de hacerte mía por un momento – agarro de
nuevo su mano y la pego un poco a mí – te invento encadenada a mí…
Nos abrazamos fugazmente, entre alguna risa y alguna
lagrimilla que se escapa por ahí de emoción, y nos volvemos a separar, sin separar
nuestras manos.
-Y tú – cantamos a la vez –
Bailamos de nuevo al ritmo de la canción, ella moviendo su
melena y yo haciendo lo que puedo. Comenzamos a caminar por la pasarela
central, de la mano, para terminar la canción en el final, como hemos acordado.
-Y tú – volvemos a cantar a la vez –
-Impredecible como es el viento – canto mirándola –
-Inalcanzable desde hace tiempo – canta ella mirándome –
-Me siento – cantamos a la vez – encadenada a ti – dejo que
cante esa parte sola, sin soltar la mano, señalándola mirando al público, para que
se luzca, que se vea hasta donde llega la potencia de su voz –
-Tú – canto mirándola – tú… - sonríe y mueve su cabeza hacia
atrás, como queriendo coger aire - tú… oh… - deja que cante yo ahora con toda
la potencia que puedo – encadenada a mí – digo pegándola a mí y comenzando a
bailar juntos de nuevo –
-Y tú – cantamos a la vez – uh… - pegamos nuestros rostros –
mmmm – susurramos con el micro, con nuestras frentes ya juntas –
-Te siento – canto con ella – encadenada a mí – cantamos a
la vez, aunque ella canta “encadenado” –
La canción termina y entonces vuelvo al lugar donde estoy,
al palacio, a su palacio. Completamente pegados, escucho y siento como respira
de forma agitada. Se ríe y me río con ella. No despegamos nuestras frentes y,
sin avisarme ni siquiera con la mirada, se pone de puntillas y me planta un
beso en los labios.
Me agarra de la espalda y se pone a mirar a la gente. Noto
como está medio llorando, pero riéndose a la vez. Qué casualidad, igual que yo.
Ha sido especial no, lo siguiente. He sentido miles de cosas cantando con ella
aquí. No se mueve de la pasarela, así que me quedo allí plantado, como si
realmente estuviésemos encadenados.
Comienzo a escuchar como corean mi nombre junto con el de Malú.
Veo una pancarta que pone, literalmente “Malexlú”. Me río y la señalo, haciendo
que Malú la mire y se ría mientras el aplauso y los gritos continúan.
-Malexlú pone ahí! – exclama Malú riéndose – oye, no está
mal no? – dice mirándome mientras me río – Álex… - dice con gesto de querer
ponerse seria – gracias por estar aquí hoy… - asiento algo avergonzado –
gracias por esta canción – me río – y gracias por estar en mi vida.
Alzo las cejas algo sorprendido y la abrazo. Noto como se
ríe, está feliz, y yo también. Deshago el abrazo y alzo la mano derecha, como pidiendo
permiso para hablar.
-Espera, espera – veo como me mira de manera interrogante –
me vas a echar ya? – comienza a reírse y las risas del público también las
percibo – que yo también me tengo que poner ñoño no? – Eres la jefa – digo apretando
su mano – este es tu palacio, eres la reina… - escucho como me gritan pero no
acierto a saber qué dicen – la número uno en todo – digo convencido – y yo, no
solo estoy encadenado a ti – ríe nerviosa – sino que estoy tremendamente orgulloso
de ti – la gente empieza a gritar pero les hago un gesto para que paren un
segundo – tremendamente orgulloso de quien eres y de lo que me haces ser desde
que estás en mi vida.
Me mira con los labios torcidos, como aguantándose el llanto,
y me abraza lentamente. La abrazo fuerte, como queriendo que nada nos separe
ahora mismo.
-Te quiero jefa – digo pegado a su oído –
-Jajaja – se ríe – yo también te quiero…
Separamos el abrazo y caminamos por la pasarela hasta llegar
al escenario. Veo como Jose, su hermano, está algo emocionado. Alzo el brazo
para despedirme.
-Gracias por todo, Madrid! – grito –
Le doy un beso en la frente mientras me sonríe y aplaude. Antes de salir del escenario, choco la mano de Jose que me da un fugaz abrazo. Al salir del escenario, me espera gente de su staff completamente emocionados. Igual que yo.
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