He decidido aceptar la invitación al programa. Creo que soy
el plato fuerte de la temporada, porque llevan anunciándolo desde que dije que
si. El presentador, un hombre serio, con gafas oscuras ya habituales en él, me
llamó personalmente para preguntarme si había alguna pregunta que quería evitar
o le daba manga ancha a lo que él quisiera preguntarme. Contesté lo segundo,
aún sabiendo que voy a tener preguntas relacionadas conmigo o con Malú que me
va a costar contestar o que me van a poner incómodo.
He hablado con ella de esto. También le han ofrecido una
entrevista, pero todavía no se encuentra en condiciones de hablar de ciertos
temas sin echarse a llorar. No quiere que nadie la vea débil. Lo que no sabe es
que eso es imposible, ella no es débil, ella es la más valiente de todas las
personas que conozco. Me ha dado permiso para contestar lo que yo crea a lo que
sea. Incluso a preguntas sobre nuestra relación o a preguntas sobre sus
relaciones pasadas, de las que no tengo ni idea, pero sé por donde va.
Al entrar a plató, un gran sofá, o chester, mejor dicho,
espera en el centro, con el presentador ligeramente sonriente, con un gesto
digamos amable, esperando a que llegue a estrecharle la mano. A ambos lados,
público, en tres filas a cada lado, aplaude mi entrada.
-Álex Torres – dice con tono alegre el presentador
estrechando mi mano – un placer tenerte aquí – me indica la parte derecha del
sofá para que tome asiento –
-El placer es mío – sonrío mientras noto los latidos de mi
corazón un tanto acelerados –
-Cómo estás? – pregunta poniéndose cómodo –
-Bien, muy bien – contesto escueto – qué cómodo no? – digo
intentando destensarme, refiriéndome al sofá –
-Hombre, aquí es que tenemos primeras calidades – dice
sonriendo – me alegra mucho que hayas aceptado nuestra invitación – asiento
agradecido – antes de comenzar la entrevista, me gustaría que, si tienes reparo
en algún tipo de pregunta, me lo digas – dice con tono serio -
-Tendría que escuchar la pregunta para saberlo – digo de
manera rápida, con media sonrisa. Noto como sonríe levemente – pero no tengo en
mente ninguna pregunta que no puedas hacerme, la verdad – digo de forma sincera
–
-Me alegra eso – asiente con aprobación – a veces algunos
invitados ponen algunas trabas en según qué temas – asiento y me alzo de
hombros – y eso dificulta mucho la entrevista
-Me imagino – respondo –
-Bien pues… - se acomoda más en el sillón – te tengo que
reconocer que me impones respeto – dice de repente –
-Yo a ti? – pregunto sorprendido – más bien es al contrario
– froto mis manos – estoy sudando y no has empezado a preguntarme
-Jajajaja – estalla en una breve carcajada – bueno, digamos
que me impone respeto la gente que tiene una vida interesante… - alzo una de
mis cejas – o, por lo menos, que yo considero interesante – espero con gesto de
sorpresa la pregunta – un médico que decide meterse en el mundo de la música…
cómo es eso?
-Pues… - me río – la verdad es que no sé exactamente ni yo
como pasó… - veo como alza sus cejas – es una de esas cosas que pasan en el
sitio exacto, en el momento justo…
-Pero tú trabajabas como médico cuando surgió todo esto? –
pregunta intentando que le cuente más –
-Si si… - aclaro – trabajaba en urgencias de un hospital… -
sonrío –
-Vocacional? – pregunta escuetamente, pero con tanto sentido
–
-Totalmente – respondo rápidamente – desde niño sabía que
quería ser médico… - asiente con aprobación – me preguntaban lo típico y, salvo
alguna vez que decía o futbolista o astronauta, el resto de las veces
contestaba que quería ser médico – respondo seguro –
-Y no te viene de familia? Algún familiar médico por el que
naciera en ti esa vocación?
-No – niego con la cabeza – si que es cierto que yo de
pequeño tengo un recuerdo y es el botiquín que tenía mi madre en casa, en el
baño, con miles de vendas, tiritas, agua oxigenada, alcohol, gasas… – le oigo
reírse – mi madre siempre me dice que si hubiera podido estudiar, hubiera
estudiado algo relacionado con la sanidad… - sonrío – siempre que pasaba algo
en casa, imagínate – me acomodo en el sofá – de pequeño, te caes al suelo con
soplarte – río – recuerdo que a mi padre le impresionaba mucho la sangre, si te
tenía que curar, te curaba – remarco – pero mi madre tenía todo lo necesario en
su botiquín, no le impresionaba la sangre, incluso recuerdo que llevaba cosas
en el bolso cuando íbamos al parque y ha llegado a curar a otros niños, en plan
112 sabes? – digo orgulloso –
-O sea que quizá la vocación te viene de ver a tu madre
ayudar a los demás – dice haciéndome sonreir orgulloso –
-Probablemente – respondo –
-Y la música? – pregunta mirándome – de donde te viene la
música?
-De mi padre – respondo rápidamente – mi padre sabe tocar la
guitarra, en plan amateur, pero se le da bien – asiente escuchándome – de
pequeño, tendría yo como 7 u 8 años… me regaló una guitarra… y me fue enseñando
a colocar los acordes, los ritmos… - sonrío – y, a partir de ahí, la música ha
sido mi compañera toda mi vida
-Creo recordar, corrígeme si me equivoco – asiento – que tú
en alguna ocasión has dicho que la música ha sido una terapia para ti
-Completamente – afirmo seguro – cuando he tenido problemas,
todas esas emociones las he canalizado con la música… también las buenas, por
supuesto – aclaro – pero, sobre todo, la música para mi ha sido siempre mi vía
de escape – le veo afirmar – yo tenía una mala guardia, o algún paciente venía
jodido y acumulaba ansiedad, o tristeza… o lo que fuera… y yo a la mañana
siguiente me duchaba y me encerraba en mi cuarto a tocar, 1, 2 o las horas que
fuesen hasta que esa ansiedad se marchase… - me mira con gesto de sorpresa – me
sentía mejor haciendo eso que durmiendo.
-O sea que la música es la otra parte importante de tu vida
– asiento – y tú en el colegio serías el típico empollón o no?
-Jajajaja – me río sin querer – me hace gracia porque se usa
el término “empollón” como algo peyorativo, y no debería serlo… si entendemos
“empollón” como alguien que dedica el 100% de su tiempo, o la mayoría, a
estudiar, y deja de lado el resto… no, no he sido nunca un empollón – asiente –
más bien he sido de los que lo hacían todo a última hora… - alza una ceja con
gesto de incredulidad – pero yo me aprovechaba de una ventaja que tenía… lo
hacía mal, y lo descubrí al empezar la carrera, pero yo tenía mucha memoria
fotográfica…
-Tenías… - remarca –
-Tenía porque eso se fue diluyendo con el tiempo… - me río
levemente – entonces yo aprovechaba eso… yo sabía que necesitaba media hora
para aprenderme un tema mientras el resto quizá necesitaba una tarde… - niego
con la cabeza – era muy bohemio con el tiempo, mi madre se ponía de todos los
colores cuando me iba a jugar al fútbol teniendo examen al día siguiente… -
sonríe – pero yo sabía que en media hora me lo aprendía, sacaba buena nota, y,
mientras tanto, el resto del tiempo, me divertía…
-Una santa tu madre… - dice poniéndose en su lugar –
-Además de verdad… - asiento – luego le llevaba las notas y
claro, no se lo explicaba… y me echaba la bronca y yo no entendía por qué me
reñía, si sacaba unas notas muy buenas… lo entendí después – me mira atento,
esperando a mis explicaciones – cuando comencé la carrera, pasé por un bache
importante… porque lo que en el instituto quizá eran 5 o 6 temas, que, aún así,
ya costaba, en la carrera eran 500 folios… te ponías a última hora, como tenía
costumbre, y claro, suspendías – asiente – suspendí muchos exámenes el primer
año de carrera por eso, entendí que lo que mi madre quería no era tenerme
sentado estudiando todo el día, sino que aprendiera a tener un hábito de
estudio.
-Claro… - responde asintiendo –
-Lo hacía muy mal, me aprovechaba mal de lo que se me daba
bien, que era estudiar… así que en la carrera tuve que aprender a estudiar, y
me costó muchísimo… - hago un silencio – le he pedido perdón miles de veces a
mi madre después por eso…
-Las madres lo saben todo, es algo que no debemos olvidar… -
sentencia –
-Saben mucho más de lo que los hijos sabremos jamás –
sentencio yo – hasta que seamos padres…
-Ni así – dice con sorna, dejando entrever que él, siendo
padre, no sabe tanto de la vida – entonces aprendes a estudiar en la carrera,
te licencias en medicina, y comienzas a trabajar como médico – asiento – y todo
esto surge porque alguien te graba versionando una canción de Alejandro Sanz…
-Madre mía… - me remango – versionando, por así decirlo… -
digo riéndome –
-Estabas en una cena, con los compañeros de trabajo creo que
has contado… - asiento – y…
-Y un enfermero llevaba una guitarra en el coche… era la
cena de Navidad del hospital, así que el ambiente digamos que era… festivo –
hago gestos de comillas con las manos – vamos, que estábamos contentos… - digo
irónico – y yo veo la guitarra y… - hago una pausa – en mi vida he tocado
delante de la gente… - aclaro – solo me habían escuchado mis padres, mi
hermana, mi abuela y algún amigo así, en petit comité… pero a mí era una cosa
que me daba mucha vergüenza…
-Pero por qué? – pregunta cortándome –
-Pues porque supongo que… como yo usaba la música para
canalizar mis emociones… me parecía demasiado íntimo tocar delante de gente y
que la gente supiera como siento, o como soy… - siento calor en las mejillas –
no sé, siempre he sido alguien tímido, aunque me veas aquí hablando contigo
así, y aparente normalidad… - niego con la cabeza – supongo que tenía mucho
reparo a que la gente supiera como me siento y que me juzgara… - asiente – a mí
se me hace imposible esconder lo que siento cuando estoy tocando la guitarra o
el piano…
-Y eso te daba miedo… - suspiro – como todo buen músico,
eres inseguro…
-Buen músico no lo sé, inseguro soy un rato… - ríe y me
contagia la risa –
-Esa versión que hiciste en ese momento de fiesta… precedió
a otras que hiciste en internet… qué pasó con esa vergüenza entonces?
-Jajaja – río – pues pasó que… a pesar de darme una
vergüenza tremenda… cuando me vi en esa grabación a traición - digo con sorna –
me gustó verme porque era yo… y me sentía como… - intento buscar la palabra – en
paz, no sé si me explico…
-No te sentías mal, al contrario de lo que pensabas… - dice
con agilidad –
-Exacto… - digo enfático – me descuadró tanto que… decidí
que quizá ese era un buen cambio que podía hacer en mi vida… un buen
entretenimiento… grabarme para que mis amigos o más gente lo viera… pero, la
verdad, sin ninguna pretensión por mi parte – digo sincero –
-Dices que necesitabas un cambio… - hago un gesto como de
“me ha pillado” –
-Bueno… - intento restarle importancia – no estaba en mi
mejor momento… como te digo, esto llegó en el sitio exacto y en el momento
justo…
-Y Alejandro cuelga una de tus versiones en sus redes…
-Buah… - digo llevándome una mano a la cara – eso fue, te lo
digo, para mí, algo incomprensible en ese momento…
-Fue el desencadenante de que se pusieran en contacto
contigo? – pregunta de manera inteligente –
-Si, lo supe después, pero sí… - afirmo – Alejandro para mí
era… y es un ídolo… tú tienes gente a la que admiras no? – asiente – pues
imagínate que alguien que admiras y que no conoces, de repente, se fija en lo
que haces, y dice que le gusta… - resoplo – esas semanas hasta que firmé el
contrato discográfico, son las semanas más surrealistas de mi vida…
-Quién se pone en contacto contigo? – pregunta –
-Eso es gracioso… - digo riéndome – un día, una semana
después o así de que Alejandro colgase mi vídeo… me llama un señor que dice ser
miembro de una discográfica… - carraspeo – imagínate, yo saliente de guardia, a
punto de comer para acostarme, me habían gastado mil bromas con el tema… pues
pensé que era alguien de mis amigos o del hospital que quería tomarme el pelo…
y él diciéndome que estaban interesados en mí, que querían que les mandase una
maqueta… y yo “si si”, así, irónico – le escucho reírse – y llega un momento en
el que le suelto algo así como “mira, deja de tomarme el pelo que estoy hasta
las pelotas” y le cuelgo.
-Jajajajaja! – estalla en una carcajada y el público con él
–
-Mira… - niego con la cabeza – a los dos minutos me vuelve a
llamar y me dice, así, muy comedido, “oye, que si no estás interesado que no
pasa nada, pero que es verdad, que me llamo tal, de tal compañía, que no es una
broma”
-Y qué pasó? – pregunta todavía riéndose -
-Pues que me disculpé como pude y le pedí un día para
pensármelo… - asiente – lo consulté con mis personas de confianza, vamos, con
mi madre y con Tere, que es como mi segunda madre… y me tiré a la piscina…
-Y hasta hoy… - dice cortándome –
-Y hasta hoy – repito terminando el relato – no fue una
decisión fácil ni mucho menos… pero, también te digo, que para nada pensaba que
iba a tener una repercusión musical importante, tampoco dije que si por eso… -
me quedo pensativo – quizá fue eso que hablábamos de que necesitaba un cambio
en mi vida… lo cogí… - me mira atento – pero para nada pensé que me iba a
cambiar la vida de esta manera –
-Crees que hubieras conocido a Malú de no ser por aceptar
este cambio de vida? – pregunta de repente, dejándome algo descuadrado –
-Pues hombre… a no ser que hubiera necesitado asistencia
médica donde yo trabajaba… - oigo al público reírse – quizá no… aunque también
te digo – remarco – que después de conocernos descubrimos que vivíamos a dos
calles de distancia desde hacía más de 2 años, y yo no me había cruzado con
ella en ningún momento
-Vivíais a dos calles? – pregunta sorprendido –
-Si, yo muchas veces lo pienso y no lo entiendo… como puede
estar la vida tan llena de tantas casualidades… - digo en tono reflexivo – pero
te prometo que jamás la vi, y fue conocerla, y encontrármela cada dos por tres…
-El destino – sonríe de una forma que no consigo sorprender
–
-Puede ser… - digo dudoso –
-Si te pregunto por ella, me vas a huir la respuesta? –
pregunta directo –
-Por qué tendría que hacerlo? – digo seguro – lo malo sería
que no quisiera hablar de ella no?
-Jajajaja – ríe – hombre, depende de la relación que
tengáis…
-Tú también me vas a preguntar si estamos juntos? – digo
fingiendo cansancio – es que me voy a tener que poner un cartel en la frente…
-No no, yo doy por hecho que estáis juntos… - dice
rápidamente – pero te tengo que reconocer que me extraña que Malú haya llevado
su vida privada tan a rajatabla y contigo no lo haga…
-Puedes invitarla y que te lo cuente no? – digo con sorna
haciéndole sonreir levemente – no sé, supongo que es difícil llevar una
relación en secreto cuando los dos somos personas conocidas… es difícil a la
vez que absurdo bajo mi punto de vista… - pone cara como de no entender lo que
digo – por qué tengo que esconderme? Si no lo haría si no fuera conocido, no
tengo por qué hacerlo ahora.
-Ese es un razonamiento que me apasiona – dice interesado –
porque la mayoría de famosos dicen que su vida privada es suya y que no tienen
por qué decir con quien están o con quién no.
-Eso es cierto también – digo rápidamente – cada uno lleva
su vida como quiere, pero yo considero que llevar las cosas con naturalidad es
lo mejor, sobre todo para uno mismo.
-Vivis juntos? – pregunta de repente, sonriendo ante la cara
que pongo –
-Si, vivimos juntos – contesto seguro, notando un gesto triunfante
por su parte –
-Cuando la conociste? – me acomodo en el sofá, comienzan las
preguntas sobre ella –
-Nos conocimos en Diciembre de 2013, en una gala de los 40 –
asiente – nos presentó Alejandro, precisamente
-Vaya… - asiente sorprendido –
-Si cuando digo que Alejandro me ha cambiado la vida, no es
mentira… - digo riendo, contagiando al público – A Alejandro también lo conocí
ese día, me lo presentó Pablo López, que era casi el único que conocía de todos
los artistas que estaban allí ese día – asiente –
-Y qué tal? – pregunta no sé muy bien hacia donde –
-Pues… - me quedo pensativo – no te ha pasado nunca que
conoces a alguien y a los 5 minutos sabes si te vas a llevar bien o mal con esa
persona? – ríe y asiente – no es prejuzgar ni nada de eso, es… - hago una pausa
– son sensaciones… - sonrío – no me conocía de nada y estuvimos hablando de lo
nervioso que estaba, era la primera vez que cantaba delante de tanta gente, y
me pareció una chica así muy… - alza una ceja con una sonrisa pícara – empática.
-Vaya, pensaba que ibas a decir otra cosa con más chicha… -
me arranca una carcajada – o sea que, lo primero que pensaste cuando la viste
es: “qué chica más empática” – me río –
-Bueno, pues la verdad es que si… - niego con la cabeza – a
ver, lo de fuera es fácil verlo, Malú es una tía guapa, que te impresiona
cuando la ves, eso por supuesto que me impactó y que pensé: “joder, qué guapa”,
pero hay gente que se queda con lo de fuera, yo desde el principio vi algo en
ella más allá que me llamó más la atención…
-Qué bien estás quedando amigo… - dice con sorna –
-Joder, es verdad lo que te digo eh? – sonrío – tampoco
tengo una opinión muy objetiva, pero bueno…
-Pero para que surja algo entre dos personas, atracción
física tiene que haber, no me lo vas a negar… - dice intentando sonsacarme algo
más –
-Hombre, por supuesto – noto calor en mis mejillas –
-La hubo en ese momento? – siento más calor en mis mejillas
–
-Atracción física? – pregunto intentando ganar tiempo – pues
claro – contesto de la forma más normal posible
-Eres transparente eh? – dice riendo – es un gusto
entrevistarte…
Trago saliva, para nada quiero que se sepa que nos acostamos
esa noche, ni que todo entre nosotros fue rápido al principio, pero no puedo
evitar decir la verdad.
-Cuando pasó algo entre vosotros? – le miro y sonrío, ha
llegado el momento de mentir y, en mi cabeza, está todo claro –
-Después de conocernos ese día, como te he dicho antes,
descubrimos que vivíamos al lado – asiente – y, si te digo la verdad, para mí,
Malú se convirtió en una de las personas más importantes en mi vida – sonríe
pícaramente – pero no hablo de relación sentimental, eso llegó mucho después… -
digo seguro –
-O sea que os convertisteis en amigos? – pregunta interesado
–
-Si, y, además, esa época de cuando estaba haciendo el
segundo disco… que tenía muchas preocupaciones y varios problemas con el
productor… Malú fue la persona que más me ayudó – Asiente – pero ya te digo,
éramos amigos, nos lo contábamos todo, nos ayudábamos en todo, hasta estuvimos
componiendo alguna canción para su disco – asiente - pero no teníamos una
relación como salió publicado…
-Eso era mentira entonces?
-Claro que era mentira! – exclamo – de hecho lo desmentimos
de una manera muy divertida – asiente sabiendo que me refiero a nuestra
conversación mítica en twitter – en esas fotos sólo eramos dos amigos paseando
a los perros, cosa que hacíamos de manera habitual… nada más.
-Y cuando fuisteis algo más? – sonrío y, en seguida, parece
que sabe que no quiero contestarle – hemos entrado en el fango
-Para nada – me apresuro a contestar – solo que no te voy a
decir la fecha de mi aniversario, no te parece? – ríe y asiente –
-Cuando te enamoraste de ella? Porque estás enamorado, no? –
se escucha una risa generalizada y sonrío poniendo un gesto de querer matarle –
-Claro que lo estoy – respondo tranquilo –
-Jajajaja! – estalla en una carcajada y se escucha el
aplauso del público – así me gusta
-Pero por qué aplaude la gente? – miro alrededor, escuchando
más risas – porque soy como un tomate ahora mismo no? – río – no sé qué
esperabas que te contestase… pero esa es la verdad…
-Ya te he dicho – me corta – que me parecías alguien
interesante de entrevistar y, permíteme decirte, que lo estoy corroborando –
pongo cara de no entender nada – eres absolutamente transparente, te lo vuelvo
a repetir
-Un poco fantasma si que soy a veces… - digo con agilidad,
haciendo reir al público – cuál era la otra pregunta que me has hecho? – va a
hablar entre risas pero la recuerdo de repente – ah! – exclamo – que cuando me
enamoré de ella no? – asiente – tú sabes el día exacto o el momento en el que
te enamoraste de Laura?
-Jajajaja! – estalla en una carcajada – estamos hablando de
ti – se escabulle –
-Bueno, me tenías que dejar relajarme un poco que estás a
saco… - digo de broma, haciéndole reir a él y al público – yo creo que no sabes
el momento en el que te enamoraste de ella – me mira incrédulo – lo que si
puede que sepas es el momento en el que te diste cuenta que algo pasaba…
-Tienes razón, cambiamos la pregunta – me mira pícaro –
cuando te diste cuenta de que estabas enamorado? – me señala – ahora es cuando
me contestas que eso es privado… - me río – o me vas a contestar?
-Pues te voy a contestar… - se ríe y alza las manos como
dando las gracias – bueno, igual la gente cuando lo escuche piensa: Qué
peliculero! Pero te prometo que fue así como me di cuenta… - asiente – fue días
después de mi accidente de coche… - me mira sorprendido – que bueno, que no me
pasó nada, que salí ileso prácticamente, pero fue un accidente muy aparatoso… -
asiente –
-Ibas a la rueda de prensa de La Voz Kids – afirma –
-Exacto… y, fíjate, que claro… - me quedo pensativo – los
días después, pues, entre que te duele todo el cuerpo y que joder – hago una
pausa – es difícil aceptar que ese día yo estaba feliz, que encima me nominan a
los grammy latinos! – exclamo – y, de repente, se pudo terminar todo ahí… -
asiente – necesité unos días para pensar en lo que había pasado sin ponerme
nervioso y tal… - asiente de nuevo – y hay un momento en el que yo analizo todo
lo que recuerdo de ese día… - carraspeo – y recuerdo el momento en el que están
los bomberos con la radial aquí – hago un gesto señalándome la oreja –
-Claro, te sacaron los bomberos del coche – dice serio –
-Si si… - asiento – ahí es donde yo me doy cuenta que si me
tienen que sacar los bomberos del coche, si uno de mis mejores amigos, que era
el médico de la ambulancia que me atiende – me mira con sorpresa – me está
mirando desencajado… - niego con la cabeza – ahí me doy cuenta que igual tengo
alguna hemorragia, alguna cosa que puede poner en peligro mi vida… y me muero
del miedo…
-Pensaste que ibas a morir? – me pregunta –
-Hombre… imagínate tener la radial de los bomberos aquí –
vuelvo a señalarme la oreja – partiendo la puerta para sacarme, lleno de sangre
porque tenía arañazos y tal, me dolía todo el cuerpo… - chasqueo la lengua – no
paraba de mover los dedos de los pies para ver si se movían o no… - le escucho
resoplar – pues con todo eso, me agobio, me agobio mucho… entro en pánico
pensando que me voy a morir, que tengo algo grave seguro… - asiente – y, en ese
momento, aparece ella en mi cabeza – hago un silencio, me está mirando
fijamente – y me tranquiliza pensar en ella, en que voy a volver a verla, que
no va a pasar nada… - niego con la cabeza algo avergonzado – de eso, de lo que
pensé en ese momento, me di cuenta días después, y, cuando me doy cuenta, me
cago en todo claro.
-Jajajaja – se ríe – por qué?
-Porque, como te he dicho, Malú para mí era una de las
personas más importantes en mi vida… la persona a la que se lo contaba todo,
que me ayudaba en todo… mi gran apoyo, por así decirlo… pero éramos amigos –
digo enfático – si en el momento en el que más miedo había tenido en mi vida,
la persona en la que pensé era ella… joder – resoplo – es que ya no era solo
una amiga… y eso lo cambiaba todo claro…
-A veces parece que nos tienen que pasar cosas graves para
darnos cuenta de las cosas importantes eh? – afirma con tino – y qué hiciste
después de darte cuenta de eso?
-Pues… - me quedo pensativo – lo primero era confirmar eso…
yo iba a grabar la voz kids con ella, por lo tanto, íbamos a pasar mucho tiempo
juntos… y claro, yo me fijo en lo que me pasa cuando estoy cerca de ella… y te
puedes imaginar – alza las cejas – me sudan las manos, me pongo taquicárdico,
me doy cuenta de que la miro muchísimo… lo típico – digo resumiendo – que confirmo
lo que pensaba…
-Y? – insiste en que siga –
-Pues bueno… veía cosas – me afano en explicarme – como señales
por su parte, pero luego me iba a mi casa y pensaba: “tus ganas de que eso esté
pasando” – oigo las risas entre el público – yo no quería ponerle en un
compromiso, decirle lo que sentía y que ella se viera en una situación así,
rara… - asiente – pero es que yo lo tenía más que confirmado, estaba incluso
triste, me iba a casa hasta cabreado, porque sabía que ya no podía ser solo su
amigo porque… a un amigo o a una amiga tu no tienes ganas de besarle todo el
tiempo, por ejemplo… - se escucha un “oh” entre el público y noto el rubor en
mis mejillas –
-Quién se lanzó? – le miro extrañado – porque digo yo que,
en algún momento, alguno de los dos se lanzaría, sino… no estaríais juntos…
-Claro… - me río – yo – digo escuetamente – un día de estos
que dices… no puedo más… - asiente – yo que soy lo puto peor diciendo lo que
siento… que me lío que te cagas… - arranco las risas de la gente por la forma
de decirlo – estoy diciendo muchísimos tacos no? – digo de forma graciosa –
-No te preocupes, esto se edita… - pone cara incrédula –
continúa
-Pues eso… que soy malísimo diciendo lo que siento… pero me
declaré… - sentencio –
-Y? – insiste –
-Y lo demás te lo imaginas porque yo no te lo pienso contar…
- sonrío triunfante –
-Jajajajaja! – estalla en una carcajada al unísono con el
público, que arranca a aplaudir – Claro es que con esto que has contado, se
entienden las canciones que te salen… - sigue riendo – alguna canción de las
que has hecho… tiene que ver con ella?
Sonrío como si me hubieran pillado. Él sonríe mirándome. Por
un momento dudo, porque se puede malinterpretar mucho con la historia que he
contado, ya que el disco lo saqué antes de todo eso…
-Claro… alguna… quizá sin darme cuenta – digo seguro – las
que he compuesto últimamente… pensando en un nuevo disco… ya te digo yo que más
de uno se va a querer cortar las venas… - se ríe abiertamente – estoy muy ñoño,
más todavía, que ya es decir…
-Entonces… vuestra historia, hablando en términos
sentimentales, empezó después de tu accidente? – asiento – y antes del 9 de
diciembre?
Mi gesto cambia al escuchar esa fecha. Al final, estaba tan
cómodo hablando de Malú, que no me esperaba esa mención. Me mira como
apiadándose de mí.
-Fíjate que es la primera vez en la entrevista que en tu
cara veo que no quieres hablar de un tema… - sonrío levemente – eres libre de
no contestar a lo que quieras, solo faltaría…
-Sabes qué pasa? – suspiro – que, de mi accidente de coche,
por ejemplo, podemos hablar de lo que quieras, lo tengo superado, y, además…
solo fui yo el implicado – asiente – afortunadamente, nadie más salió herido…
pero si tocamos el tema del 9 de diciembre puede haber mucha gente que no
quiera escuchar nada relacionado con ese tema… hay y habrá una herida abierta
con eso para siempre…
-Tú la tienes? – pregunta con sumo cuidado –
-Se abre cuando quiere, la mayoría del tiempo… soy
consciente que nunca se va a cerrar del todo… - respondo con algo de emoción –
lo que me has preguntado antes… - digo intentando cambiar un poco el tono – si,
ya estábamos juntos antes de ese día – asiente agradecido a la respuesta –
-Puedo preguntarte qué hacías allí? – pregunta comedido –
-Mm… - suspiro con media sonrisa – lo que hablábamos de que
la vida está llena de casualidades… - asiente – ese día… - suspiro – se jubilaba
un profesor de la universidad… uno de los mejores que he tenido nunca… un tío
muy cercano… - sonrío – algunos compañeros estuvimos hablando de lo bonito que
sería estar en su última clase y tomarnos unas cañas después con él… ya te digo
que era muy cercano con nosotros… no era un profesor universitario al uso… -
asiente – así que lo acordamos así, yo tenía ese día libre… - niego con la
cabeza – la noche de antes estuve pensando si irme en coche o no… las veces que
había ido en coche a la universidad, que habían sido pocas, había sido una
tortura… tardabas una hora en llegar… - sonríe – así que decidí hacer lo que
haría si no me reconociera la gente por la calle… - sonrío – decidí irme en
cercanías…
-Y tu tren salía a la misma hora que pasó todo…
-Prácticamente… yo estaba en el acceso a las vías cuando
ocurrió la primera explosión… no me dio de lleno porque no estaba abajo, en el
andén, pero me tiró al suelo la onda expansiva…
-Malú estaba contigo? – pregunta –
-No… - digo dudando si seguir – acababa de hablar con ella
por teléfono cuando pasó todo… era la única persona que sabía que yo estaba
allí… no se lo había dicho a nadie más…
-Joder… - suelta con impresión –
-Ella estaba cogiendo un avión a Madrid… había ido a ver a
su padre a Algeciras y estaba a punto de embarcar cuando ocurre… se entera
cuando aterriza… es uno de los últimos aviones en aterrizar en Barajas, después
se cerró el espacio aéreo… - asiente sorprendido –
-Y… - carraspea algo nervioso – quizá no debería de
preguntarte esto pero… como es que ella luego si que está allí?
-Porque va a buscarme… - suelto sin pensar, escuchando
palabras de sorpresa entre el público – igual se enfada si lo cuento… - sonrío
levemente – ella va a buscarme porque no le cojo el teléfono y sabe que estoy
allí… - carraspeo – como hizo mucha gente ese día que sabía que tenía a sus
familiares en la estación y no conseguía contactar con ellos… - asiente consternado
– precisamente por la ayuda de esas personas, se consiguió salvar a mucha gente
de la última explosión.
Paro de narrar. Un nudo en la garganta acaba de cogerme para
no soltarme en un buen rato. Trago saliva como puedo, pero no baja, no
desaparece. Hay un silencio de unos segundos, con él mirándome por encima de
sus gafas oscuras. Tengo ganas de llorar, muchas ganas, pero no voy a hacerlo.
No puedo hacerlo.
-Ese día – dice con algo de emoción en su voz – ayudaste a
mucha gente, volviste a ser médico…
-Mira – le corto - mi jefe, que en paz descanse, me dijo el
día de mi despedida del hospital, una frase que ha resonado en mi cabeza desde
ese día – me mira atentamente – el médico es médico hasta el día en que se
muere.
La frase cae en peso en el plató. Se hace el silencio. Me
mira con gesto algo emocionado, decido seguir.
-Yo estudié medicina no por el sueldo, no por el nombre, no
por decir “buah, soy médico, mírame”. Yo estudié medicina porque sentía
vocación, y eso no desaparece aunque dejes de dedicarte a eso. – hago una pausa
– yo soy la cara conocida, y “buah, Álex Torres, está en un atentado y ayuda a
la gente, vamos a sacar titulares con esto” – digo con ironía – no – digo serio
– ese día hubo muchísima gente, con diversos trabajos, con vidas, con familia,
que ayudaron a otras personas. Yo estaba allí, yo también ayudé en lo que pude.
Fin de la noticia, no hay más. – digo convencido – no he hecho nada
extraordinario por lo que la gente me felicite, o salga en la prensa. Que salga
el bombero que se quemó las manos sacando a gente del tren. – digo algo
enfadado – o que salga el médico que estuvo 24 horas atendiendo a gente sin
parar, o que salga el indigente que dormía en la estación y sacó en brazos a
una niña. O que salga la enfermera que sacó de los escombros a un hombre. No
salen, pero yo también los vi. Salgo yo – me señalo – como si yo fuera el que
más hizo ese día. No, lo siento, esa palmadita en la espalda no la quiero
porque no es justa si no les ocurre a los demás. A mi me conocerá la gente,
pero, ese día, no había ni caras conocidas, ni nombres. Ese día había personas,
a mí me pilló allí, ayudé en lo que pude, pero no hice más que toda esa gente
que se jugó la vida por ayudar a los demás – hay un silencio – no se si me
explico… pero me da mucha rabia que en la prensa se hable de que allí estuvo
Álex Torres, o Malú, ayudando a la gente. No, perdona, allí estuvo Álex, allí
estuvo Malú, allí estuvo Pepe y allí estuvo María. No es noticia que yo
estuviera allí, es noticia que todavía haya gente en el mundo que, sin tener ni
idea de parar una hemorragia, la pare y se manche las manos de sangre que no es
suya. Gente que, sin haber encontrado a su familiar, se ponga a mover camillas.
Esa es la noticia, eso es de lo que se debería hablar. De que sigue habiendo solidaridad
en el mundo de mierda donde vivimos.
Termino de hablar y el plató aplaude. El nudo en la garganta
no se ha ido y parece que se ha trasladado a varias gargantas. Él me mira e
intuyo que algo emocionado. Asiente.
-Estoy completamente de acuerdo contigo – suspiro – yo también
he visto titulares que me han revuelto las tripas – asiento –
-Solo digo que no se nos olvide lo realmente importante de
ese día – carraspeo – murió mucha gente, familias enteras destrozadas… y el
periódico o la revista de turno titula “Álex Torres hace tal”. No, es que me
niego a eso, te lo prometo. – asiente – me parece soez, y mira que yo nunca o
casi nunca me enfado con la prensa porque hacen su trabajo, porque lo entiendo
que hay cosas que venden más que otras… pero estamos hablando de un atentado
terrorista. Probablemente muchas familias, muchos heridos, vean ese titular y
digan “y el gilipollas este, qué se cree?”. Que no les engañen, yo no quiero
que saquen esos titulares porque yo no soy la noticia. La noticia es que unos
hijos de puta decidieron quitarle la vida a gente inocente y hubo gente que
ayudo a otras personas. Yo estuve allí, sí. Con una vez que se diga, es
suficiente. A mi también me abre muchas heridas y me trae muchos fantasmas
verme como portada de una noticia a si cada equis tiempo.
-Quieres que cambiemos de tema? – dice rápido –
-Si por favor… - suplico esbozando una pequeña sonrisa,
viendo como sonríe compadeciéndose de mí -