lunes, 30 de abril de 2018

CAPÍTULO 141: EL PALACIO (I)

Camino nervioso por el pasillo, dando vueltas cada 4 o 5 pasos, apretando mis manos fuerte y respirando hondo. Empiezo a escuchar barullo fuera, han abierto las puertas y esto ya no tiene vuelta atrás. El concierto que iba a dar en diciembre, va a ser hoy. Hoy es el día en el que vuelvo. Volver siempre es algo contradictorio. Por un lado, piensas en el camino que has andado para volver. Por otro, piensas que puede no salir bien. Alzo la mirada y la veo hablando con mi mánager. Ríe, está contenta. Y nerviosa, también lo está aunque disimule. Lo de hoy no es solo mío, es un poco de los dos. Al fondo, Alejandro y Antonio hablan. Hoy también cantarán conmigo. Resoplo y me giro para ver solo pared. Solo pared, solo eso. Noto como mi corazón va a mil y tengo que pararlo, tengo que conseguir que se calme.

-Bonita pared eh? – oigo su voz a mi espalda y casi me asusto – aquí podrían haber puesto un cuadro mío... – dice irónica – con todas las veces que he estado aquí…

-Podrían poner un cuadro con mi cara ahora mismo… - digo siguiendo la ironía –

-Venga ya! – exclama riendo – Álex, cálmate, está todo perfecto, todo bajo control…

-Lo único que no está bajo control soy yo… - digo mirando a todas partes – escuchas eso? – me pongo la mano en el oído – cuanta gente va a haber? 15000?

-Más o menos… - dice sonriendo – 15000 personas van a ver como mi chico vuelve por todo lo alto… - alza sus manos para acariciarme – déjate llevar, hazme caso…

-Si me dejo llevar, salgo corriendo… - digo con gesto serio –

-Eso es mentira… - dice segura – si te dejas llevar, me darías un beso ahora mismo… - la miro y pongo los ojos en blanco sin poder evitar sonreír – me darías un beso, me meterías en tu camerino, echarías a todo el mundo y lo haríamos encima de la mesa…

-Malú! – exclamo nervioso – se trata de que no me pongas más nervioso… - digo en voz baja mientras noto que nos miran -

-Jajajajaja! – estalla en una carcajada – me encanta… - me da una palmada en el hombro – ahora en serio… - dice mirándome – mírame bien – resoplo y la miro – esta noche la vas a recordar toda la vida Álex… - aparto un poco la mirada pero me corrige con su mano en mi barbilla – y la vas a recordar porque va a ser uno de los días más felices de tu vida – sonríe mirándome – deja de sufrir y empieza a disfrutarla… - sonrío sin querer – todo va a ir genial…

Otra vez esa paz que me transmite siempre. Es como si, estando ella aquí, nada pudiera salir mal. Algo así como mi amuleto de la suerte. Eso es, es como un amuleto. Me da un beso fugaz y camina por el pasillo, con toda la tranquilidad del mundo. Al fondo, Alejandro alza su pulgar. Sonrío y miro al suelo. El camino recorrido ya está hecho. He llegado al sitio donde quería estar.

Faltan 15 minutos para que comience el concierto y, tras despedirme de mis padres y mi hermana que, emocionados, se dirigen a la grada donde están mis amigos y varios artistas más que han venido a verme, entro en la sala donde la gente está comiendo algo antes de comenzar. Allí están Malú, Alejandro, Antonio, los dos Pablos y mis chavales, Jesús y Andrés, que también cantarán conmigo hoy. He querido tener un detalle con ellos. La actuación que hicimos los tres en la voz, recibió muchos elogios así que, qué mejor forma de volver que con dos de los niños que fueron mis alumnos. Además de ellos, todo mi equipo se concentra allí. Saben que voy a decirles algo, así que, cojo aire y me siento en el reposabrazos de uno de los sofás.

-Antes de salir ahí… - al escucharme hablar, todos se callan – quiero que sepáis que para mí es uno de los días más especiales de mi vida… - sonríen – no porque estemos en el palacio, ni porque haya mucha gente sino porque… - suspiro – hoy es el día en el que volvemos… todos volvemos… - noto todas las miradas clavadas en mí – esto no lo podría haber hecho sin vosotros… - sonrío – esto tenía que haber pasado hace unos meses pero… - hago una pausa para no emocionarme – lo importante es que va a pasar… - niego con la cabeza – lo importante no es cuando, sino con quien… - veo algunas personas de mi equipo emocionadas – y no se me ocurren mejores compañeros de viaje que vosotros… - aprieto mi mandíbula y me concentro en no llorar – hoy empieza el viaje de nuevo… así que… - les miro a todos, uno por uno – vamos a disfrutarlo.

-Vamos! – exclama uno de mis técnicos que comienza a aplaudir –

Me vengo arriba y les indico a todos que unan sus manos en el centro. Pongo mi mano entre ellos y gritamos juntos.

-Una, dos, tres, vamos!

Deshacemos las manos y la primera persona que viene hacia mí es ella. Me abraza fuerte, se cuelga de mi cuello cual mono y me besa en los labios.

-Te quiero – me dice mientras la bajo al suelo –

-Y yo – contesto sonriendo –

Me dirijo con mi equipo abajo del escenario. Tengo el dibujo en mi cabeza. El escenario, con dos brazos a los lados que se unen  adelante y una pasarela que accede también a ese punto. Pienso recorrerlo todo. Ya no estoy sufriendo, ahora siento la adrenalina corriendo por mis venas. Salto varias veces y muevo mi cuello.

-A por ellos jefe – me dice uno de mis guitarras, Manu, dándome un golpe en el pecho justo antes de subir al escenario todavía con las luces apagadas –

Todos mis músicos me hacen el gesto de la victoria mientras suben y se ponen en su posición. Respiro hondo, agarro el micrófono fuerte, y comienzo a escuchar la música de introducción que hemos preparado, con el rugir del público de fondo que deben estar viendo las imágenes del montaje que hemos hecho, con imágenes de los ensayos, de conciertos anteriores, y yo caminando, mi silueta solamente, no se ve mi cara. El tour “qué bonita la vida” arranca, ya no lo puede parar nadie. Las primeras notas de la primera canción suenan. Moriré en el intento. La mejor opción para empezar este viaje, sin duda.

CAPÍTULO 140: TODO


Abro los ojos con dificultad. La pesadez de mi cuerpo me hace pensar que la cama tiene brazos y me hace estar sin poder moverme. Una melodía suena a lo lejos. Una melodía preciosa, que no había escuchado nunca. Con los ojos cerrados, intento averiguar de donde viene. Abro los ojos de nuevo, esta vez con menos dificultad. Las notas que salen de un piano que, por momentos, creo que es imaginario, me hacen sentarme en la cama. En seguida comprendo que es Álex en la buhardilla y sonrío sin querer. Estoy todavía medio dormida, froto mis ojos con los puños, como queriendo que se abran ya del todo. Me pongo de pie y voy hacia la puerta. La voz de Álex, tarareando primero y, después, cantando frases que no he escuchado nunca, me atrae hacia la escalera.

Subo la escalera y varios pensamientos se agolpan en mi cabeza, junto con esas notas. Me encuentro mejor cada día, los ataques de pánico han desaparecido y puedo conciliar el sueño. Ayer, casi dormida, le dije a Álex que podía dormir porque él estaba aquí. Recuerdo, casi entre sueños, como abrió sus brazos y puse mi cabeza en su pecho. Le escuché decir “duérmete”, con voz dulce.

La melodía se para y me paralizo en mitad de la escalera. Le escucho sollozar. Dudo en si entrar o no, en si esperar o ver qué le pasa. Segundos después, vuelve a comenzar la melodía. Esta vez sí, escucho esas frases con claridad. Como si no quisiera que me viera, me agazapo en el marco de la puerta y le veo, casi de espaldas, tocando el piano y cantando suave.

-Porque todo es tu cara… - noto como se me pone el vello de punta – todo es tu alma… - suspiro sin que se me oiga – todos los días que dure mi vida – dice la frase con tanta intensidad que desgarra la voz - yo te los regalo, niña… - le oigo soltar un suspiro – duérmete a mi lado… - tengo que reprimir un sollozo, no quiero que sepa que estoy ahí –

Le escucho hacer un tarareo de la melodía para, acto seguido, continuar con la canción.

-Mi niña duerme… - casi susurra – no la despiertes…

Termina de tocar las últimas notas mientras yo no se si me he quedado pegada al suelo o si, directamente, sigo durmiendo en la cama y estoy soñando esta escena. Veo como apoya su cabeza en el piano, despacio, como a cámara lenta. Siempre me ha gustado ver a la gente componer, pero Álex parece vaciarse cuando lo hace. Me sobrecoge cada vez que le veo, pero esta vez es diferente. Es como si esa melodía formara parte ya de mi vida, y solo la he escuchado una vez. De pronto, escucho como solloza de nuevo. Pone un brazo entre su cara y el piano y comienza a llorar. No sé qué hacer, no sé ni siquiera qué es lo que estoy pensando ahora mismo. Solo sé que tengo unas ganas inmensas de llorar. Más que nunca, probablemente. Pongo mis manos en mi rostro, como queriendo reprimir las lágrimas, pero no puedo. Debo haber hecho algún ruido, porque acaba de volverse hacia mí de manera rápida, asustado. Cuando me ve, me mira durante unas milésimas de segundo y vuelve a girarse. Le veo frotarse los ojos, como queriendo ahuyentar esas lágrimas. Me acerco despacio, como si todavía no se hubiera dado cuenta de que estoy allí y no quisiera hacer ruido.

-Cuánto tiempo llevas ahí? – pregunta con tono emocionado –

-El suficiente – acierto a contestar –

-No quería despertarte… - dice susurrando -

Me mira con los ojos rojos, esta vez durante algo más de tiempo. Noto como su cara va haciendo alguna mueca, como si fuera a echarse a llorar de nuevo. Y, efectivamente, lo hace.  Me siento a su lado, intentando evitar llorar sonoramente, pero no puedo. Cuando nota que me he sentado a su lado, se gira sin que pueda ver su cara y se abraza a mí. Llora amargamente. No entiendo qué está pasando y, al mismo tiempo, sí lo entiendo. Esa canción es para mí y supongo que está sacando todo lo que lleva dentro.

-Cuánto tiempo llevas aquí? – pregunto intentando aguantarme las lágrimas – eh? – pregunto de manera suave acariciando su pelo –

-No lo sé… - responde susurrando sin soltarme – me he despertado con la melodía en la cabeza… - vuelve a comenzar a llorar amargamente –

-Álex… - digo conmovida – por favor, deja de llorar…

-No puedo… - dice con un tono sutil de rabia –

Sonrío enternecida mientras caen un par de lágrimas por mis mejillas. Le siento tan frágil ahora mismo… solo puedo seguir abrazándole hasta que se calme del todo. No sé cuánto tiempo pasa así hasta que se separa un poco de mí y, negando con la cabeza, pone una mano sobre el piano. Veo como sonríe levemente. Le observo con atención.

-Mejor? – pregunto en voz baja –

Asiente sin mirarme y sonríe de nuevo sutilmente. Vuelve a negar con la cabeza, supongo que pensando en el tiempo que ha estado llorando.

-Es la melodía más bonita que he escuchado en mi vida… - digo con un nudo en la garganta –

-Anoche me quedé despierto un buen rato… - dice de repente, con la mirada fija en el piano – pensando en lo que me dijiste…

-El qué? – pregunto intrigada – lo de que podía dormir porque sabía que estabas ahí? – asiente y noto como aprieta los labios de nuevo –

-Es lo más bonito que me han dicho en mi vida… - dice con tono emocionado –

-Álex… - digo emocionada – no me hagas llorar otra vez…

-Estos meses ha habido veces que no sabía qué hacer para que te sintieras mejor… - acaricia las teclas del piano, noto algo de vergüenza mientras habla – cada vez que te despertabas en mitad de la noche con una pesadilla… - aprieta la mandíbula – me daba tanta rabia no poder hacer nada… - voy a hablar pero me callo al escucharle – saber que he podido ayudarte en algo… que estás mejor… - dice algo emocionado – que te ilusionas, que eres tú otra vez… - suspira – te quiero, lo sabes no? – dice mirándome –

-Álex… - le miro conmovida – yo también te quiero…

Acaricio su cara lentamente y ladea la cabeza para mantener el contacto, con los ojos cerrados. Dejo un beso en su frente, como él hace conmigo siempre, y después dejo otro en sus labios. Me voy a echar a llorar otra vez solamente de ver cómo me mira. Sacudo mi cabeza y me levanto bajo su atenta mirada.

-Venga va – digo secándome las lágrimas – cántamela entera, que solo he escuchado un trozo…

Ríe y aspira fuerte por la nariz. Me siento en el sofá, ese sofá que vio nacer esto sin nosotros saberlo. Nada más comenzar esas notas, ya es irremediable que sienta una punzada en el pecho. Esa canción será siempre mía.  



lunes, 9 de abril de 2018

CAPÍTULO 139: RESPUESTAS (II)


-Echas de menos dedicarte a la medicina? – pregunta cambiando de tema –

-Si, claro… - respondo con un tono nostálgico – como te he dicho antes, la vocación no desaparece aunque no te dediques a eso…

-Volverías? – sonrío de medio lado –

-Mira – me acomodo en el sofá – ahora estoy muy cómodo… trabajo con algo que es mi pasión, que es la música… y soy muy afortunado, sinceramente… - digo sincero – pero si, en algún momento, esto no me hace feliz, o, simplemente, no funciona… - chasqueo la lengua – volveré seguro…

-Cómo ves la música? – pregunta interesado – tú que estás metido en todo eso, que ahora ves el auge de según qué tipo de música… - refiriéndose, bajo mi punto de vista, al reggaetón –

-Hombre… - suspiro – yo creo que la música es un universo tan grande que tiene cabida todo tipo de género… - digo siendo suave – al final, triunfa lo que le gusta a la gente…

-Te vas a dejar llevar por ese género?

-No me veo moviendo las caderas… - digo de forma graciosa, haciéndole reir – hombre, nunca se sabe… - digo pensativo – yo creo que lo importante de todo esto es el mensaje… - asiente – tú cuando haces una canción, en general, la haces para transmitir algo que quieres que la gente sepa…

-Y si los mensajes de esas canciones son machistas?

-Ahora si que nos hemos metido en el fango… - digo remangándome – es posible, que si alguien analiza mis letras, encuentre algo machista en ellas… - me mira extrañado – todos somos machistas, tú también… - le señalo dejándole sorprendido – pero hay dos tipos de personas: los que les gusta ser machistas y se regodean en ello y los que pensamos de modo feminista pero, por la sociedad donde hemos crecido, tenemos clichés y comportamientos machistas automatizados…

-Tú los tienes? – pregunta mirándome interesado –

-Claro… - reconozco – y me muero de la rabia cuando me doy cuenta porque, en realidad, no concibo ahora mismo que la sociedad siga pretendiendo ser machista… - asiente – de verdad te digo que no entiendo al chico joven, por ejemplo, que tiene toda la información a su alcance, que vive en un mundo, en teoría, libre… y decide imponer su supuesta superioridad…

-Hay una parte de la juventud que es así…

-Lo sé, y no consigo comprender que se dejen llevar por ese pensamiento…

-Quizá también hacen un flaco favor las canciones machistas… - dice con rapidez –

-Las canciones, los anuncios, los titulares en algunas noticias… - me mira – te voy a poner un ejemplo sencillo – asiente – el otro día, titular de una revista, en un recuadro – hago gesto de que era pequeño – pero en la portada – asiente de nuevo y hago el gesto de las comillas – “Malú, la novia de Álex Torres, vuelve a los escenarios” – hago un silencio y me mira con una sonrisa irónica – disculpa? – pongo cara de no entender nada – de verdad tienes que poner que es mi pareja para que la gente sepa quien es? – niego con sonrisa irónica – claro, a Malú no la conoce nadie si no pones que es mi pareja… por eso ha llenado las veces que ha querido el palacio de los deportes, o el Sant Jordi… claro… - digo irónico – es que no es necesario, eso se llama machismo, eso es restarle importancia a la pedazo de carrera que tiene… - le veo sonreir ampliamente, quizá con un gesto algo compasivo – igual no soy objetivo del todo, claro… pero, de qué conoces tú a Malú?

-Entiendo lo que dices perfectamente… - asiente dándome la razón, sin quitar esa sonrisa compasiva –

-Me hierve la sangre con esas cosas, te lo digo de verdad… - me pongo la mano en el pecho – 20 años vendiendo discos, llenando estadios, giras con 100 conciertos… para que, en el titular, tú pongas que es mi novia, entre comas, después de su nombre, porque sino parece que nadie la va a conocer… - suspiro – entiendo, y créeme, que el trabajo de un periodista también está en generar un gancho en el titular que haga a la gente leer el artículo… - asiente con gesto de aprobación – pero es que eso no está bien… estás generando que la gente trate a una mujer como “la novia de”… - niego con la cabeza – que si, que es mi novia, pero que eso no es por lo que se le conoce… - asiente –

-Además que a ti no te lo hacen… - incide –

-No no, mira – me remango – titular en otra revista – abro comillas – “Álex Torres reaparece en su gira, apoyado por Malú” – hago un gesto de incomprensión – no es el mismo titular…

-No, no lo es… - responde asintiendo –

-Es que no es ni de lejos lo mismo… - niego con la cabeza – por eso te digo que nos quejamos con la boca pequeña de “qué machista es la sociedad” “Fíjate la juventud”… pero luego de portada ponemos ese titular… - hago un gesto de incomprensión – qué ironía no?

-Te llevas bien con la prensa? – pregunta de repente –

-Después de esto que he dicho, va a quedar raro que diga que si… - digo riéndome – vamos a ver… - ríe también – nunca, jamás, he tratado mal a nadie de la prensa – asiente – porque es que es su trabajo, no puedes recriminarle a alguien que haga su trabajo…

-Bueno… te podría dar algunos ejemplos de gente que si lo hace…

-Cuando se hacen las cosas bien, no hay nada que recriminar… - aclaro – a mi la prensa, en la inmensa mayoría, me ha tratado como yo les trato… con respeto y con cariño… - asiente – que a veces tienden a fabular sobre cosas que no son ciertas? – lanzo la pregunta al aire – si – respondo tajante – y, desde aquí, les digo que no tengo ningún problema en que me llaméis para contrastarlo… - digo sincero – que no me importa que un periodista me llame y me diga, oye, tengo esta información, es cierta?

-Vas a estar recibiendo llamadas a todas horas después de esta entrevista… - dice riéndose –

-Es posible… - digo riéndome – no, pero es que, el otro día me manda un whatsapp mi madre – le oigo reírse sabiendo lo que voy a decir – que si le tengo que contar algo… y me manda la captura de la revista

-Esta? – señala al proyector, donde aparece la portada de hace unos días en la que se especula que Malú está embarazada –

-Esta… - digo riéndome – y le digo, mamá, tú crees que no te lo hubiera contado? Y sabes qué es lo mejor de todo? – niega con la cabeza sonriendo – que todo viene porque Malú va con una camiseta ancha… - alzo las manos en señal de no entender nada y arranco las risas del presentador – ya, automáticamente, una chica que vaya con camisetas anchas o, simplemente, coja unos kilos… que no ha sido el caso, pero bueno… - aclaro – ya está embarazada, porque claro, aquí hemos venido a procrear…

-Jajajajaja – estalla en una carcajada sonora, acompañada por parte del público –

-Es que es verdad! – exclamo aparentando seriedad – todo esto se arregla con llamarme, y yo te lo aclaro… - sonrío – así de sencillo

-Vamos, que es mentira – intenta dejarlo claro –

-Completamente – digo serio – pero lo que te digo, yo, en general, con la prensa me llevo muy bien, y, de hecho, en algunas ocasiones han querido entrevistarme y he hablado con ellos si no era el momento, y lo han entendido perfectamente… - me mira expectante – por ejemplo, en Nochebuena… - resoplo – una noche que no estaba yo muy bien de ánimo, por todo lo que había pasado y tal… - asiente – y en la puerta de la casa de mis padres, me encuentro un reportero… a las 7 de la tarde… y claro, me ve, y se me abalanza… - asiente – él tiene que hacer su trabajo, tú crees que a él le hace ilusión estar un día como ese en la puerta de la casa de mis padres? – niego con la cabeza – se lo explico, le respondo un par de preguntas y le pido que, por favor, no esté cuando llegue mi familia, que ellos no tienen nada que ver en esto y es una noche complicada… - asiente – lo entiende, le doy las gracias, me las da él a mi, y yo ceno con mi familia y él con la suya y con su trabajo hecho.

-Así de fácil? – dice algo incrédulo –

-Así de fácil… y se lo agradecí no sabes cómo… - asiente con aprobación – de eso se trata… yo sé que formo parte del negocio, yo sé que le debo muchísimo a la prensa, nos retroalimentamos… - asiente de nuevo – pero si somos comprensivos, es mucho más sencillo.

-Y en las redes sociales tienes muchos problemas? – pregunta cambiando de tema –

-De qué tipo?

-Problemas como faltas de respeto o ataques… - aclara –

-Muchos no… - digo convencido – tengo algunas veces, pero vamos, no les doy mucha importancia… no suelo contestar a todo eso… - asiente – no porque solo contestes a los que te dicen cosas buenas y así aumentes tu ego y tu idea de “qué bien lo hago todo” – ríe – sino porque, muchas veces, gente te escribe cosas que sabes que lo hacen, primero, desde el anonimato, y, segundo, por mucho que les respondas, ellos van a seguir pensando lo mismo porque no se ponen ni un segundo en tu lugar… la empatía de la que hablábamos al principio… - le aclaro –

-Qué es lo más fuerte que te han dicho?

-Hombre… yo hubo un día que si que salté mucho, que me arrepentí después porque era eso, gente que no va a ponerse en tu lugar y que se cree en el derecho de juzgarte o de demostrarte lo mucho que te odia… pero, en general, no salto por cosas que me dicen a mí, sino por cosas que les dicen a la gente que quiero…

-Fue un día que atacaron a Malú no?

-Si, y, además, voy a decir públicamente lo que le dijeron para que quede claro por qué salté de esa manera… - asiente – “qué bien te ha venido estar en un atentado para promocionar tu gira, no tienes vergüenza”

-Le dijeron eso? – pregunta escandalizado –

-Tal cual… - digo serio – imagínate… le contesté, Malú no le contestó pero… joder, es que no puedes tocar ese tema como si, por ser conocido, no sientas nada, ni tengas derecho a seguir con tu vida… - niego con la cabeza – la gente se sobrepasa a veces pero, ya te digo, son los menos y, simplemente con no darles coba, es suficiente…

-Y a ti no te han dicho nada por lo que saltar? – dice de nuevo – porque yo si te he visto contestar a alguna cosa de vez en cuando…

-A mi me dicen que soy una tapadera… - digo sin pensar – que el mundo de las tapaderas es un mundo apasionante, también te lo digo…

-Una tapadera… - sonríe triunfante, sé que es un tema que quería sacar – porque piensan que Malú no está contigo en realidad…

-Exacto… - río – pero bueno, yo creo que es que eso se cae por su propio peso…

-Supongo que te lo dicen porque se ha especulado mucho con la vida personal o sentimental de Malú en el pasado… - me alzo de hombros – venga, seguro que sabes por qué te lo dicen…

-Claro que lo sé – digo sin más – pero es que la vida personal de Malú en el pasado es suya… y ni siquiera yo le he preguntado por sus parejas anteriores…

-En serio? – dice sin creérselo –

-Te imaginas que me dice un nombre que a mi se me cae el mundo al suelo porque me veo más feo? – digo con sorna, haciéndole reir – no, en serio, de verdad te digo que no hemos hablando nunca de nuestras ex parejas…

-Sabes que se ha cuestionado su sexualidad… - dice de golpe –

-Yo desde luego que no lo he hecho… - digo de forma rápida, haciendo que una tímidas risas aparezcan en el plató - Se cuestionan muchas cosas, pero, a mí, lo único que me importa es que, si está conmigo, esté bien… lo demás me da exactamente igual… - sonríe alzando una de sus cejas – los dos sabemos lo que tenemos, con eso basta – asiente mirándome - ya te he dicho que es su vida privada, de la que no tengo ni idea, pero – hago una pausa – no crees que es decisión suya hablar de este tema? – asiente y va a hablar pero le corto – vamos, que no me parece bien que me preguntes a mí cuando ella te puede contestar cuando quieras…

-Te importaría? – sigue preguntando –

-El qué? – digo algo incómodo –

-Hablemos claro… - suspiro – te importa que te digan que eres una tapadera porque haya rumores de que ha estado con alguna mujer? – sonrío – o te importaría que eso fuera verdad?

-Hablemos claro – digo repitiendo lo que ha dicho él – no me importaría absolutamente nada porque, lo que para mí cuenta, es el hoy – digo seguro – ni el ayer ni el mañana… y hoy estamos juntos y estamos genial… eso es lo único que me importa y que me importaría – sonríe – que aquí somos todos muy modernos pero nos encanta poner etiquetas – sonríe incluso con algo de compasión – y qué más da con quien haya estado o dejado de estar alguien… no puede estar conmigo ahora? Tan increíble parece? – niego con la cabeza -  además, de verdad importa tanto con quien haya estado o haya dejado de estar alguien, si quieres a esa persona y esa persona te quiere y te lo demuestra?

-Te lo demuestra? – dice intentando que siga hablando –

-Una persona que va a buscarte al sitio más peligroso del mundo porque te quiere… no solo te lo demuestra sino que esa persona lo es todo – sentencio – y yo tengo la suerte de tener a esa persona a mi lado… el resto, te lo digo de verdad, me la suda tanto que… - resoplo - si lo que a mí me importa es que yo soy feliz, y yo soy el que sabe lo que pasa en mi casa, con quien me acuesto y con quien me despierto… y si tú, para ser feliz, quieres pensar que soy una tapadera… soy una tapadera, de inodoro, de sartén, de lo que quieras… si así tú eres igual de feliz que yo, bienvenido sea  – sonrío ampliamente –

-Jajajajaja – estalla en una carcajada, junto con el público –

La miro de reojo en el sofá, observa atentamente la televisión. Detecto una ligera sonrisa en su boca. No sé si preguntar o no, sabía que este momento era uno de los cruciales de la entrevista… y no sé cómo le ha sentado que hable de esto.

-Puedes matarme si quieres… - digo con algo de cautela –

-A besos… - dice sin mirarme – pero cuando termine la entrevista, que está muy interesante…

Me deja descuadrado, sonriendo sin saber muy bien por qué. Su ironía encaja perfectamente con la mía, hasta en eso nos parecemos.

-Cuando comienzas de nuevo la gira? – pregunta cambiando de tema –

-El 21 de mayo en Madrid, en el palacio de los deportes… - me río – que se llama de otra manera, pero yo lo llamaré así siempre…

-Era el concierto que tenías previsto para Diciembre no? – asiento – en su momento, ya hiciste sold out aunque no se llegó a celebrar… - asiento de nuevo –

-Toda la gente que compró su entrada en diciembre, es la que va a estar ahora… - digo con cierto tono de emoción – haremos otro próximamente para toda la gente que se ha quedado sin entrada…

-Malú también comienza gira…

-Si, el 28 de mayo en el mismo sitio y a la misma hora… - digo haciendo promoción – pero vamos, que ya lo tiene todo vendido también… - sonríe algo enternecido – la jefa es la jefa…

-Te deseo mucha suerte en la gira… - asiento pero me corta – antes de la entrevista, me habían dicho que eras un tío excelente y, te digo, que lo he podido corroborar…

-Joder… - digo algo impresionado – gracias…

-A ti por haber venido…

La entrevista acaba y vuelvo a mirar a Malú de reojo… suspira sonoramente para mirarme de frente. Se abalanza sobre mí sin decir nada, soltando un pequeño gritito.

-Sabes que te quiero no? – dice con voz dulce –

-Y yo a ti…

Nos besamos despacio, sin prisas, en nuestro sofá. Tenía algo de temor a que viese la entrevista, por si había dicho o hecho algo que no le gustaba… pero parece ser que no.

-Espera… - la aparto despacio – no te ha molestado nada verdad?

Me mira con cara de sorpresa y acaricia mis mejillas. Se hace la pensativa, dejándome expectante, aunque sabiendo que va a soltar alguna ironía de la suyas.

-Álex Torres – pone voz épica – te nombro oficialmente mi portavoz para siempre – dice sonriendo –

-Jajajaja! – estallo en una carcajada –

Su teléfono y el mío comienzan a sonar, pero poco nos importa. Me pongo de pie con ella agarrada con las piernas a mi cintura y, sin dejar de besarnos, subimos las escaleras hasta la habitación. Nuestra habitación.

viernes, 6 de abril de 2018

CAPÍTULO 138: RESPUESTAS (I)


He decidido aceptar la invitación al programa. Creo que soy el plato fuerte de la temporada, porque llevan anunciándolo desde que dije que si. El presentador, un hombre serio, con gafas oscuras ya habituales en él, me llamó personalmente para preguntarme si había alguna pregunta que quería evitar o le daba manga ancha a lo que él quisiera preguntarme. Contesté lo segundo, aún sabiendo que voy a tener preguntas relacionadas conmigo o con Malú que me va a costar contestar o que me van a poner incómodo.

He hablado con ella de esto. También le han ofrecido una entrevista, pero todavía no se encuentra en condiciones de hablar de ciertos temas sin echarse a llorar. No quiere que nadie la vea débil. Lo que no sabe es que eso es imposible, ella no es débil, ella es la más valiente de todas las personas que conozco. Me ha dado permiso para contestar lo que yo crea a lo que sea. Incluso a preguntas sobre nuestra relación o a preguntas sobre sus relaciones pasadas, de las que no tengo ni idea, pero sé por donde va.

Al entrar a plató, un gran sofá, o chester, mejor dicho, espera en el centro, con el presentador ligeramente sonriente, con un gesto digamos amable, esperando a que llegue a estrecharle la mano. A ambos lados, público, en tres filas a cada lado, aplaude mi entrada.

-Álex Torres – dice con tono alegre el presentador estrechando mi mano – un placer tenerte aquí – me indica la parte derecha del sofá para que tome asiento –

-El placer es mío – sonrío mientras noto los latidos de mi corazón un tanto acelerados –

-Cómo estás? – pregunta poniéndose cómodo –

-Bien, muy bien – contesto escueto – qué cómodo no? – digo intentando destensarme, refiriéndome al sofá –

-Hombre, aquí es que tenemos primeras calidades – dice sonriendo – me alegra mucho que hayas aceptado nuestra invitación – asiento agradecido – antes de comenzar la entrevista, me gustaría que, si tienes reparo en algún tipo de pregunta, me lo digas – dice con tono serio -

-Tendría que escuchar la pregunta para saberlo – digo de manera rápida, con media sonrisa. Noto como sonríe levemente – pero no tengo en mente ninguna pregunta que no puedas hacerme, la verdad – digo de forma sincera –

-Me alegra eso – asiente con aprobación – a veces algunos invitados ponen algunas trabas en según qué temas – asiento y me alzo de hombros – y eso dificulta mucho la entrevista

-Me imagino – respondo –

-Bien pues… - se acomoda más en el sillón – te tengo que reconocer que me impones respeto – dice de repente –

-Yo a ti? – pregunto sorprendido – más bien es al contrario – froto mis manos – estoy sudando y no has empezado a preguntarme

-Jajajaja – estalla en una breve carcajada – bueno, digamos que me impone respeto la gente que tiene una vida interesante… - alzo una de mis cejas – o, por lo menos, que yo considero interesante – espero con gesto de sorpresa la pregunta – un médico que decide meterse en el mundo de la música… cómo es eso?

-Pues… - me río – la verdad es que no sé exactamente ni yo como pasó… - veo como alza sus cejas – es una de esas cosas que pasan en el sitio exacto, en el momento justo…

-Pero tú trabajabas como médico cuando surgió todo esto? – pregunta intentando que le cuente más –

-Si si… - aclaro – trabajaba en urgencias de un hospital… - sonrío –

-Vocacional? – pregunta escuetamente, pero con tanto sentido –

-Totalmente – respondo rápidamente – desde niño sabía que quería ser médico… - asiente con aprobación – me preguntaban lo típico y, salvo alguna vez que decía o futbolista o astronauta, el resto de las veces contestaba que quería ser médico – respondo seguro –

-Y no te viene de familia? Algún familiar médico por el que naciera en ti esa vocación?

-No – niego con la cabeza – si que es cierto que yo de pequeño tengo un recuerdo y es el botiquín que tenía mi madre en casa, en el baño, con miles de vendas, tiritas, agua oxigenada, alcohol, gasas… – le oigo reírse – mi madre siempre me dice que si hubiera podido estudiar, hubiera estudiado algo relacionado con la sanidad… - sonrío – siempre que pasaba algo en casa, imagínate – me acomodo en el sofá – de pequeño, te caes al suelo con soplarte – río – recuerdo que a mi padre le impresionaba mucho la sangre, si te tenía que curar, te curaba – remarco – pero mi madre tenía todo lo necesario en su botiquín, no le impresionaba la sangre, incluso recuerdo que llevaba cosas en el bolso cuando íbamos al parque y ha llegado a curar a otros niños, en plan 112 sabes? – digo orgulloso –

-O sea que quizá la vocación te viene de ver a tu madre ayudar a los demás – dice haciéndome sonreir orgulloso –

-Probablemente – respondo –

-Y la música? – pregunta mirándome – de donde te viene la música?

-De mi padre – respondo rápidamente – mi padre sabe tocar la guitarra, en plan amateur, pero se le da bien – asiente escuchándome – de pequeño, tendría yo como 7 u 8 años… me regaló una guitarra… y me fue enseñando a colocar los acordes, los ritmos… - sonrío – y, a partir de ahí, la música ha sido mi compañera toda mi vida

-Creo recordar, corrígeme si me equivoco – asiento – que tú en alguna ocasión has dicho que la música ha sido una terapia para ti

-Completamente – afirmo seguro – cuando he tenido problemas, todas esas emociones las he canalizado con la música… también las buenas, por supuesto – aclaro – pero, sobre todo, la música para mi ha sido siempre mi vía de escape – le veo afirmar – yo tenía una mala guardia, o algún paciente venía jodido y acumulaba ansiedad, o tristeza… o lo que fuera… y yo a la mañana siguiente me duchaba y me encerraba en mi cuarto a tocar, 1, 2 o las horas que fuesen hasta que esa ansiedad se marchase… - me mira con gesto de sorpresa – me sentía mejor haciendo eso que durmiendo.

-O sea que la música es la otra parte importante de tu vida – asiento – y tú en el colegio serías el típico empollón o no?

-Jajajaja – me río sin querer – me hace gracia porque se usa el término “empollón” como algo peyorativo, y no debería serlo… si entendemos “empollón” como alguien que dedica el 100% de su tiempo, o la mayoría, a estudiar, y deja de lado el resto… no, no he sido nunca un empollón – asiente – más bien he sido de los que lo hacían todo a última hora… - alza una ceja con gesto de incredulidad – pero yo me aprovechaba de una ventaja que tenía… lo hacía mal, y lo descubrí al empezar la carrera, pero yo tenía mucha memoria fotográfica…

-Tenías… - remarca –

-Tenía porque eso se fue diluyendo con el tiempo… - me río levemente – entonces yo aprovechaba eso… yo sabía que necesitaba media hora para aprenderme un tema mientras el resto quizá necesitaba una tarde… - niego con la cabeza – era muy bohemio con el tiempo, mi madre se ponía de todos los colores cuando me iba a jugar al fútbol teniendo examen al día siguiente… - sonríe – pero yo sabía que en media hora me lo aprendía, sacaba buena nota, y, mientras tanto, el resto del tiempo, me divertía…

-Una santa tu madre… - dice poniéndose en su lugar –

-Además de verdad… - asiento – luego le llevaba las notas y claro, no se lo explicaba… y me echaba la bronca y yo no entendía por qué me reñía, si sacaba unas notas muy buenas… lo entendí después – me mira atento, esperando a mis explicaciones – cuando comencé la carrera, pasé por un bache importante… porque lo que en el instituto quizá eran 5 o 6 temas, que, aún así, ya costaba, en la carrera eran 500 folios… te ponías a última hora, como tenía costumbre, y claro, suspendías – asiente – suspendí muchos exámenes el primer año de carrera por eso, entendí que lo que mi madre quería no era tenerme sentado estudiando todo el día, sino que aprendiera a tener un hábito de estudio.

-Claro… - responde asintiendo –

-Lo hacía muy mal, me aprovechaba mal de lo que se me daba bien, que era estudiar… así que en la carrera tuve que aprender a estudiar, y me costó muchísimo… - hago un silencio – le he pedido perdón miles de veces a mi madre después por eso…

-Las madres lo saben todo, es algo que no debemos olvidar… - sentencia –

-Saben mucho más de lo que los hijos sabremos jamás – sentencio yo – hasta que seamos padres…

-Ni así – dice con sorna, dejando entrever que él, siendo padre, no sabe tanto de la vida – entonces aprendes a estudiar en la carrera, te licencias en medicina, y comienzas a trabajar como médico – asiento – y todo esto surge porque alguien te graba versionando una canción de Alejandro Sanz…

-Madre mía… - me remango – versionando, por así decirlo… - digo riéndome –

-Estabas en una cena, con los compañeros de trabajo creo que has contado… - asiento – y…

-Y un enfermero llevaba una guitarra en el coche… era la cena de Navidad del hospital, así que el ambiente digamos que era… festivo – hago gestos de comillas con las manos – vamos, que estábamos contentos… - digo irónico – y yo veo la guitarra y… - hago una pausa – en mi vida he tocado delante de la gente… - aclaro – solo me habían escuchado mis padres, mi hermana, mi abuela y algún amigo así, en petit comité… pero a mí era una cosa que me daba mucha vergüenza…

-Pero por qué? – pregunta cortándome –

-Pues porque supongo que… como yo usaba la música para canalizar mis emociones… me parecía demasiado íntimo tocar delante de gente y que la gente supiera como siento, o como soy… - siento calor en las mejillas – no sé, siempre he sido alguien tímido, aunque me veas aquí hablando contigo así, y aparente normalidad… - niego con la cabeza – supongo que tenía mucho reparo a que la gente supiera como me siento y que me juzgara… - asiente – a mí se me hace imposible esconder lo que siento cuando estoy tocando la guitarra o el piano…

-Y eso te daba miedo… - suspiro – como todo buen músico, eres inseguro…

-Buen músico no lo sé, inseguro soy un rato… - ríe y me contagia la risa –

-Esa versión que hiciste en ese momento de fiesta… precedió a otras que hiciste en internet… qué pasó con esa vergüenza entonces?

-Jajaja – río – pues pasó que… a pesar de darme una vergüenza tremenda… cuando me vi en esa grabación a traición - digo con sorna – me gustó verme porque era yo… y me sentía como… - intento buscar la palabra – en paz, no sé si me explico…

-No te sentías mal, al contrario de lo que pensabas… - dice con agilidad –

-Exacto… - digo enfático – me descuadró tanto que… decidí que quizá ese era un buen cambio que podía hacer en mi vida… un buen entretenimiento… grabarme para que mis amigos o más gente lo viera… pero, la verdad, sin ninguna pretensión por mi parte – digo sincero –

-Dices que necesitabas un cambio… - hago un gesto como de “me ha pillado” –

-Bueno… - intento restarle importancia – no estaba en mi mejor momento… como te digo, esto llegó en el sitio exacto y en el momento justo…

-Y Alejandro cuelga una de tus versiones en sus redes…

-Buah… - digo llevándome una mano a la cara – eso fue, te lo digo, para mí, algo incomprensible en ese momento…

-Fue el desencadenante de que se pusieran en contacto contigo? – pregunta de manera inteligente –

-Si, lo supe después, pero sí… - afirmo – Alejandro para mí era… y es un ídolo… tú tienes gente a la que admiras no? – asiente – pues imagínate que alguien que admiras y que no conoces, de repente, se fija en lo que haces, y dice que le gusta… - resoplo – esas semanas hasta que firmé el contrato discográfico, son las semanas más surrealistas de mi vida…

-Quién se pone en contacto contigo? – pregunta –

-Eso es gracioso… - digo riéndome – un día, una semana después o así de que Alejandro colgase mi vídeo… me llama un señor que dice ser miembro de una discográfica… - carraspeo – imagínate, yo saliente de guardia, a punto de comer para acostarme, me habían gastado mil bromas con el tema… pues pensé que era alguien de mis amigos o del hospital que quería tomarme el pelo… y él diciéndome que estaban interesados en mí, que querían que les mandase una maqueta… y yo “si si”, así, irónico – le escucho reírse – y llega un momento en el que le suelto algo así como “mira, deja de tomarme el pelo que estoy hasta las pelotas” y le cuelgo.

-Jajajajaja! – estalla en una carcajada y el público con él –

-Mira… - niego con la cabeza – a los dos minutos me vuelve a llamar y me dice, así, muy comedido, “oye, que si no estás interesado que no pasa nada, pero que es verdad, que me llamo tal, de tal compañía, que no es una broma”

-Y qué pasó? – pregunta todavía riéndose -

-Pues que me disculpé como pude y le pedí un día para pensármelo… - asiente – lo consulté con mis personas de confianza, vamos, con mi madre y con Tere, que es como mi segunda madre… y me tiré a la piscina…

-Y hasta hoy… - dice cortándome –

-Y hasta hoy – repito terminando el relato – no fue una decisión fácil ni mucho menos… pero, también te digo, que para nada pensaba que iba a tener una repercusión musical importante, tampoco dije que si por eso… - me quedo pensativo – quizá fue eso que hablábamos de que necesitaba un cambio en mi vida… lo cogí… - me mira atento – pero para nada pensé que me iba a cambiar la vida de esta manera –

-Crees que hubieras conocido a Malú de no ser por aceptar este cambio de vida? – pregunta de repente, dejándome algo descuadrado –

-Pues hombre… a no ser que hubiera necesitado asistencia médica donde yo trabajaba… - oigo al público reírse – quizá no… aunque también te digo – remarco – que después de conocernos descubrimos que vivíamos a dos calles de distancia desde hacía más de 2 años, y yo no me había cruzado con ella en ningún momento

-Vivíais a dos calles? – pregunta sorprendido –

-Si, yo muchas veces lo pienso y no lo entiendo… como puede estar la vida tan llena de tantas casualidades… - digo en tono reflexivo – pero te prometo que jamás la vi, y fue conocerla, y encontrármela cada dos por tres…

-El destino – sonríe de una forma que no consigo sorprender –

-Puede ser… - digo dudoso –

-Si te pregunto por ella, me vas a huir la respuesta? – pregunta directo –

-Por qué tendría que hacerlo? – digo seguro – lo malo sería que no quisiera hablar de ella no?

-Jajajaja – ríe – hombre, depende de la relación que tengáis…

-Tú también me vas a preguntar si estamos juntos? – digo fingiendo cansancio – es que me voy a tener que poner un cartel en la frente…

-No no, yo doy por hecho que estáis juntos… - dice rápidamente – pero te tengo que reconocer que me extraña que Malú haya llevado su vida privada tan a rajatabla y contigo no lo haga…

-Puedes invitarla y que te lo cuente no? – digo con sorna haciéndole sonreir levemente – no sé, supongo que es difícil llevar una relación en secreto cuando los dos somos personas conocidas… es difícil a la vez que absurdo bajo mi punto de vista… - pone cara como de no entender lo que digo – por qué tengo que esconderme? Si no lo haría si no fuera conocido, no tengo por qué hacerlo ahora.

-Ese es un razonamiento que me apasiona – dice interesado – porque la mayoría de famosos dicen que su vida privada es suya y que no tienen por qué decir con quien están o con quién no.

-Eso es cierto también – digo rápidamente – cada uno lleva su vida como quiere, pero yo considero que llevar las cosas con naturalidad es lo mejor, sobre todo para uno mismo.

-Vivis juntos? – pregunta de repente, sonriendo ante la cara que pongo –

-Si, vivimos juntos – contesto seguro, notando un gesto triunfante por su parte –

-Cuando la conociste? – me acomodo en el sofá, comienzan las preguntas sobre ella –

-Nos conocimos en Diciembre de 2013, en una gala de los 40 – asiente – nos presentó Alejandro, precisamente

-Vaya… - asiente sorprendido –

-Si cuando digo que Alejandro me ha cambiado la vida, no es mentira… - digo riendo, contagiando al público – A Alejandro también lo conocí ese día, me lo presentó Pablo López, que era casi el único que conocía de todos los artistas que estaban allí ese día – asiente –

-Y qué tal? – pregunta no sé muy bien hacia donde –

-Pues… - me quedo pensativo – no te ha pasado nunca que conoces a alguien y a los 5 minutos sabes si te vas a llevar bien o mal con esa persona? – ríe y asiente – no es prejuzgar ni nada de eso, es… - hago una pausa – son sensaciones… - sonrío – no me conocía de nada y estuvimos hablando de lo nervioso que estaba, era la primera vez que cantaba delante de tanta gente, y me pareció una chica así muy… - alza una ceja con una sonrisa pícara – empática.

-Vaya, pensaba que ibas a decir otra cosa con más chicha… - me arranca una carcajada – o sea que, lo primero que pensaste cuando la viste es: “qué chica más empática” – me río –

-Bueno, pues la verdad es que si… - niego con la cabeza – a ver, lo de fuera es fácil verlo, Malú es una tía guapa, que te impresiona cuando la ves, eso por supuesto que me impactó y que pensé: “joder, qué guapa”, pero hay gente que se queda con lo de fuera, yo desde el principio vi algo en ella más allá que me llamó más la atención…

-Qué bien estás quedando amigo… - dice con sorna –

-Joder, es verdad lo que te digo eh? – sonrío – tampoco tengo una opinión muy objetiva, pero bueno…

-Pero para que surja algo entre dos personas, atracción física tiene que haber, no me lo vas a negar… - dice intentando sonsacarme algo más –

-Hombre, por supuesto – noto calor en mis mejillas –

-La hubo en ese momento? – siento más calor en mis mejillas –

-Atracción física? – pregunto intentando ganar tiempo – pues claro – contesto de la forma más normal posible

-Eres transparente eh? – dice riendo – es un gusto entrevistarte…

Trago saliva, para nada quiero que se sepa que nos acostamos esa noche, ni que todo entre nosotros fue rápido al principio, pero no puedo evitar decir la verdad.

-Cuando pasó algo entre vosotros? – le miro y sonrío, ha llegado el momento de mentir y, en mi cabeza, está todo claro –

-Después de conocernos ese día, como te he dicho antes, descubrimos que vivíamos al lado – asiente – y, si te digo la verdad, para mí, Malú se convirtió en una de las personas más importantes en mi vida – sonríe pícaramente – pero no hablo de relación sentimental, eso llegó mucho después… - digo seguro –

-O sea que os convertisteis en amigos? – pregunta interesado –

-Si, y, además, esa época de cuando estaba haciendo el segundo disco… que tenía muchas preocupaciones y varios problemas con el productor… Malú fue la persona que más me ayudó – Asiente – pero ya te digo, éramos amigos, nos lo contábamos todo, nos ayudábamos en todo, hasta estuvimos componiendo alguna canción para su disco – asiente - pero no teníamos una relación como salió publicado…

-Eso era mentira entonces?

-Claro que era mentira! – exclamo – de hecho lo desmentimos de una manera muy divertida – asiente sabiendo que me refiero a nuestra conversación mítica en twitter – en esas fotos sólo eramos dos amigos paseando a los perros, cosa que hacíamos de manera habitual… nada más.

-Y cuando fuisteis algo más? – sonrío y, en seguida, parece que sabe que no quiero contestarle – hemos entrado en el fango

-Para nada – me apresuro a contestar – solo que no te voy a decir la fecha de mi aniversario, no te parece? – ríe y asiente –

-Cuando te enamoraste de ella? Porque estás enamorado, no? – se escucha una risa generalizada y sonrío poniendo un gesto de querer matarle –

-Claro que lo estoy – respondo tranquilo –

-Jajajaja! – estalla en una carcajada y se escucha el aplauso del público – así me gusta

-Pero por qué aplaude la gente? – miro alrededor, escuchando más risas – porque soy como un tomate ahora mismo no? – río – no sé qué esperabas que te contestase… pero esa es la verdad…

-Ya te he dicho – me corta – que me parecías alguien interesante de entrevistar y, permíteme decirte, que lo estoy corroborando – pongo cara de no entender nada – eres absolutamente transparente, te lo vuelvo a repetir

-Un poco fantasma si que soy a veces… - digo con agilidad, haciendo reir al público – cuál era la otra pregunta que me has hecho? – va a hablar entre risas pero la recuerdo de repente – ah! – exclamo – que cuando me enamoré de ella no? – asiente – tú sabes el día exacto o el momento en el que te enamoraste de Laura?

-Jajajaja! – estalla en una carcajada – estamos hablando de ti – se escabulle –

-Bueno, me tenías que dejar relajarme un poco que estás a saco… - digo de broma, haciéndole reir a él y al público – yo creo que no sabes el momento en el que te enamoraste de ella – me mira incrédulo – lo que si puede que sepas es el momento en el que te diste cuenta que algo pasaba…

-Tienes razón, cambiamos la pregunta – me mira pícaro – cuando te diste cuenta de que estabas enamorado? – me señala – ahora es cuando me contestas que eso es privado… - me río – o me vas a contestar?

-Pues te voy a contestar… - se ríe y alza las manos como dando las gracias – bueno, igual la gente cuando lo escuche piensa: Qué peliculero! Pero te prometo que fue así como me di cuenta… - asiente – fue días después de mi accidente de coche… - me mira sorprendido – que bueno, que no me pasó nada, que salí ileso prácticamente, pero fue un accidente muy aparatoso… - asiente –

-Ibas a la rueda de prensa de La Voz Kids – afirma –

-Exacto… y, fíjate, que claro… - me quedo pensativo – los días después, pues, entre que te duele todo el cuerpo y que joder – hago una pausa – es difícil aceptar que ese día yo estaba feliz, que encima me nominan a los grammy latinos! – exclamo – y, de repente, se pudo terminar todo ahí… - asiente – necesité unos días para pensar en lo que había pasado sin ponerme nervioso y tal… - asiente de nuevo – y hay un momento en el que yo analizo todo lo que recuerdo de ese día… - carraspeo – y recuerdo el momento en el que están los bomberos con la radial aquí – hago un gesto señalándome la oreja –

-Claro, te sacaron los bomberos del coche – dice serio –

-Si si… - asiento – ahí es donde yo me doy cuenta que si me tienen que sacar los bomberos del coche, si uno de mis mejores amigos, que era el médico de la ambulancia que me atiende – me mira con sorpresa – me está mirando desencajado… - niego con la cabeza – ahí me doy cuenta que igual tengo alguna hemorragia, alguna cosa que puede poner en peligro mi vida… y me muero del miedo…

-Pensaste que ibas a morir? – me pregunta –

-Hombre… imagínate tener la radial de los bomberos aquí – vuelvo a señalarme la oreja – partiendo la puerta para sacarme, lleno de sangre porque tenía arañazos y tal, me dolía todo el cuerpo… - chasqueo la lengua – no paraba de mover los dedos de los pies para ver si se movían o no… - le escucho resoplar – pues con todo eso, me agobio, me agobio mucho… entro en pánico pensando que me voy a morir, que tengo algo grave seguro… - asiente – y, en ese momento, aparece ella en mi cabeza – hago un silencio, me está mirando fijamente – y me tranquiliza pensar en ella, en que voy a volver a verla, que no va a pasar nada… - niego con la cabeza algo avergonzado – de eso, de lo que pensé en ese momento, me di cuenta días después, y, cuando me doy cuenta, me cago en todo claro.

-Jajajaja – se ríe – por qué?

-Porque, como te he dicho, Malú para mí era una de las personas más importantes en mi vida… la persona a la que se lo contaba todo, que me ayudaba en todo… mi gran apoyo, por así decirlo… pero éramos amigos – digo enfático – si en el momento en el que más miedo había tenido en mi vida, la persona en la que pensé era ella… joder – resoplo – es que ya no era solo una amiga… y eso lo cambiaba todo claro…

-A veces parece que nos tienen que pasar cosas graves para darnos cuenta de las cosas importantes eh? – afirma con tino – y qué hiciste después de darte cuenta de eso?

-Pues… - me quedo pensativo – lo primero era confirmar eso… yo iba a grabar la voz kids con ella, por lo tanto, íbamos a pasar mucho tiempo juntos… y claro, yo me fijo en lo que me pasa cuando estoy cerca de ella… y te puedes imaginar – alza las cejas – me sudan las manos, me pongo taquicárdico, me doy cuenta de que la miro muchísimo… lo típico – digo resumiendo – que confirmo lo que pensaba…

-Y? – insiste en que siga –

-Pues bueno… veía cosas – me afano en explicarme – como señales por su parte, pero luego me iba a mi casa y pensaba: “tus ganas de que eso esté pasando” – oigo las risas entre el público – yo no quería ponerle en un compromiso, decirle lo que sentía y que ella se viera en una situación así, rara… - asiente – pero es que yo lo tenía más que confirmado, estaba incluso triste, me iba a casa hasta cabreado, porque sabía que ya no podía ser solo su amigo porque… a un amigo o a una amiga tu no tienes ganas de besarle todo el tiempo, por ejemplo… - se escucha un “oh” entre el público y noto el rubor en mis mejillas –

-Quién se lanzó? – le miro extrañado – porque digo yo que, en algún momento, alguno de los dos se lanzaría, sino… no estaríais juntos…

-Claro… - me río – yo – digo escuetamente – un día de estos que dices… no puedo más… - asiente – yo que soy lo puto peor diciendo lo que siento… que me lío que te cagas… - arranco las risas de la gente por la forma de decirlo – estoy diciendo muchísimos tacos no? – digo de forma graciosa –

-No te preocupes, esto se edita… - pone cara incrédula – continúa

-Pues eso… que soy malísimo diciendo lo que siento… pero me declaré… - sentencio –

-Y? – insiste –

-Y lo demás te lo imaginas porque yo no te lo pienso contar… - sonrío triunfante –

-Jajajajaja! – estalla en una carcajada al unísono con el público, que arranca a aplaudir – Claro es que con esto que has contado, se entienden las canciones que te salen… - sigue riendo – alguna canción de las que has hecho… tiene que ver con ella?

Sonrío como si me hubieran pillado. Él sonríe mirándome. Por un momento dudo, porque se puede malinterpretar mucho con la historia que he contado, ya que el disco lo saqué antes de todo eso…

-Claro… alguna… quizá sin darme cuenta – digo seguro – las que he compuesto últimamente… pensando en un nuevo disco… ya te digo yo que más de uno se va a querer cortar las venas… - se ríe abiertamente – estoy muy ñoño, más todavía, que ya es decir…

-Entonces… vuestra historia, hablando en términos sentimentales, empezó después de tu accidente? – asiento – y antes del 9 de diciembre?

Mi gesto cambia al escuchar esa fecha. Al final, estaba tan cómodo hablando de Malú, que no me esperaba esa mención. Me mira como apiadándose de mí.

-Fíjate que es la primera vez en la entrevista que en tu cara veo que no quieres hablar de un tema… - sonrío levemente – eres libre de no contestar a lo que quieras, solo faltaría…

-Sabes qué pasa? – suspiro – que, de mi accidente de coche, por ejemplo, podemos hablar de lo que quieras, lo tengo superado, y, además… solo fui yo el implicado – asiente – afortunadamente, nadie más salió herido… pero si tocamos el tema del 9 de diciembre puede haber mucha gente que no quiera escuchar nada relacionado con ese tema… hay y habrá una herida abierta con eso para siempre…

-Tú la tienes? – pregunta con sumo cuidado –

-Se abre cuando quiere, la mayoría del tiempo… soy consciente que nunca se va a cerrar del todo… - respondo con algo de emoción – lo que me has preguntado antes… - digo intentando cambiar un poco el tono – si, ya estábamos juntos antes de ese día – asiente agradecido a la respuesta –

-Puedo preguntarte qué hacías allí? – pregunta comedido –

-Mm… - suspiro con media sonrisa – lo que hablábamos de que la vida está llena de casualidades… - asiente – ese día… - suspiro – se jubilaba un profesor de la universidad… uno de los mejores que he tenido nunca… un tío muy cercano… - sonrío – algunos compañeros estuvimos hablando de lo bonito que sería estar en su última clase y tomarnos unas cañas después con él… ya te digo que era muy cercano con nosotros… no era un profesor universitario al uso… - asiente – así que lo acordamos así, yo tenía ese día libre… - niego con la cabeza – la noche de antes estuve pensando si irme en coche o no… las veces que había ido en coche a la universidad, que habían sido pocas, había sido una tortura… tardabas una hora en llegar… - sonríe – así que decidí hacer lo que haría si no me reconociera la gente por la calle… - sonrío – decidí irme en cercanías…

-Y tu tren salía a la misma hora que pasó todo…

-Prácticamente… yo estaba en el acceso a las vías cuando ocurrió la primera explosión… no me dio de lleno porque no estaba abajo, en el andén, pero me tiró al suelo la onda expansiva…

-Malú estaba contigo? – pregunta –

-No… - digo dudando si seguir – acababa de hablar con ella por teléfono cuando pasó todo… era la única persona que sabía que yo estaba allí… no se lo había dicho a nadie más…

-Joder… - suelta con impresión –

-Ella estaba cogiendo un avión a Madrid… había ido a ver a su padre a Algeciras y estaba a punto de embarcar cuando ocurre… se entera cuando aterriza… es uno de los últimos aviones en aterrizar en Barajas, después se cerró el espacio aéreo… - asiente sorprendido –

-Y… - carraspea algo nervioso – quizá no debería de preguntarte esto pero… como es que ella luego si que está allí?

-Porque va a buscarme… - suelto sin pensar, escuchando palabras de sorpresa entre el público – igual se enfada si lo cuento… - sonrío levemente – ella va a buscarme porque no le cojo el teléfono y sabe que estoy allí… - carraspeo – como hizo mucha gente ese día que sabía que tenía a sus familiares en la estación y no conseguía contactar con ellos… - asiente consternado – precisamente por la ayuda de esas personas, se consiguió salvar a mucha gente de la última explosión.

Paro de narrar. Un nudo en la garganta acaba de cogerme para no soltarme en un buen rato. Trago saliva como puedo, pero no baja, no desaparece. Hay un silencio de unos segundos, con él mirándome por encima de sus gafas oscuras. Tengo ganas de llorar, muchas ganas, pero no voy a hacerlo. No puedo hacerlo.

-Ese día – dice con algo de emoción en su voz – ayudaste a mucha gente, volviste a ser médico…

-Mira – le corto - mi jefe, que en paz descanse, me dijo el día de mi despedida del hospital, una frase que ha resonado en mi cabeza desde ese día – me mira atentamente – el médico es médico hasta el día en que se muere.

La frase cae en peso en el plató. Se hace el silencio. Me mira con gesto algo emocionado, decido seguir.

-Yo estudié medicina no por el sueldo, no por el nombre, no por decir “buah, soy médico, mírame”. Yo estudié medicina porque sentía vocación, y eso no desaparece aunque dejes de dedicarte a eso. – hago una pausa – yo soy la cara conocida, y “buah, Álex Torres, está en un atentado y ayuda a la gente, vamos a sacar titulares con esto” – digo con ironía – no – digo serio – ese día hubo muchísima gente, con diversos trabajos, con vidas, con familia, que ayudaron a otras personas. Yo estaba allí, yo también ayudé en lo que pude. Fin de la noticia, no hay más. – digo convencido – no he hecho nada extraordinario por lo que la gente me felicite, o salga en la prensa. Que salga el bombero que se quemó las manos sacando a gente del tren. – digo algo enfadado – o que salga el médico que estuvo 24 horas atendiendo a gente sin parar, o que salga el indigente que dormía en la estación y sacó en brazos a una niña. O que salga la enfermera que sacó de los escombros a un hombre. No salen, pero yo también los vi. Salgo yo – me señalo – como si yo fuera el que más hizo ese día. No, lo siento, esa palmadita en la espalda no la quiero porque no es justa si no les ocurre a los demás. A mi me conocerá la gente, pero, ese día, no había ni caras conocidas, ni nombres. Ese día había personas, a mí me pilló allí, ayudé en lo que pude, pero no hice más que toda esa gente que se jugó la vida por ayudar a los demás – hay un silencio – no se si me explico… pero me da mucha rabia que en la prensa se hable de que allí estuvo Álex Torres, o Malú, ayudando a la gente. No, perdona, allí estuvo Álex, allí estuvo Malú, allí estuvo Pepe y allí estuvo María. No es noticia que yo estuviera allí, es noticia que todavía haya gente en el mundo que, sin tener ni idea de parar una hemorragia, la pare y se manche las manos de sangre que no es suya. Gente que, sin haber encontrado a su familiar, se ponga a mover camillas. Esa es la noticia, eso es de lo que se debería hablar. De que sigue habiendo solidaridad en el mundo de mierda donde vivimos.

Termino de hablar y el plató aplaude. El nudo en la garganta no se ha ido y parece que se ha trasladado a varias gargantas. Él me mira e intuyo que algo emocionado. Asiente.

-Estoy completamente de acuerdo contigo – suspiro – yo también he visto titulares que me han revuelto las tripas – asiento –

-Solo digo que no se nos olvide lo realmente importante de ese día – carraspeo – murió mucha gente, familias enteras destrozadas… y el periódico o la revista de turno titula “Álex Torres hace tal”. No, es que me niego a eso, te lo prometo. – asiente – me parece soez, y mira que yo nunca o casi nunca me enfado con la prensa porque hacen su trabajo, porque lo entiendo que hay cosas que venden más que otras… pero estamos hablando de un atentado terrorista. Probablemente muchas familias, muchos heridos, vean ese titular y digan “y el gilipollas este, qué se cree?”. Que no les engañen, yo no quiero que saquen esos titulares porque yo no soy la noticia. La noticia es que unos hijos de puta decidieron quitarle la vida a gente inocente y hubo gente que ayudo a otras personas. Yo estuve allí, sí. Con una vez que se diga, es suficiente. A mi también me abre muchas heridas y me trae muchos fantasmas verme como portada de una noticia a si cada equis tiempo.

-Quieres que cambiemos de tema? – dice rápido –

-Si por favor… - suplico esbozando una pequeña sonrisa, viendo como sonríe compadeciéndose de mí -